Jefe de escuadra de la Real Armada y director de las Academias de Guardiamarinas de Cádiz, El Ferrol y Cartagena, Vicente Tofiño de San Miguel fue un erudito adelantado a su tiempo. Su monumental Atlas marítimo de España se situó en la cima de la cartografía náutica del siglo XVIII. Asimismo, el apellido de este científico ilustrado ha quedado indisolublemente asociado a la fundación de la ciudad de Tofino, al oeste de isla de Vancouver, en la provincia canadiense de Columbia británica, como perenne tributo por sus descubrimientos geodésicos gracias a sus discípulos Juan Francisco de la Bodega y Quadra, Dionisio Alcalá Galiano y Cayetano Valdés Flórez.
Precoz, inquieto y con hambre de conocimientos, Vicente Tofiño San Miguel y Vandewalle vio la luz en la ciudad de Cádiz el 6 de septiembre de 1732. Nació en el seno de una familia de militares. Era hijo legítimo de Diego Tofiño de San Miguel, natural de Villanueva de la Serena (Badajoz), y Juana Vandewalle Guzmán de Cádiz. Ingresó como cadete de las Guardias Españolas en 1747 antes de alcanzar la edad reglamentaria. A consecuencia de su penuria económica fue trasladado al regimiento de Murcia en 1750. Ascendió a subteniente el 9 de diciembre de 1752 y a teniente el 24 de abril de 1754. Finalizando diciembre del citado año, entró en el regimiento de Soria con la misma graduación de teniente.
Compatibilizando su vocación militar con la erudición y de manera autodidacta, escudriñó los 15 libros del matemático Euclides y, a partir de 1751, profundizó en la física experimental. Llegó a editar un abultado cuaderno de observaciones sobre la máquina neumática. Años más tarde recaló en Segovia, donde se granjeó la amistad del célebre padre jesuita José Francisco de Isla y del ilustrado conde de Mansilla, Manuel Antonio Campuzano Peralta, quien le prestaba ejemplares de su enciclopédica biblioteca.
Retornó el 18 de noviembre de 1755 a Cádiz al ser designado por el ingeniero naval y científico Jorge Juan y Santacilia tercer maestro de matemáticas en la Academia de Guardiamarinas, con retribución de 12.000 reales. El 3 de septiembre de 1767 fue elevado a teniente de fragata y poco más tarde a teniente de navío. El 11 de diciembre escaló a segundo maestro de dicha Academia y director el 6 de agosto de 1768. Continuó con este rango en las Academias de El Ferrol y Cartagena hasta acceder a la jefatura de escuadra en 1789.
Entusiasta de las mediciones astronómicas, pasaba las noches en el observatorio de Cádiz. Los científicos galos Alenxandre Guy Pingré, Charles Pierre Claret de Fleurieu, Jean Charles de Borda y Jean René Antoine Verdun de la Crenne visitaron estas instalaciones y elogiaron los sorprendentes descubrimientos de Tofiño. En sus metódicas apuntaciones reveló en 1764 un eclipse anular del Sol y, cinco años más tarde, el paso de Venus por la estrella solar, siendo posteriormente difundidas en Europa por el célebre astrónomo Joseph Jerome Lalande en la segunda edición de su Astronomie (1771).
Astronomía y experiencia náutica
Según la profesora Luisa Martín Merás Verdejo, en 1783 Tofiño redactó el plan de estudios del Real Observatorio de la Marina de Cádiz. El alumnado debía trazar mediciones para encuadrar el mediodía por alturas solares, contemplar los pasos meridianos del Sol, la Luna y los planetas, precisar el posicionamiento de estrellas mediante la asignación de sus coordenadas ecuatoriales (ascensión recta y declinación), examinar los satélites de Júpiter y las ocultaciones de estrellas por la Luna.
Pretendía que los oficiales destinados al Observatorio sumasen conocimientos astronómicos a la experiencia náutica para crear una élite científica en la Armada española. Así, forjó una promoción de marinos astrónomos de la envergadura de José Domingo de Mazarredo, José Vargas Ponce o Dionisio Alcalá Galiano, que le ayudó en el colosal proyecto que el ministro de la Marina, Antonio Valdés y Fernández Bazán, le había encomendado: cartografiar las costas de España tras las averiguaciones científicas de Jorge Juan y Antonio de Ulloa.
Autor del Atlas marino de España, islas Azores y adyacentes (1765-1788), paralelamente se consagró como teórico matemático escribiendo el Compendio de la geometría elemental (1771) con tomo dedicado a Jorge Juan. Publicó la Colección de cartas esféricas de las costas de España y África, planos y vistas (1788), que le permitió completar el grandioso Atlas marítimo de España (1789). Fue una expresa petición de la Corona como recoge la siguiente publicación:
"Deseando el Rey evitar á los navegantes los continuos riesgos á que están expuestos por los notables errores que se advierten en las cartas marítimas de las costas de España publicadas hasta ahora por los extranjeros, se dignó S. M. mandar en el año de 1783 que las formase de nuevo el Brigadier de la Armada y Director de las tres Academias de Guardias Marinas D. Vicente Tofiño de S. Miguel, cuyo talento y continuo estudio, bien conocido en la Europa, aseguraban el acierto, dexando á su arbitrio la elección de los demás Oficiales y Guardias Marinas que debían acompañarle". (Gazeta de Madrid, 30 de diciembre de 1785).
Primer mapa de España
Constituyó el primer mapa de España levantado en base a las modernas técnicas de la cartografía científica: usó los más avanzados instrumentos de medición de la época y acopió la información a través de levantamientos geodésicos y proyecciones geométricas exhaustivas. Simultáneamente, se iban delineando, grabando e imprimiendo las cartas junto a las láminas del Atlas y se describieron los dos derroteros que lo adjuntaban con prolijos textos y un sinfín de datos. Ese documento cartográfico era siempre consultado por las secretarías de Estado, Hacienda y Marina.
Fruto de esta incansable obsesión por el perfeccionamiento cartográfico, ingresó en prestigiosas instituciones como la Real Academia de la Historia, de las de Ciencias de París, de Lisboa y fue individuo honorario de las Sociedades Económicas de Amigos del País de Mallorca y Vascongadas.
En la esfera estrictamente privada, Tofiño, en virtud de poder otorgado en Cádiz el 24 de junio de 1788, contrajo matrimonio con Gertrudis Steller Alegre, viuda de su primer marido, Tomás Ortiz Canela, con el que concibió siete hijos. Ella aportó a la sociedad conyugal como dote un inmueble en la Alameda Apodaca de la capital, parte de la fortuna que le correspondía y algunas botas de vino.
A tenor del testamento y última voluntad de Tofiño ante el escribano de Mayor de Guerra del Departamento científico de Cádiz Cristóbal González Téllez, otorgado en la Real Isla de León el 28 de octubre de 1788, Steller debía preparar el cadáver "vestido como corresponde, sepultado en la iglesia, bóveda, capilla o lugar con la forma de entierro, dobles oficios y exequias". Declaró albaceas a su esposa, al comerciante José Santiago Rotalde y al gaditano Francisco Genet. Como carecía de herederos "forzosos, ascendientes ni descendientes", Tofiño instituyó universal heredera del patrimonio familiar a su consorte, "y si faltare" a sus vástagos.
Fallecería en San Fernando (Cádiz) el día 15 de enero de 1795 a causa de una trombosis, dejando tras de sí un enorme legado científico que trascendería hasta bien entrado el siglo XX.