El 24 de octubre del año 79 d.C. el encolerizado monte Vesubio entró en erupción congelando la historia a las ciudades romanas de Pompeya y Herculano. Desde que en el siglo XVIII el futuro rey de España Carlos III comenzase la investigación arqueológica del lugar, cada vez son más los secretos que se descubren entre sus ruinas. Uno de los lugares de aquella urbe pérdida en el tiempo que hechiza a los arqueólogos se encuentra en la conocida como vía del Vesubio, frontera entre las zonas excavadas y las pendientes de estudio. Una rica domus recibió a los investigadores italianos en 2018 y 2019 y les sorprendió con la abundancia y riqueza de sus frescos y murales.
El más destacado de la casa, que le da nombre, representa la escena en la que Zeus, convertido en un cisne, se acuesta con Leda, reina de Esparta. De aquella unión nacerían Helena de Troya, los dioscuros Castor y Pólux y Clitemnestra, esposa del temido Agamenón. La pintura, parcialmente enterrada en la ceniza, es atribuible al estilo IV. Los trabajos de excavación y restauración en la casa de Leda y el cisne destinados a resolver los problemas de conservación del aparato decorativo de la domus y a establecer un nuevo sistema de cubiertas protectoras han documentado dos nuevas estancias organizadas alrededor de su atrio -armonizada con paneles rojos y amarillos marcados por una arquitectura falsa, con cuadros mitológicos en el centro-.
Una de ellas es el tablinum, estancia usada como recibidor, decorada con fondos blancos y representaciones de aves, árboles, paisajes marinos y algún animal mitológico. En la misma zona apareció un pasillo que conduce a las dependencias de servicio y una pequeña sala cuadrangular. Recientemente se ha podido comprobar que la casa se construyó en fases diferenciadas y que no estaba sola. Al norte y al sur aparecieron otras dos domus vecinas repletas de pinturas. El objetivo de los arqueólogos consiste en conocer el plano de la casa de Leda y adquirir datos suficientes para definir las habitaciones principales de las otras dos estructuras.
Frixo y Hele
La zona ya había sido explorada en las primeras excavaciones de los siglos XVIII y XIX. La capa de cenizas del año 79 d.C. tiene una altura de 50-80 centímetros desde el nivel del suelo, mientras que en las otras casas el depósito de piedra pómez alcanza una altura de casi 4 metros, cubriendo las crestas de los muros.
La vivienda situada al norte de la casa de Leda y el cisne se estructura en seis estancias, casi todas comunicadas con el atrio, según ha explicado en un comunicado el Parque Arqueológico de Pompeya. En la zona de transición entre el ala sur y el patio interior se encontró en diciembre un conjunto de trece estatuillas de terracota destinadas a funciones religiosas. Junto a un altar votivo se representan naturalezas muertas y motivos lacustres. Las habitaciones vecinas se caracterizan, en cambio, por tener niveles de planta más altos que la casa de Leda.
La domus sur incluye la entrada, uno de los cubículos laterales y parte del atrio. El atrio estaba dotado de una escalera de la que queda huella negativa junto a un larario dedicado al culto doméstico que conserva un estante de mármol. Entre las decoraciones del estilo IV que recubren las paredes del fondo destaca un fresco mitológico que representa a los hermanos Frixo y Hele.
Hijos del rey de Beocia y la diosa de las nubes Néfele, aparecen huyendo en el carnero del Toisón de Oro. Al cruzar el estrecho de los Dardanelos, Hele se ahogó en el mar Negro, conocido desde entonces por los griegos como Helesponto. Frixo consiguió llegar a la Cólquida y sacrificar al carnero que más tarde buscaría Jasón, el argonauta.
[Hallan por primera vez los restos de un arma que los legionarios romanos usaban para defenderse]
Este conjunto de viviendas repletas de pinturas "particularmente valiosas" y escenas mitológicas siguen siendo estudiadas al mismo tiempo que se limpian de residuos volcánicos de los frescos, paso previo a la consolidación de la capa superficial y al incio de su restauración pictórica.