El mundo actual parece cada vez más frágil e inestable. Según un informe del think tank Institute for Economics & Peace (IEP), desde el final de la II Guerra Mundial no se registraba un número de conflictos en activo tan elevado: 56 guerras abiertas con 92 países implicados, lo que evidencia el grado de internacionalización de la violencia. A esto hay que sumar el aumento de la polarización política y social, el resurgir de los extremismos, el agravamiento de las brechas económicas, los profundos debates sobre la necesidad del rearmamento de los países... Una postal bastante preocupante.
En una serie de artículos recopilados en el volumen Sobre el olvidado siglo XX (Taurus, 2008), el lúcido historiador Tony Judt recordaba que si el Estado del bienestar acabó imponiéndose en Occidente tras la II Guerra Mundial fue porque se quería evitar que la inestabilidad económica y la desigualdad social volvieran a generar las tensiones que desgarraron a Europa en el terrible período de entreguerras. El autor del monumental Postguerra temía que esa lección se hubiera perdido en el ensueño del fin de la historia. Seguro que su diagnóstico hoy sería todavía más alarmante.
La centuria pasada, plagada de guerras, revoluciones y episodios de exterminio, de una violencia indómita, como dice Julián Casanova, fue la más mortífera y destructiva de la historia. Pero también una época de inmensos avances y conquistas sociales y saltos a lo desconocido los ámbitos tecnológico y científico. Por eso siempre resulta ilustrador sumergirse en este pasado reciente que deambula entre el vértigo y la efervescencia. Y lo bueno es que se puede hacer de formas novedosas y originales.
Eso es precisamente lo que han logrado Rafael Delgado y Diego Caballero, profesores sevillanos de Secundaria y Bachillerato, en Historia(s) del siglo XX (Desperta Ferro), libro a caballo entre la narrativa y la no ficción que trata de condensar las idiosincrasias de la centuria pasada en cuarenta relatos breves, todos ellos ilustrados por Andrea Cid. Una aproximación global a través de la intrahistoria y las microhistorias multitemáticas a los acontecimientos que cambiaron el mundo, desde la aprobación del derecho al voto de las mujeres, por primera vez permitido en el estado de Australia del Sur, hasta la caída del Muro de Berlín o la clonación de la oveja Dolly, que narra ella misma.
"La intersección de tragedia y triunfo, de conflicto y progreso, es lo que hace que el siglo XX sea tan intrigante para explorar a través de la lente de la narrativa. Es por ello que decidimos abordar la tarea de condensar cien años de historia en cuarenta relatos, con la intención de ofrecer a los lectores una visión comprensiva y cautivadora de un periodo que atrapa a quien se acerca a él", explica Caballero sobre la génesis del proyecto, enfocado principalmente a un público juvenil pero accesible a toda persona interesada en conocer más detalles de este periodo histórico.
En las cuatro decenas de relatos, que entrelazan diversos estilos narrativos, se incluyen eventos clave, como el estallido de la Gran Guerra, la preparación de la Revolución rusa en el apartamento de la bolchevique Galina Flakserman, la Noche de los Cristales Rotos, el desembarco de Normandía, el accidente nuclear de Chernóbil... Pero la lista está llena de elecciones curiosas: la gestación de una de las obras maestras de Picasso, Las señoritas de la calle de Avinyó, a través del diálogo ficticio de las mujeres que protagonizan el lienzo, el That's all right de Elvis para ahondar en la eclosión del rock and roll, el primer trasplante de corazón, los sucesos protagonizados por el colectivo LGTBI en Stonewall o la invención del correo electrónico.
"Hemos sido muy conscientes de la importancia de dar voz a las historias secundarias que a menudo son eclipsadas por los grandes acontecimientos. Nos hemos esforzado en destacar momentos menos populares pero igualmente significativos que han moldeado el curso de la historia", subraya Delgado. En lo tocante a la historia de España, se repasan hechos como el asesinato de Cánovas en la Puerta del Sol en 1912, el desastre de la guerra colonial en Marruecos a través del Expediente Picasso —el relato consiste, por ejemplo, en la entrevista a una cantinera que vendía víveres a los soldados—, la creación de La Barraca de Lorca, los pactos de la dictadura de Franco con EEUU mediante la historia del rodaje de Bienvenido, Míster Marshall o la repulsa al terrorismo de ETA ejemplificado en el espíritu de Ermua.
Además de la vertiente divulgativa, los autores destacan el valor educativo de este tipo de proyectos: "Hace mucho tiempo que nos percatamos de que los estudiantes comprendían mejor cada etapa histórica si además de ofrecerles nombres y fechas les aportábamos diálogos, escenas y una visión subjetiva desde los ojos de personajes reales y ficticios. A nosotros mismos nos ocurre que leemos, por ejemplo, a Chaves Nogales y nos fascina poder acceder desde su perspectiva literaria a toda la documentación que tantas veces hemos estudiado desde la Historia".