Casi ninguno era francés, pero acabaron dando la vida por Francia el 21 de febrero de 1944. Hace 80 años, en Mont-Valérien, al oeste de París, sonó una brutal descarga del pelotón de ejecución nazi que segó la vida de 22 miembros del grupo Manouchian. Entre ellos estaba Celestino Alfonso, carpintero y capitán de las Brigadas Internacionales nacido en Ituero de Abaza, Salamanca. El 10 de mayo del mismo año fue decapitada en Stuttgart otra participante de esta organización de la Resistencia, Golda Banic, ya que la ley alemana no contemplaba el fusilamiento a una mujer.
En un acto oficial celebrado este miércoles, los 23 nombres de los integrantes de la partida fueron inscritos en el Panteón de París, monumento donde Francia rinde homenaje a grandes personalidades de su historia como Rousseau, Voltaire o Alejandro Dumas. El féretro de Missak Manouchian, líder del grupo y superviviente del genocidio armenio perpetrado por el Imperio otomano, y el de su esposa Méliné fueron trasladados por la Legión Extranjera. Hasta ahora solo habían sido enterrados miembros franceses de la resistencia como Jean Moulin.
En el acto solemne, Emmanuel Macron, presidente de Francia, recordó las últimas palabras conocidas de Celestino Alfonso antes de enfrentarse al pelotón de fusilamiento. "Solo soy un soldado que muere por Francia (...), sé por qué muero y estoy muy orgulloso", escribió el salmantino a su esposa.
Atentados en París
Después de vivir varios años ejerciendo de carpintero en la localidad de Ivry-sur-Seine, en la región parisina, Alfonso se alistó en las Brigadas Internacionales cuando estalló la Guerra Civil española. Sirviendo en una ametralladora ganó fama de gran tirador, quedó herido en combate en 1938 y alcanzó el rango de comisario político en la II Brigada Internacional. Al acabar la contienda fue internado en un campo de refugiados en la pirenaica localidad francesa de Saint-Cyprien, de donde logro escaparse.
Ante la ocupación nazi de Francia en la II Guerra Mundial, en 1942 entró a formar parte de la Resistencia. Fichado por la Gestapo y la policía de Vichy, fue capturado y deportado a Alemania, aunque después de una nueva evasión se instaló en París en 1943. Allí formó parte del grupo de Francotiradores y Guerrilleros Obreros Emigrantes (FTPF-MOI), formado en su mayoría por comunistas extranjeros.
La partida a la que pertenecía, liderada por el citado Manouchian, protagonizó una campaña de sabotajes y atentados en París y Orleans durante todo el otoño, según informa la página web de la localidad de Ivry-sur-Seine, que le ha dedicado una calle. Alfonso en concreto estaba en el grupo que arrojó una granada contra el general Ernst von Schaumburg, gobernador del Gran París el 28 de julio.
El 28 de septiembre el comunista español disparó con su pistola contra el general de las SS Julius Ritter. Logró herirle, pero gran parte de las balas impactaron en las ventanillas. Mientras Ritter intentaba escapar, otro miembro del comando descargó un nuevo torrente de balas sobre el nazi, que era el responsable de garantizar los trabajos forzosos de miles de civiles franceses en las fábricas alemanas para contribuir en el esfuerzo bélico.
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La propaganda nazi les definió como extranjeros, judíos y comunistas. "Alfonso Celestino, español rojo, siete atentados", informó uno de los carteles que circularon por la Isla de Francia. Finalmente, gran parte del comando fue capturado y ejecutado en Mont-Valérien, donde entre enero de 1941 y junio de 1944 se dio muerte a cerca de 1.007 hombres.
Entre los invitados a la ceremonia realizada en el Panteón de París había familiares de los miembros del grupo, líderes de asociaciones de la resistencia y representantes de los países de donde eran originarios los fusilados, como Ángel Víctor Torres, ministro español de Política Territorial y Memoria Democrática que, según recoge la Agencia Efe, definió a Celestino Alfonso como "un combatiente que entregó su vida peleando y defendiendo la libertad y la democracia".
Christine Montiel, una sobrina-nieta del salmantino, declaró que Alfonso es un orgullo para la familia. "Es una cosa increíble porque pasaron ochenta años y no pasó nada. Y ahora con la 'panteonización' de Manouchian tenemos un homenaje para todos los combatientes, y eso es fenomenal", apuntó. A pesar de que el presidente galo recomendó no asistir a Marine Le Pen, líder del polémico partido ultraderechista Frente Nacional, la política estuvo presente en la ceremonia.