El Imperio romano es una de las civilizaciones más interesantes de la antigüedad y siempre guarda historias muy curiosas dentro de su idiosincrasia. Una de las más peculiares, y que ha sido transmitida de generación en generación como un gran hito, fue la protagonizada por Publio Helvio Pertinax, quien cumplió uno de los caminos políticos más inverosímiles que se recuerdan. Pasó de hijo de esclavo a emperador.
Su camino representa un caso inédito de ascenso social en el escalafón del Imperio romano. Pertinax consiguió pasar de ser parte de un núcleo poblacional perseguido y de ser miembro de una familia humilde a tener bajo su mando a las más altas magistraturas de la civilización.
Pertinax siempre será recordado a lo largo de la historia como el hijo de esclavo que llegó a ser emperador, ya que fue elegido para este puesto tras la muerte de Cómodo. Su mandato comenzó en el año 193 y finalizó, poco después, con su asesinato. Su figura como emperador duró únicamente tres meses, pero escribió una de las historias más peculiares de todas las que se han vivido entre las casi infinitas fronteras del Imperio romano.
¿Quién fue Pertinax, el hijo de esclavo que llegó a ser emperador romano?
Publio Helvio Pertinax fue un hijo de un esclavo liberto que se dedicó profesionalmente al comercio de telas. Tras la muerte de Cómodo accedió al poder con la intención de gobernar de la mano del Senado. Entre sus deseos de gobierno estuvo la reorganización de la administración imperial y también intentó legislar para que las tierras vacantes pudieran ser ocupadas por colones que las cultivaran. Una decisión que permitió dinamizar la economía del imperio.
Su gobierno, aunque bueno, fue realmente breve, ya que apenas duró 90 días. Arrancó en Año Nuevo del 193 y finalizó el 28 de marzo de ese mismo curso. Su vida fue descrita por historiadores y expertos como Maquiavelo como "modesta". Además, se le consideró "amante de la justicia, enemigo de la crueldad, afable y de gran valor humano". Rasgos y valores que no evitaron un trágico final.
[Livia Drusila, la mujer del emperador Augusto: fue una de las más poderosas de la Antigua Roma]
Los orígenes de Publio Helvio Pertinax son casi desconocidos. Nació el 1 de agosto del año 126. Fue hijo de un esclavo liberto y aunque su familia era humilde, se podría decir que no pasaba dificultades económicas, lo que le permitió estudiar y convertirse en profesor de gramática.
Como buen emperador y defensor del pueblo de Roma, también tuvo una formación militar. En el año 160 ingresó en el ejército y se distinguió por su desempeño en la lucha contra los partos. Combatió como líder de varios batallones en regiones como Siria y Gran Bretaña y obtuvo una distinción por su servicio en el Danubio y en el Rin durante la invasión de las tribus germánicas a finales de la década.
Más adelante continuó con su escalada hasta ser nombrado gobernador de Britania y Dacia. No regresó a Roma hasta el año 189, poco antes de ser nombrado emperador. Antes ocupó los cargos de prefecto y cónsul, convirtiéndose en una de las personas más cercanas a Cómodo, su antecesor. Las locuras de este provocaron que el día 31 de diciembre del año 192 se llevara a cabo una conjura para estrangularle en su bañera. Y un día después, el hijo de un esclavo liberto se convirtió en jefe del imperio.
¿Cómo fue la etapa de Pertinax como emperador de Roma?
Tras el asesinato de Cómodo, la guardia pretoriana impulsó a Plubio Helvio Pertinax como nuevo emperador de Roma. Este decidió mantener en las altas esferas a personas de la total confianza de su antecesor en el cargo. Muchas de ellas seguramente habían planeado el asesinato del propio Cómodo con el conocimiento del comerciante de telas.
Entre sus misiones estuvo la de extender una mejor concepción de los hijos de los libertos, algo que chocaba con la opinión de los senadores más veteranos. Algunas de las decisiones más importantes que Pertinax tomó desde su llegada al poder fueron la expulsión de los delatores de la ciudad o el reparto de tierras no cultivadas entre colonos que las trabajaran.
Una de sus grandes inspiraciones fue Marco Aurelio. Al comienzo de su mandato se labró una enorme popularidad. Sin embargo, esta no le evitó terminar de la manera más trágica posible y todo por no saberse ganar la confianza plena de su guardia pretoriana. Según explica Maquiavelo, "fue hecho emperador contra la voluntad de los soldados, los cuales, acostumbrados a vivir licenciosamente bajo Cómodo, no pudieron soportar aquella vida honesta a la que Pertinax los quería reducir".
[El palacio del Emperador hispano que asombró a Roma: amantes, fuentes y secretos en Villa Adriana]
"Por eso, habiéndose granjeado su odio y al unirse a este odio el desprecio que les causaba su avanzada edad, se hundió ya en los primeros momentos de su reinado". Pertinax prometió un gran donativo a sus pretorianos. Sin embargo, no consiguió reunir el dinero suficiente y este nunca llegó a efectuarse en su totalidad. Esta situación provocó una gran hostilidad que le condujo hacia la muerte.
El triste final del legado de Pertinax
El mes de marzo del año 193 pasó a la historia como el principio del fin del hito que había llevado al hijo de un esclavo liberto a estar al frente del Imperio romano. A principios de mes, Plubio ya fue víctima de un complot que buscaba su muerte. Sin embargo, los conspiradores fueron descubiertos y la mayoría de ellos condenados a la pena capital.
[Julio César fue decapitado en la guerra de las Galias]
La situación se mantuvo tensa durante las siguientes semanas hasta que el día 28 de marzo se declaró un proceso de sedición en el cuartel de la guardia pretoriana. Pertinax había prometido 12.000 sestercios por persona a todos los formantes de dicha guarda de los cuales solo pudieron recibir la mitad. Por ello, un grupo de soldados irrumpió en su palacio con sed de venganza.
Pertinax, lejos de abandonar, intentó desplegar todo su talento para la oratoria y la negociación. Cara a cara con la muerte, estuvo a punto de convencer a aquellos que habían ido hasta su casa para prenderle de que depusieran su actitud. Sin embargo, uno de los soldados, en actitud exaltada, no atendió a razones y acabó con él.
Tras consumarse el asesinato, el senador Didio Juliano pagó a la guardia pretoriana que había terminado con Pertinax para ser erigido como nuevo líder del imperio. Roma atravesó una de las épocas más convulsas de su historia hasta con cinco emperadores diferentes en un solo año. Un periodo de inestabilidad que terminó con la proclamación de Septimio Severo como emperador.
A su llegada al poder, Severo ejecutó a los soldados que habían asesinado a Pertinax, con quien mantenía una estrecha relación, y le deificó, organizando un gran funeral de Estado a su predecesor. Después, cambió totalmente sus políticas, haciendo suyo el lema "mejor ser temido que ser amado".