María Jesús Lamas, directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), ha sido clara: "Hay que dotar de recursos a los planes nacionales de acción contra las resistencias antimicrobianas".
Es una de las recomendaciones que adoptó el Consejo de la Unión Europea en junio y que los estados aceptaron. Ahora, "tienen que poner los medios para ponerlas en marcha", ha continuado Lamas durante su intervención en el IV Simposio del Observatorio de la Sanidad que organiza EL ESPAÑOL-Invertia.
A esta se suman otras indicaciones, como "mejorar la formación de los profesionales y la infraestructura de los hospitales o prevenir las infecciones". Tal y como ha adelantado Lamas, en España "ya estamos trabajando en la implementación de estas recomendaciones".
El problema de la resistencia a los antimicrobianos preocupa a todos los países. Según las cifras que ha aportado Lamas, cada año fallecen en Europa 35.000 personas por infecciones por patógenos para los que ningún antibiótico es efectivo.
Además, hay 1,27 millones de muertes anuales en el mundo por resistencias a los antimicrobianos. "Esta distribución es distinta a lo largo del planeta, es más problemático en África. Pero los patógenos no conocen de fronteras, tal y como ha demostrado la pandemia", ha avisado.
La directora de la AEMPS ha incidido en que el escenario puede ser peor "porque hay una tendencia creciente en la aparición de patógenos resistentes". El último informe de la OCDE sobre AMR (resistencia a los antimicrobianos), estima que los días añadidos de hospitalización por infecciones multirresistentes son de 9,5 millones y el coste es de 7.500 millones de dólares.
"Esto significa que con la tendencia creciente, en 2050 el gasto sanitario que ocasionaría el AMR superaría el que ha ocasionado la Covid-19", ha señalado Lamas. "Es un problema que tiene un alcance más allá del sanitario. Porque los costes económicos directos e indirectos son una amenaza para el bienestar de nuestras sociedades".
Además de las recomendaciones ya mencionadas del Consejo de la Unión Europea como soluciones a este problema, Lamas ha hecho referencia también a la propuesta legislativa que ha presentado la Comisión Europea. "Habla, por ejemplo, el titular de comercialización de un antibiótico tiene que tener unas responsabilidades".
Pero hay algo más interesante: "Otorgar un año extra de protección de los datos regulatorios (se prolonga un año en el que podría aparecer un competidor de ese medicamento). Este bono de un año más es transferible. Si lo recibe el laboratorio al que se le ha autorizado el medicamento lo puede vender a una compañía que tenga interés que lo aplicará en otro medicamento".
"Más del 80% de los antibióticos que están desarrollándose son de pequeñas y medianas empresas. La gran mayoría tiene menos de 6 empleados. La posibilidad de que lleguen a tener un medicamento autorizado es difícil si no cambiamos los incentivos tractores".
"Necesitamos que las grandes empresas sientan atracción por las empresas pequeñas para desarrollar estos antibióticos", ha continuado.
Los antibióticos
Los antibióticos deberían ser la solución. Sin embargo, "desde 2017 a 2019 solo se han aprobado 11, y de ellos solo uno es activo frente a los patógenos que más daño hacen", ha explicado Lamas. "Es evidente que en el mundo de los antibióticos hay un caso claro de fallo de mercado. Esto se debe a que el equilibrio demanda oferta no funciona".
La demanda no es previsible "porque cuando un antibiótico se lanza al mercado todas las fuerzas operarán para que se utilice lo menos posible. Cuanto menos se use, menor riesgo de que aparezcan resistencias contra él", ha continuado.
Por otra parte, hay otra dimensión que es la disponibilidad de los antibióticos ya desarrollados y comercializados. "Los antibióticos sufren desabastecimientos", ha indicado Lamas. Por ello, desde la AEMPS trabajan con los laboratorios para tener un escenario realista de la demanda para que se pueda ajustar la oferta de los antibióticos.