El Servicio de Arqueología (SIAM) del Ayuntamiento de València ha datado como islámica una espada del siglo X d.C. que fue localizada en 1994 en una casa islámica de la calle Historiador Chabàs, en su casco histórico, clavada de pie en el interior de una fosa que al haber sido colmatada por varios sedimentos los técnicos denominaron como "Excálibur", al igual que la famosa espada legendaria del rey Arturo.

La casa donde apareció el arma estuvo ubicada al norte del antiguo foro romano, en una zona que ha sido ocupada por varias culturas y pueblos a lo largo de la historia. Se trata de una espada corta de hierro que mide 46 centímetros con un puño ornado con placas de bronce y pequeñas escotaduras que favorecían el manejo. La hoja, de tamaño moderado, se curva ligeramente hacia la punta, lo que ha generado cierta confusión sobre la exacta cronología puesto que las espadas fabricadas por los visigodos presentaban una forma parecida.

Los estratos sedimentarios, sin embargo, son posteriores a la muerte del rey Rodrigo en la mal llamada batalla de Guadalete del año 711. El tamaño del arma y la ausencia de una guarda para la mano sugieren que podría haber sido empleada por un jinete de la época califal de al-Ándalus. Es probable también que sea una evolución de los modelos visigóticos pero, para los técnicos municipales, no hay duda de que pertenece al período islámico de Balansiya.

Restauración

A raíz de esta investigación, esta se convierte en la primera espada islámica que aparece en la ciudad y solo encuentra similitudes con el arma que se descubrió en las excavaciones de Medina Azahara, la ciudad califal de Abderramán III, en Córdoba. Además, las espadas bien conservadas de esta época son escasas en España y más todavía en la ciudad de Valencia, donde las características del suelo dificultan la conservación.

La espada, que ha sido restaurada, ha podido ser datada en el marco de la beca de arqueología que, anualmente, convoca el Ayuntamiento de Valencia. En la edición 2023-2024, la beca ha estado dedicada íntegramente al análisis de objetos metálicos; el hecho de que el beneficiario de esta beca sea un arqueólogo especializado en metales ha favorecido la datación exacta de la espada.

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El análisis de la pieza también se enmarca en los trabajos de catalogación y revisión que el Servicio de Arqueología municipal está realizando con motivo de su 75 aniversario, que se celebra en este 2024, y que culminará en una muestra que podrá verse después del verano en la sala de exposiciones de la Casa Consistorial