Excepcional hallazgo en un monasterio de Navarra: un altar que arroja luz sobre el mundo religioso romano
Un ara votiva del siglo I d.C. dedicada por una tal Valeria Vitella refleja la permanencia del culto a deidades indígenas vasconas durante el periodo romano.
17 junio, 2024 12:30El monasterio medieval de Doneztebe o San Esteban (Larunbe, Navarra) se alzaba sobre un promontorio fácilmente defendible e inexpugnable por su vertiente sureste. Construido a finales del siglo XI con una planta original de tres ábsides semicirculares, tenía el control visual de una de las principales vías de acceso a la cuenca de Pamplona. Desde la Antigüedad, el lugar, ubicado en la cima del monte Arriaundi (942m), había resultado atractivo a diferentes pueblos para realizar ceremonias de carácter religioso.
Las excavaciones y los trabajos de consolidación de los restos del yacimiento no solo han permitido documentar las distintas fases de ocupación del sitio, sino que ahora han registrado un singular hallazgo: un ara o altar votivo del siglo I d.C. con un texto escrito en latín que recoge la dedicación de una mujer llamada Valeria Vitella a la deidad vascona Larrahe. La "excepcional" pieza, que ha aparecido depositada en el fondo del pozo medieval adscrito al monasterio, es un reflejo de la permanencia del culto a deidades indígenas vasconas durante el periodo romano.
El equipo multidisciplinar que estudia el sitio, coordinado por arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y con la participación de investigadores de las universidades del País Vasco, de Barcelona, de Burgos y de Pau et des Pays de l’Adour, ha anunciado el descubrimiento del ara este fin de semana. La pieza, que originalmente estaba diseñada para estar de pie, ser contemplada y legible, se encontró con la inscripción orientada hacia abajo. Una posible hipótesis es que fuese depositada o arrojada en el pozo de forma intencionada.
"Si bien en el yacimiento de Arriaundi se han podido documentar aisladamente materiales arqueológicos de época romana tales como fragmentos cerámicos, tachuelas de sandalias y monedas, el descubrimiento del ara aporta avances significativos sobre las creencias de los vascones, el área de culto a la deidad Larrahe y el sincretismo entre el mundo romano y el vascón", han destacado los arqueólogos de Aranzadi en una nota de prensa.
Los altares o aras romanas suelen ser de piedra y con una inscripción dedicatoria en el centro. En Hispania, la mayor parte de estas piezas tienen textos en latín y suelen presentar los nombres de una divinidad y la persona que realiza la dedicatoria. La base y la parte superior sobresalían del cuerpo, y esta última solía tener una corona con un pequeño orificio denominado focus sobre el que se vertía vino o se quemaba algún tipo de incienso en su interior a modo de ofrenda.
Hasta el momento, el nombre de la diosa indígena, Larrahe, solo se ha identificado en otras tres aras del territorio vascón localizadas en la cuenca del Arga y en su afluente, el río Salado: Muruzabal de Andión (Mendigorria, antigua Andelo), Irujo y Riezu. "La de Larunbe es excepcional ya que es la pieza que más al norte ha aparecido y a más altitud, y la única recuperada en contexto de intervención arqueológica. Esto amplia el ámbito de influencia hasta ahora conocido para esta divinidad", destacan los investigadores.
Y añaden: "Se trata por tanto de una deidad evidentemente vascona, ya que tiene una parte final, escrita -he que podemos interpretar probablemente como la forma del dativo vascónico, es decir, que marca a quién está dedicada: a la deidad Larra. El nombre vascónico, con su vinculación al euskera actual, nos lleva a una interpretarla como una deidad relacionada con el campo o el territorio de labranza".
Desde la Sociedad de Ciencias Aranzadi, artífices del hallazgo de la enigmática mano de Irulegi, se subraya que el hallazgo del altar de Larumbe amplía más al norte la dimensión territorial de los testimonios escritos de la divinidad y del idioma vascónico: "El lugar donde aparece está en los límites de lo que podría ser el territorio patrimonial vascón y sus vecinos probablemente várdulos. El testimonio del ara nos delimita un poco más este territorio y nos señala esta zona de culto a la divinidad vascona a finales del siglo I d.C. Es un testimonio más que ayuda a profundizar sobre los orígenes y evolución del vascónico y del euskera".
El hallazgo, que se ha presentado en un acto institucional en la iglesia de San Vicente de Larunbe con la asistencia de diversas autoridades autonómicas, cuenta también con un reportaje documental y una monografía para ahondar en los datos descifrados por los investigadores hasta ahora.