Pasado lo peor de la pandemia de la Covid-19 llega el momento de mirar al futuro. Necesitamos solventar los problemas detectados en estos años pasados en nuestro Sistema Nacional de Salud. Adaptarlo a las necesidades del Siglo XXI, tratando de llevar a cabo una modernización que se base en la innovación como motor del cambio y en donde el paciente sea el centro.
Todos los miembros de la cadena de valor de la Sanidad deben colaborar entre sí, con independencia de si es son públicos o privados. Se trata de modernizar nuestro sistema de salud tratando de paliar las debilidades que presenta en materia de financiación, gobernanza, cohesión y presión asistencial. Para ello, los fondos Europeos deben jugar un papel determinante, aunque para ello es necesario agilizar la velocidad de despliegue del PERTE de Salud de Vanguardia.
A la vista de lo comentado en este III Observatorio de la Sanidad, se hacen públicas las siguientes conclusiones cuyo objetivo es contribuir al debate y aportar ideas que ayuden a sentar las bases del sistema sanitario del futuro, y contribuyan a que el Sistema Nacional de Salud sea un verdadero objeto de cohesión social y bienestar.
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Respaldamos los trabajos del Ministerio de Sanidad para poner en marcha el Centro Estatal de Salud Pública. Éste debe llevar a cabo una planificación asistencial unificando criterios y coordinando todos los recursos públicos y privados. Insistimos en la necesidad de crear un Grupo de Expertos que asesore a la Ministra de Sanidad y en el que estén presentes todos los sectores aquí representados.
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Creemos necesario consolidar la inversión en sanidad en el 7% del PIB. Una cifra que se alcanzó en los dos últimos ejercicios y que, según las previsiones enviadas por el Gobierno a Bruselas, no se conseguirá en el año 2023. Instamos, una vez más, a hablar de inversión sanitaria y no de gasto sanitario.
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Apoyamos y pedimos fomentar la colaboración público-privada que tan buenos resultados ha dado en el desarrollo de la vacuna contra la Covid-19. Los conciertos deben formar parte de la actividad normal del SNS. El calendario vacunal debe ser compartido y equitativo entre todas las CCAA.
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Debemos avanzar en la digitalización del Sistema Nacional de Salud para conseguir la interoperabilidad en todos los niveles, sin importar si se trata del sector público o del sector privado. El paciente debe estar en el centro y los datos deben ser de su propiedad.
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Vemos necesario acelerar la puesta en marcha del PERTE de Salud de Vanguardia. Debe ser el proyecto que conduzca a la digitalización y a las inversiones en genómica en el ámbito de la Sanidad Pública. Insistimos en nuestra voluntad de que todos los sectores involucrados colaboren junto al Ministerio para decidir qué proyectos deben ser prioritarios.
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Respaldamos la elaboración de un nuevo plan de Recursos Humanos que permita dotar al SNS de los profesionales y recursos técnicos necesarios. Se hace necesario incidir en la Atención Primaria, la atención domiciliaria, la prevención y la reducción de la obsolescencia tecnológica que padece un alto porcentaje de tecnologías hospitalarias.
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Vemos necesario que el SNS se apoye en los recursos que ofrecen las oficinas de Farmacia Comunitaria para que sean una pieza más de la Atención Primaria y sirvan para dar continuidad de la asistencia, realizando detección precoz y prevención, y contribuyendo a hacer más eficientes los circuitos asistenciales con el desarrollo de servicios asistenciales para un mejor uso de los medicamentos.
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Respaldamos la creación un ecosistema de investigación biomédica. España ya tiene un peso internacional en investigación clínica de medicamentos, merced a una sólida colaboración entre sistema sanitario e industria farmacéutica. La biomedicina será un vector determinante del futuro de nuestra sociedad, y también sanitario. Confiamos en que, como dijo César Hernández, director general de Farmacia, se produzca la incorporación casi inmediata a la cartera de servicios de los medicamentos innovadores.
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Ofrecemos nuestra cooperación para colaborar con el Ministerio de Sanidad en la elaboración de la Estrategia de la Industria Farmacéutica que se está desarrollando en este momento. Debe favorecer el desarrollo de la I+D y sentar las bases para que el sector pueda ser uno de los motores de la economía española del futuro. Una estrategia que debe garantizar el acceso de los pacientes a la innovación en medicamentos y otras tecnologías sanitarias.
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Creemos que es necesario establecer medidas de apoyo para favorecer la adquisición de tecnología sanitaria por parte de las CC.AA. mediante la aplicación de un IVA superreducido a los productos sanitarios (4%). Desarrollar y adaptar la Ley de Contratos del Sector Público y potenciar la inversión privada mediante estímulos fiscales. Favorecer la compra por valor y la medición de resultados en salud.