Actualmente, el 51% de los empleados del sector financiero en España son mujeres. Sin embargo, existe una brecha de género en la alta dirección.
En consejos de administración, las mujeres representaban en 2020 el 31,26% del total, con 136 consejeras, 13 más que en 2019. Pero la proporción de mujeres como consejeras ejecutivas solo llega al 6%. El porcentaje total de mujeres en alta dirección es del 17%.
Mónica Melle, consejera de la Cámara de Cuentas de la Comunidad de Madrid, Eva Ballesté, doctora en Finanzas y profesora del IE Business School, y Amparo Ruiz Campo, Country Head de DPAM en España y Latinoamérica han debatido sobre el papel de la mujer en el sector financiero en el II Observatorio de Finanzas.
Techos de cristal
Ruiz Campo defiende que España es el país europeo que cuenta con más mujeres en gestión de activos. Ahora bien, considera que las mujeres pecan en no pedir las cosas.
Melle añade que muchas veces las mujeres sufren el síndrome de la impostora, que ha referencia a ese pensamiento de no dar la talla. Lo explica por la educación diferenciada que se da a niños y niñas desde edades muy tempranas. A esto añade el tema de la conciliación, que pasa por la corresponsabilidad que no siempre es real.
A estas dificultades, Ballesté incluye la falta de referentes. Recuerda también que antes de la pandemia las reuniones eran presenciales, por lo que la maternidad dificultaba la promoción. Pero ahora, ha aparecido la ventaja que aporta la tecnología. Además, se muestra optimista subrayando que las mujeres cada vez son más exigentes con sus parejas, demandando igualdad y corresponsabilidad.
Pero, por otra parte, las expertas coinciden en la importancia de contar con una normativa y Ruiz Campo incide en la norma europea, “todo lo que fomente el efecto cascada”. Desde que se publicó la recomendación de contar con consejos de administración paritarios, las empresas se acercan a cumplir el objetivo del 40-60%.
Otras ideas que proponen son el mentorazgo y la visibilización de mujeres con carreras de éxito. Además, defienden diversidad ya que se ha demostrado que empresas con equipos directivos diversos tienen mejores resultados. “Es una cuestión de eficacia”.
La maternidad
La maternidad es uno de los principales asuntos que frena la promoción de las mujeres en el ámbito laboral.
Melle incide en que si bien una mujer es quien da a luz, un hombre puede perfectamente encargarse de cuidar al bebé después. “No tiene por qué ser la mujer quien interrumpa su vida laboral”.
Las tres expertas insisten en la importancia de poner en marcha medidas que ayuden a conciliar y evitar las bajas, siempre que la persona así lo decida, porque durante ese tiempo se pueden perder oportunidades laborales de promoción.
Además, celebran la baja paternal pues tiende a igualar la situación de ambos progenitores en el ámbito laboral.
Tecnologías y brecha salarial
La crisis del Covid ha fomentado el teletrabajo, lo que podría fomentar la igualdad en el ámbito laboral. Sin embargo, durante el confinamiento estricto se pudo ver cómo las mujeres eran quienes cedían sus ordenadores a sus hijos para que realizaran sus tareas académicas y ellos se mantenían con el suyo trabajando o entreteniéndose.
Además, los ERTE han afectado en mayor medida a las mujeres, ya que son quienes se dedican principalmente al sector del turismo.
Aunque las expertas concluyen con un mensaje esperanzador y es que en el sector financiero este fenómeno no se ha dado. La tecnología ha ayudado mucho y la pandemia ha contribuido a la revolución digital.
Esta revolución ha servido además para evolucionar de una mentalidad empresarial basada en horas de trabajo a una basada en objetivos, lo que permite acortar horarios y conciliar mejor. Y las tres expertas coinciden en que en los proyectos de vida de las parejas tienen que darse oportunidades a ambos.
Por último, Ruiz Campo invita a todas las mujeres a reflexionar sobre dónde están y dónde quieren estar y defiende que es posible conciliar con la vida que cada una quiera tener. Melle sugiere enseñar referentes a las niñas desde los cinco años y Ballesté anima a soñar, a ser valientes e ir a por todas.