En noviembre del pasado año, el detectorista Trevor Penny se encontraba rastreando con un potente imán el fondo del río Cherwell a su paso por Oxfordshire. Mientras practicaba la polémica técnica conocida como "pesca con imán" a la caza de restos arqueológicos solamente pudo encontrar algunos postes de andamios. Sin embargo, aquel afluente del Támesis escondía en su interior un artefacto que en un principio, cubierto de lodo, no supo reconocer.
"Estaba al lado del puente y le grité a un amigo al otro lado del puente: '¿Qué es esto?' Vino corriendo gritando: '¡Parece una espada!'", recordó el detectorista en su mural de Facebook. Poco después de su hallazgo lo puso en conocimiento de las autoridades locales responsables en materia de patrimonio y arqueología para que lo analizase un grupo de expertos que han confirmado que se trata de una vieja espada oxidada forjada en algún punto entre los años 850 y 975 d.C., momento en el que los reinos anglosajones y los vikingos escandinavos y daneses se disputaron el control de las Islas Británicas.
La conocida como época vikinga comenzó en el año 793. Aquel verano, una serie de oscuras naves rematadas por terroríficas cabezas de dragón se lanzaron a la velocidad del rayo sobre la tranquila abadía de Lindisfarne. Allí pasaron a cuchillo a los indefensos monjes, saquearon los tesoros y vendieron a los supervivientes como esclavos. Desde entonces, aquellos guerreros paganos intensificaron sus incursiones por todas las costas europeas, incluidas las del reino de Asturias.
Aquellos guerreros del norte terminaron por cristianizarse, pero siguieron siendo un dolor de cabeza para los reinos medievales hasta el año 1066 cuando el famoso rey Harald III de Noruega murió de un flechazo en la garganta en la batalla de Stamford Bridge frente a los guerreros sajones.
La espada de más de mil años de antigüedad que ha sido rescatada del olvido del tiempo se encuentra actualmente a buen recaudo en el museo de Oxford y podría exhibirse dentro de poco. "Los funcionarios me dijeron que era arqueológicamente raro encontrar espadas enteras y tesoros de importancia histórica aún intactos. Fue un momento de orgullo encontrarlos", declaró Trevor Penny al diario local Oxford Mail.
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"Hubo una pequeña disputa con el propietario de la tierra y el fideicomiso de los ríos que no permiten la 'pesca con imanes'. Estos últimos enviaron un documento legal diciendo que no tomarían medidas con la condición de que la espada fuera entregada a un museo, cosa que ya había hecho", concluyó Penny.