De forma casual, durante unos trabajos agrícolas que se realizaban en las proximidades de la localidad cordobesa de Montilla, salió a la luz un proyectil de plomo (glans plumbea) de forma almendrada. No parecía algo extraordinario, pues en el entorno cercano al lugar del hallazgo, una ligera prominencia en el paraje de la Navilla de Cortijo Blanco, donde se ubica un yacimiento de época romana, se ha documentado un lote de 17 balas similares utilizadas probablemente por algún hondero de la Antigüedad. Lo llamativo de la nueva pieza es que contaba con dos inscripciones situadas en ambas caras en las que se puede leer Ipsca y Caes(ar).
La primera de ellas hace referencia al oppidum íbero, luego municipio romano, del mismo nombre, un asentamiento aliado con el bando de Julio César en la guerra civil contra Pompeyo y sus descendientes que tuvo en Hispania entre los años 48 y 44 a.C. uno de sus principales teatros de operaciones. La segunda palabra parece una clara mención al poderoso militar y dictador romano. Quizá ese proyectil sea el testimonio de cómo los habitantes de Ipsca se preocuparon por reforzar en la munición del cuerpo de honderos dicha alianza política.
Al menos esa es una de las hipótesis que plantean los investigadores Javier Moralejo Ordax, José Antonio Morena López, Antonio Morena Rosa y Jesús Robles Moreno en un estudio que se ha publicado recientemente en la revista Zephyrus, editada por la Universidad de Salamanca. Los autores del artículo consideran esta pieza un "unicum" que podría mantener una relación directa con los sucesos bélicos narrados en el Bellum Hispaniense, el libro de Julio César sobre sus campañas en la Península Ibérica. Algunos de los episodios más relevantes se produjeron precisamente en este entorno geográfico.
"Ipsca es el primer topónimo identificado hasta la fecha en un proyectil de honda en la Península Ibérica y de los escasos ejemplos documentados en la epigrafía de este tipo de instrumentum", destacan los investigadores. "Caes(ar) es el primer testimonio documentado de mención epigráfica explícita a Gayo Julio César no sólo en la Península Ibérica, sino en los registros principales y actualizados de glandes inscriptae conocidos hasta ahora". Es decir, la primera vez que se encuentra un proyectil de plomo con el nombre del dictador romano.
Según sus conclusiones, "las inscripciones plasman de manera muy concreta y específica la vinculación entre César y la ciudad íbero-romana y nos sugieren que se habría producido un enfrentamiento entre cesarianos y pompeyanos en la zona de Montilla, a unos 19 kilómetros en línea recta al suroeste de la propia Ipsca".
El proyectil, que se encuentra en un buen estado de conservación, tiene forma de bellota, con los extremos apuntados, mide 4,5 centímetros de longitud, 2 cm de anchura y 1,7 cm de altura y tiene un peso de 71,1 gramos. Estas características permiten situarlo cronológicamente en el contexto de las guerras civiles romanas de Hispania a lo largo del siglo I a.C., y más concretamente en uno de los grupos documentados en el campo de batalla de Montemayor, la antigua Ulia Fidentia, situada a unos 12 kilómetros del lugar del hallazgo. Esta plaza fue asediada en el año 46 a.C. por las tropas de Cneo Pompeyo mientras Julio César sitiaba la localidad de Córdoba, en poder de Sexto, el hermano menor.
Si bien no es posible asegurar de forma categórica que esta zona concreta de la campiña cordobesa presenció otro combate entre ambos ejércitos antes de la decisiva batalla de Munda (17 de marzo de 45 a.C.), sí parecen existir indicios serios sobre la presencia de tropas en las inmediaciones de Montilla en el marco de la guerra de Hispania.
La inscripción, además de ser el primer ejemplar que presenta un topónimo y una mención explícita a César, atestigua que el municipium de Ipsca estaba alineado con la causa cesariana. "De esta forma, se perfila la imagen de un núcleo urbano que, a pesar de estar rodeado de ciudades fieles a Pompeyo como Ucubi, Ategua o Torreparedones, parece mantenerse fiel a César, tal y como hizo Ulia Fidentia, de cuyo asedio y liberación sí tenemos noticia en las fuentes", concluyen los arqueólogos. "Ahora bien, la vinculación directa del hallazgo analizado con un episodio concreto de los descritos por las fuentes literarias se antoja imposible a la luz de los datos de que disponemos". Quizá un futuro proyecto de investigación saque a la luz los restos de una supuesta batalla desconocida.