El envejecimiento de la población hay que tratarlo de manera integral, desde la salud hasta las finanzas, en edades tempranas. Así de rotundos se han mostrado los expertos que han participado en una mesa sobre esta cuestión celebrada durante la primera jornada del IV Simposio del Observatorio de la Sanidad organizado por EL ESPAÑOL – Invertia.
“España es un país muy envejecido”, ha subrayado María José Abraham, directora general de la Fundación Edad&Vida. “Todos vamos a envejecer y como todos queremos envejecer de la mejor manera posible tenemos que poner los cimientos para que vaya avanzado”, ha añadido.
Abraham ha resaltado los años que pasan desde que una persona se jubila hasta que fallece, alrededor de unos 25 años, si se tiene en cuenta la esperanza media de vida actual, que son los mismos que pasan de los 20 a los 45 años.
Y “nadie nos ha enseñado”, apunta, a cómo se debe vivir esa etapa. Por eso, se debe “aprender en términos de salud y sociales cómo tenemos que afrontar el resto de nuestra vida” en un momento en el que “las estadísticas nos dicen que vamos a morirnos, de media, a los 85 años”.
El problema de España en torno al envejecimiento de la población se agravará en los próximos años, a medida que los miembros de la generación del baby boom vayan cumpliendo años.
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Se trata de la “próxima jubilación de una generación muy amplia que no va a hacer sino acrecentar la situación en la que nos encontramos ahora mismo, el hecho de tener un horizonte en el que cada vez vamos a vivir más años”, ha indicado Joaquín de los Reyes, director de Desarrollo de Negocio en Grandes Ciudades de Mapfre España
“La lástima”, subraya, es que “nos va a pillar a todos con el pie cambiado”. Se refiere a que “en las últimas décadas hemos ganado 20 o 25 años a la vida” y que “ahora toca a las Administraciones públicas, las empresas privadas y a los individuos preocuparnos para poder gozar de una salud, también financiera, esos años”.
Y, “aunque cada cosa tiene un momento en la vida”, incide en que se debe empezar a pensar en edades tempranas en el ahorro a largo plazo. Por eso, ha considerado, “lo que hace falta es inculcar desde las Administraciones públicas y los centros educativos la educación financiera”.
Para María del Rosario Azcutia, gerente adjunta de Asistencia Sanitaria de la Gerencia Asistencial de Atención, “uno de los retos es cambiar las ideas acerca de lo que es la edad y evitar el edadismo, que es la discriminación” que sufren las personas mayores por, precisamente, ser mayores. Tener una edad elevada “es un factor de salud más”, ha asegurado.
Atención primaria
Otro de los retos mencionados por Azcutia es “desarrollar la capacidad funcional de los mayores”, para lo que “la atención primaria es fundamental”, ya que “tiene una capacidad muy importante de prevenir y fomentar hábitos saludables”.
Como en el caso de las finanzas, “hay que trabajar en un estilo de vida saludable desde la infancia y eso nos permitirá tener personas mayores autónomas” ha subrayado. Asimismo, ha puesto en valor la capacidad de los séniors para decidir cómo quieren vivir, en relación con los cuidados familiares, la atención primaria y hospitalaria y las residencias. “Tenemos que mantener nuestra dignidad y nuestros derechos hasta el final”, ha añadido.
Residencias de mayores
Cristina Rodríguez Fernández, directora de CleceVitam, ha querido desterrar “los estigmas” que existen sobre los centros de mayores, desde la sensación de abandono de un ser querido que muchos familiares tienen, hasta la imagen “centros institucionalizados de antes”.
Según ha explicado Rodríguez, las residencias trabajan en ser “lo más semejante a un hogar”. “Se están creando todas las herramientas para convertir estos centros en verdaderos hogares”, ha subrayado.
“Para dar esa sensación de hogar, Los centros se organizan en unidades de convivencia, con un menor número de usuarios por cada una de ella. Esa integración va más allá de las personas que tengan en su entorno, sino que hablamos de comunidad interna y con el exterior”, ha indicado.
Se trata de “un cambio de paradigma”. Es “un modelo humanizado en el que nuestras premisas principales son al dignidad, los derechos y la individualidad de las personas usuarias.