"La pobreza no es solamente no llegar a fin de mes, es no tener un trabajo y no poder alimentar a tus hijos", pronunciada por el padre Ángel durante la mesa redonda El papel de la sociedad en la reducción de la tasa de trabajadores en riesgo de pobreza en España del II Observatorio de los ODS, hoy en el CaixaForum de Madrid y organizado por EL ESPAÑOL, ENCLAVE ODS e Invertia, resumen muy bien la situación que se da en España y en muchos otros países.
En esta sesión, moderada por Elena Pérez, redactora de MagasIN, se han reunido ponentes con una trayectoria remarcable en el ámbito de lo social: el padre Ángel, fundador y presidente de Mensajeros de la Paz, Carlos Berzosa, presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Beatriz López Boada, vicerrectora de Desarrollo Sostenible, Cooperación y Campus Saludables de la Universidad Carlos III de Madrid, Federico Mayor Zaragoza, presidente de la Fundación Cultura de Paz y ex director general de la Unesco y María Jesús Herrera, jefa de la Misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
"La pobreza no es solo tener hambre, sino también no tener trabajo", continuó diciendo el padre Ángel. Un reciente estudio del Centro de Estudios Demográficos - CERCA Generalitat de Catalunya reveló que un 16% de los hogares en nuestro país son pobres. Frente a este problema, destacó el sacerdote, no basta con la respuesta del gobierno, "es también una responsabilidad de la sociedad".
Una sociedad que, en muchos casos, sucumbe al racismo y la xenofobia contra algunas poblaciones marginadas y condenadas a la pobreza, como es el caso de los inmigrantes. Un círculo vicioso del que muchas veces no pueden salir. Conseguir cita para solicitar asilo, abrir una cuenta bancaria o no encontrar vivienda son algunas de las trabas a las que se enfrentan los inmigrantes y que les impiden empezar a trabajar, explica Berzosa.
En la misma línea, Mayor Zaragoza realizó una reflexión que arroja luz sobre las dimensiones de la pobreza estructural, que se extiende más allá de las fronteras. “El drama de la inmigración, el que no atendamos a los refugiados, el mirar hacia otro lado, pero que sigamos siendo nosotros la causa de la carencia de medios para los emigrantes a escala mundial". Con una vasta experiencia en asuntos de Estado y en asuntos de trascendencia internacional, Mayor Zaragoza identifica el problema: hay ricos muy ricos y pobres muy pobres.
"Las raíces del problema"
“Tenemos que ver dónde están las raíces de toda esta situación”, expresó Mayor Zaragoza. Durante su intervención, Berzosa se atrevió a enunciar el origen, en el tiempo, de esta desviación: en el inicio del capitalismo industrial. Si bien, como contó el experto, en ese momento fue el que se agitó el sistema del trabajo, la curva de desigualdad se acentuó en los años setenta y ochenta a raíz de las políticas neoliberales.
Como solución, Berzosa señaló que la pelota está en el tejado de los políticos. Es hora de que "cambien y pregunten a las empresas y a la sociedad civil sobre como se puede paliar y dar trabajo digno a las personas”.
Mayor Zaragoza criticó duramente al G8 -que calificó como una "organización plutocrática y supremacista"- por sus políticas egoístas y pone el ejemplo del coltán en África. En lugar de compartirlo con los africanos, señala, lo que han hecho es apoderarnos de él.
Ante la pregunta de cómo se puede eliminar la pobreza, sobre todo aquella que se hereda, el ex director general de la Unesco destacó, tajantemente, que “para eliminar la pobreza hereditaria hay que eliminar la riqueza hereditaria”.
Las migraciones como oportunidad
"La migración es un tema crucial en todo el mundo, y además es un importante motor económico”, explicó Herrera. Permite, como dijo esta experta de la OIM, que determinados sectores económicos se abastezcan de personal cuando los españoles no ocupan esos puestos. "Esta población cubre muchos sectores que no cubre la población local".
Además, enumera otros tres beneficios: ”se está rejuveneciendo la población activa", “las remesas [que envían a sus países] mejoran las condiciones de vida" y "fomenta el intercambio de talento”. Para reducir la pobreza en la población migrante, señala Herrera, "es fundamental el estatus jurídico de las personas". Solo así, y con contratos dignos, se podrá avanzar.
Berzosa, recogiendo algunos de los puntos mencionados por los otros ponentes, pronuncia en su intervención final los motores del cambio hacia una sociedad donde la pobreza haya sido erradicada: "Educación, I+D+i, políticas de equidad social, más solidarias y la lucha contra el cambio climático y el deterioro ecológico”.
Y el padre Ángel y Herrera, respectivamente, añadieron otros dos elementos para vitalizar esta proceso: "trabajar juntos" y “regular para tener una migración ordenada y segura para las personas". "Pongamos en práctica la Agenda 2030", concluyó Mayor Zaragoza, en un alegato en pos del multilateralismo.