Arqueólogos israelíes han encontrado los restos de un buque hundido hace 3.300 años naufragado con cientos de ánforas y recipientes a 90 kilómetros de la costa mediterránea israelí y a 1,8 kilómetros de profundidad, algo muy inusual. La carga fue descubierta durante una inspección de la empresa británica de gas natural Energean E&P, que explota los yacimientos de gas de Karish, Katlan y Tanin. La Autoridad de Antigüedades de Israel identificó los recipientes como ánforas cananeas, datadas en el Bronce Final, entre los años 1250 y 1100 a.C.. 

"El barco parece que se hundió en algún momento de crisis producido por una tormenta o un ataque pirata, fenómeno muy habitual durante el Bronce Final. Es al mismo tiempo el primero y el más antiguo que se ha encontrado en las profundidades del Mediterráneo oriental, a noventa kilómetros de la costa más cercana", explica en un comunicado Jacob Sharvit, jefe de la Unidad Marina de la Autoridad de Antigüedades de Israel.

La empresa energética se encontraba realizando mediciones rutinarias con la ayuda de un robot sumergible para explorar el fondo marino cuando, el año pasado, detectaron una lectura inusual de lo que parecía un montón de jarras amontonadas en las profundidades. "Estuvimos en contacto con la Autoridad de Antigüedades de Israel y cuando les enviamos las imágenes resultó ser un descubrimiento sensacional, mucho más allá de lo que podíamos imaginar", explica Karnit Bahartan, jefe de personal de Energean.

Algunas de las ánforas halladas en el mar Mediterráneo. Autoridad de Antigüedades de Israel

Rescate

"Este es un descubrimiento que cambiará la historia: este hallazgo nos revela como nunca antes las habilidades de navegación de los antiguos marinos, capaces de atravesar el mar Mediterráneo sin ver la costa. Desde este punto geográfico, sólo se ve el horizonte. Para navegar probablemente utilizaban los cuerpos celestes, tomando referencias y ángulos de las posiciones del sol y las estrellas", añade Sharvit. 

El mapeo del lugar gracias al robot permitió conocer que se trataba de un barco de entre 12 y 14 metros de largo que transportaba cientos de ánforas, de las que solo unas pocas son visibles sobre el fondo del mar. Sobre el fondo fangoso, según Sharvit, se esconde una segunda capa de vasijas junto a lo que parecen ser vigas de madera de la propia embarcación. 

Imágenes de la extracción de una de las vasijas. Autoridad Antigüedades Israel

Los técnicos de Energean, junto con los arqueólogos israelíes investigaron de cerca el hallazgo y planificaron una compleja operación para extraerlos haciendo el mínimo de daño posible al pecio. Para ello, diseñaron una herramienta específica para la operación que duró dos días y en la que se rescataron dos ánforas, una de cada extremo de la pila para evitar dañar el conjunto del buque y su carga.

A juzgar por los hallazgos, el tipo de embarcación y su carga, indican que el buque fue diseñado para transportar productos relativamente baratos como vino, aceite y demás, producidos en masa. "Encontrar tal cantidad de ánforas a bordo de un solo barco es testimonio de los importantes lazos comerciales entre su país de origen y las antiguas tierras del Próximo Oriente en la costa Mediterránea", afirmó el arqueólogo israelí. 

Las dos ánforas rescatadas para su estudio. Autoridad Antigüedades Israel

Revolución arqueológica

Hasta el momento, según indica el comunicado, solo se conocían otros dos pecios con carga datados en la Edad del Bronce Final en el mediterráneo, ambos en la costa turca. Estos dos naufragios, el de cabo Gelidonya y el del barco Uluburun estaban muy cerca de la costa y se podía acceder a ellos con equipos de buceo convencionales. Gracias a este estudio, hasta ahora se pensaba que la navegación y el comercio se realizaban por cabotaje, de una costa a otra sin separarse demasiado. 
 
"El descubrimiento de este barco ahora cambia por completo nuestra comprensión de las habilidades de los antiguos marineros: es el primero que se encuentra a tanta distancia sin línea de visión hacia ninguna costa. Aquí hay un gran potencial para la investigación: el barco está a una profundidad tan elevada que prácticamente ha quedado congelado en el tiempo desde que se hundió; su cuerpo y su contexto no han sido alteradas por la mano humana (buzos, pescadores, etc.); ni por las olas y corrientes que pueden dañar los naufragios en aguas menos profundas", añade Sharvit. 

Robot de rescate utilizado en el yacimiento subacuático. Autoridad Antigüedades Israel

Según indica Shaul Zemach, director ejecutivo de Energean en Israel, la decisión de participar junto a los arqueólogos israelíes en una operación tan delicada es una muestra del compromiso de la compañía con "la sociedad y el medioambiente" a la vez que destacó la profesionalidad de su equipo. "Estamos felices de ser socios de un descubrimiento de esta magnitud", apuntó Zemach.

Por su parte, Eli Escusido, director de la Autoridad de Antigüedades de Israel a destaca: "La importancia de estos hallazgos motivó la decisión de exhibir estas vasijas cananeas extraídas del fondo marino y así contarle al público la historia de este barco, en el marco de la inauguración del Campus Arqueológico para visitas de 'muestra' este verano. Estas visitas permitirán a la gente echar un vistazo a este singular edificio único, sus mosaicos y laboratorios, incluso antes de la inauguración oficial de nuestro amplio centro de interpretación, previsto para dentro de dos años".