Vista aérea de las ruinas de la ciudad de Gat.

Vista aérea de las ruinas de la ciudad de Gat. Aren Maier

Historia

La tecnología que revela la verdad de algunos hechos bíblicos: la ciudad de Goliat fue destruida

Un nuevo método basado en la medición del campo magnético registrado en ladrillos de barro quemados corrobora, por ejemplo, la conquista de Gat por el rey arameo Hazael.

9 enero, 2024 08:58

Tell es-Safi es uno de los mayores montículos arqueológicos del centro de Israel. Localizado a unos 40 kilómetros al suroeste de Jerusalén, el yacimiento se identifica con la ciudad bíblica de Gat, uno de los principales asentamientos de los filisteos y el supuesto lugar de nacimiento del gigante guerrero Goliat. Las excavaciones en el sitio han desvelado una extensa capa de destrucción, con grandes incendios, que se ha relacionado con un ataque de las tropas de Hazael, rey del estado arameo de Aram-Damasco, durante su campaña militar contra los pueblos que habitaban la zona del Levante meridional en el siglo IX a.C.

Este acontecimiento se ha fechado hacia el año 830 a.C. en base a los análisis de radiocarbono y la técnica de seriación de la cerámica. Sin embargo, otras hipótesis han sugerido que uno de los edificios utilizados para esta datación no ardió, sino que sufrió un proceso de derrumbe que duró décadas: es decir, los ladrillos de barro con los que se erigió la estructura habrían sido cocidos en un horno, convirtiéndose en el primer ejemplo de esta tecnología en el territorio de los antiguos reinos de Israel y Judá.

Para resolver este enigma, un equipo de investigadores de las universidades israelís de Tel Aviv, Jerusalén, Bar-Ilan y Ariel ha desarrollado un novedoso método que permite identificar materiales quemados procedentes del registro arqueológico y estimar sus temperaturas de cocción. Los arqueólogos explican en un estudio publicado en la revista PLOS ONE que esta técnica, apoyada por el arqueomagnetismo, sirve para determinar si un objeto concreto, como un ladrillo de barro, fue sometido a temperaturas por debajo de los 500ºC, el límite que hasta ahora fijaban otros sistemas de medición.

Uno de los ladrillos de barro estudiados.

Uno de los ladrillos de barro estudiados. Yoav Vaknin

A lo largo de las edades del Bronce y del Hierro, los ladrillos de barro secados al sol fueron el material predominante en los edificios de la llamada Tierra de Israel. En esa misma época y en otros lugares como Mesopotamia se empezaron a cocer ladrillos en hornos para incrementar su durabilidad. Muchos investigadores consideran que esta tecnología no llegó al Levante hasta la conquista romana. Por eso resulta importante descifrar el origen de estos elementos constructivos: pueden ofrecer respuestas concluyentes a eventos destructivos recogidos en fuentes históricas escurridizas como la Biblia hebrea.

El nuevo método consiste en medir el campo magnético registrado y "bloqueado" en el ladrillo mientras se quema y se enfría. "La arcilla con la que se fabricaron contiene millones de partículas ferromagnéticas, minerales con propiedades magnéticas que se comportan como pequeñas 'brújulas'" o imanes. En un ladrillo de barro secado al sol, la orientación de estos imanes es casi aleatoria, de modo que se anulan entre sí. Por lo tanto, la señal magnética general del ladrillo es débil y no uniforme", explica Yoav Vaknin, investigador de la Universidad de Tel Aviv y autor principal del trabajo.

[Los hallazgos en una ciudad del antiguo Israel citada en la Biblia: fue destruida por un faraón]

"Calentar a 200°C o más, como ocurre en un incendio, libera las señales magnéticas de estas partículas magnéticas y, estadísticamente, tienden a alinearse con el campo magnético de la Tierra en ese momento y lugar específicos", añade el experto. "Cuando el ladrillo se enfría, estas señales magnéticas permanecen fijadas en su nueva posición y el ladrillo alcanza un campo magnético fuerte y uniformemente orientado, que se puede medir con un magnetómetro. Esta es una clara indicación de que el ladrillo ha sido quemado".

Gat, pasto de las llamas

En una segunda fase del procedimiento, los investigadores someten al ladrillo a un proceso de "desmagnetización térmica", es decir, "borrar" gradualmente el campo magnético del objeto calentándolo en un horno especial para averiguar la temperatura a la que se "bloqueó". "Nuestro enfoque permite identificar vestigios de fuego que ocurrieron a temperaturas mucho más bajas que cualquier otro método [como la absorción de radiación infrarroja por los minerales]", destaca el profesor Vaknin. "Es mucho más sensible que otros porque recoge cambios en la intensidad y orientación de la señal magnética que ocurren a temperaturas tan bajas como 100ºC".

Respecto a los ladrillos recuperados en el yacimiento de Tell es-Safi se ha documentado que los campos magnéticos de todos ellos mostraban la misma dirección del campo magnético de la Tierra de Israel: norte y hacia abajo. "Nuestros hallazgos significan que los ladrillos se quemaron y enfriaron in situ, justo donde fueron encontrados; es decir, hubo un incendio que colapsó la estructura en unas pocas horas", revela el investigador. "Si los ladrillos se hubieran cocido en un horno y luego se hubieran colocado en la pared, sus orientaciones magnéticas habrían sido aleatorias".

Imagen del área excavada donde se han recuperado los materiales.

Imagen del área excavada donde se han recuperado los materiales. Proyecto arqueológico Tell es-Safi / Gat, Universidad Bar-Ilan

"Además, si la estructura se hubiera derrumbado a lo largo del tiempo y no en un solo incendio, los escombros colapsados habrían mostrado orientaciones magnéticas aleatorias", añade Vaknin. "Creemos que la razón principal de la interpretación errónea de nuestros colegas fue su incapacidad para identificar quemaduras a temperaturas inferiores a 500°C. Dado que el calor asciende, los materiales en la parte inferior del edificio se quemaron a temperaturas relativamente bajas, por debajo de 400°C: el estudio anterior no los identificó como quemados, lo que llevó a la conclusión de que el edificio no había sido destruido por el fuego".

Erez Ben-Yosef, profesor también de la Universidad de Tel Aviv, subraya por su parte que este trabajo arroja luz sobre los métodos de construcción antiguos. "La tecnología de cocción de ladrillos requiere vastas cantidades de materiales combustibles y en épocas pretéritas esto podría haber provocado deforestación e incluso la pérdida de algunas especies de árboles en la zona", detalla. "Nuestros descubrimientos indican que esta tecnología probablemente no se practicaba en la Tierra de Israel en la época de los reyes de Judá e Israel".