Entre los siglos II y I a.C. la bota de las legiones se impuso en gran parte de la región que los romanos conocían como Hispania. En la actual provincia andaluza de Granada, entre los años 45 y 27 a.C., los conquistadores asentaron a sus veteranos de las Legiones I y II sobre un viejo oppidum bastetano en la actual Guadix. Aquel asentamiento prosperó hasta convertirse en una pujante ciudad conocida como Colonia Iulia Gemella Acci dotada de edificios públicos que se perdieron con el paso del tiempo.
En 2007, durante la excavación de un aparcamiento subterráneo fue redescubierto el teatro de Acci que, con una capacidad estimada para 2.500 espectadores en sus momentos de gloria, aún esconde numerosos secretos encerrados entre sus gradas. Las carcajas de las comedias y el llanto de las tragedias clásicas son sustituidos en la actualidad por el rumor de los investigadores que analizan el lugar. Los últimos estudios dan cuenta del excepcional archivo climático de Guadix conservado en aquellas ruinas que indican que el teatro fue sacudido por una gran inundación cada milenio, coincidiendo con dos periodos climáticos cálidos en época romana y medieval.
Varias capas de sedimentos cubrían las diferentes partes del conjunto y llamaron la atención de Antonio López, arqueólogo responsable del lugar en el momento de su descubrimiento. Andrés Díez, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), fue el primer especialista en analizar el registro sedimentario y constatar que su origen se debía a grandes inundaciones que asolaron la ciudad romana. Más tarde, se unieron Rosa María Mateos y Daniel Vázquez, de la misma institución, que contribuyeron a desentrañar la misteriosa información contenida en las arcillas, limos y arenas fluviales que les ha permitido reconstruir las dos catástrofes ocurridas en Guadix durante los últimos dos mil años.
Cada mil años
“Nos encontrábamos ante algo excepcional”, afirma Daniel Vázquez, del IGME en una reciente nota de prensa publicada por el centro nacional del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Los investigadores habían sacado a la luz un conjunto monumental de casi 6.000 metros cuadrados, construido en el primer cuarto del siglo I d.C. que contaba con todos los elementos de un teatro romano de relevancia.
“Los arqueólogos hallaron restos de cerámica, vidrio e incluso monedas en el sedimento que, junto con su relación con los elementos constructivos, fueron clave para datar las inundaciones”, informa Andrés Díez. Además, los científicos aplicaron técnicas de datación con radiocarbono (carbono 14) y luminiscencia para confirmar su datación. “Fue un trabajo coral que combina las herramientas que ofrece la geología, la arqueología y la cronología”, apunta Rosa María Mateos (IGME-CSIC). Hoy los resultados de la investigación conjunta del IGME y el CSIC se pueden consultar en su artículo Una inundación catastrófica cada milenio publicado en la prestigiosa revista internacional Global and Planetary Change.
Mientras los romanos construían el porticus del teatro, una gran inundación de la cercana rambla del Almorejo lo cubrió de sedimentos durante el conocido como Óptimo Climático Romano (200 a. C. – 150 d. C.). Este periodo fue caracterizado por un clima más cálido y húmedo al actual que produjo una gran bonanza agrícola. Estas circunstancias benignas no sólo favorecieron la expansión del Imperio romano, sino incluso permitió que incluso en la umbrosa Britannia se pudieran cultivar vides.
Más de mil años después, a finales del siglo XII, otra gran inundación se cebó con el lugar en un momento en el que los almohades usaban el teatro como cantera de sillerías para sus construcciones. Esta vez las aguas del río Guadix fueron las que desbordaron su cauce acompañadas por las de la rambla de Almorejo. En este siglo, el calor volvió de nuevo a una Europa sumergida en la Edad Media. La riqueza agrícola y ganadera que creció de sus pastos y tierras de cultivo fue la que financió en buena medida la construcción de grandes castillos y catedrales.
[Las algas fósiles que tienen la clave de las mortíferas plagas que asolaron el Imperio romano]
La Anomalía Climática Medieval refleja un periodo extraordinariamente caluroso en Europa entre los siglos X-XIV conocido también como conocido también como Óptimo Climático Medieval. Los autores afirman que el estudio de la historia de Guadix puede ayudar a entender los efectos del actual calentamiento climático y prever sus consecuencias en la inundabilidad de la localidad.
Sobre las ruinas del teatro romano de Guadix está escrito lo que ocurrió en el pasado. Quizás sea también una llamada de atención al presente, como indican los investigadores de este estudio. Mil años después de la última gran avenida almohade se alcanza un nuevo calentamiento del clima.