La extracción del pecio Mazarrón II ya tiene fecha definitiva: el barco fenicio hundido hace unos 2.600 años frente a la playa de la Isla con todo su cargamento empezará a salir del agua el próximo mes de septiembre, cuando las mareas y el clima son más estables, en una compleja y delicada operación que se prolongará, en principio, durante un par de meses. El naufragio hallado en 1994 a unos 50 metros de distancia del arenal de la localidad murciana de Puerto de Mazarrón será desmontado en un veintena de trozos y trasladado a los laboratorios del Museo de Arqueología Subacuática de Cartagena (Arqva) para su consolidación.

El proyecto, que se había aprobado en marzo de 2021 mediante un acuerdo firmado por el Ministerio de Cultura y el Gobierno y la Región de Murcia y había sido ratificado al año siguiente por expertos de la UNESCO durante unas jornadas celebradas en Cartagena, llega al fin a su momento clave. Así lo ha anunciado este martes Carmen María Conesa, consejera de Cultura y Turismo. La extracción del pecio, "un testimonio único de la construcción naval", según los investigadores del Arqva, será el primer paso para el análisis de una embarcación que permitirá ahondar en el estudio de la presencia fenicia en la Península Ibérica.

El arqueólogo Carlos de Juan, que ya estuvo al frente el pasado verano de un completo estudio realizado sobre el barco para conocer su estado real —la nave tiene una eslora de 8,10 metros, una manga de 2,25 m y un puntal aproximado de 1,10 m— será el encargado de coordinar los trabajos de extracción. La embarcación, ubicada a una profundidad de 2,5 metros, se extraerá del agua fraccionada en veinte porciones que se han determinado en función de las grietas y fisuras que ya presentaba. Para sacarlas del agua se están fabricando 40 soportes de material rígido, resistente y a la vez ligero, inerte químicamente y con flotabilidad neutra o negativa.

Miembros del equipo de la Universidad de Valencia inspeccionando el 'Mazarrón II'. CARM

De Juan ha insistido en que es imposible extraer la embarcación de una sola pieza, ya que se trata de un "resto arqueológico", es decir, su madera es "madera arqueológica", que no tiene estructura por sí misma para cambiar del medio del agua al aire. A partir de las miles de fisuras que contienen las cientos de tablas de pino que componen el pecio, de apenas unos 3 centímetros de espesor, los investigadores han creado un "mapa de porciones" para dividir el naufragio, que ya está "muy fragmentado", en una veintena de trozos. El posterior procedimiento para su tratamiento en el laboratorio se prolongará durante un tiempo estimado de cuatro años.

La extracción, según ha anunciado el Gobierno regional, contará con las siguientes fases: apertura de la caja que protege actualmente el pecio Mazarrón II; desenterrado por sectores de la zona a trabajar; marcado y etiquetaje identificativo de las porciones de madera a extraer; fijación y anclaje de la porción de madera a extraer a su soporte estructural; traslado de las porciones embaladas al laboratorio de campaña; apertura del embalaje y limpieza mecánica de las porciones; tareas de registro para inventario y trazabilidad de cada una de las piezas; y documentación gráfica exhaustiva mediante escáner láser; nuevo embalaje de la porción con film plástico para evitar pérdidas de humedad; y transporte al laboratorio Arquatec de Cartagena.

Debatido proyecto

La elaboración del proyecto ha sido resultado de un largo debate que ha involucrado al mundo académico y a las administraciones públicas, acelerado en los últimos años ante las evidencias de riesgo de pérdida de la embarcación fenicia. En el verano de 2019, un informe determinó que la cúpula protectora de acero, colocada en el año 2000, se encontraba a tan solo seis centímetros de tocar el pecio como consecuencia del movimiento de las arenas.

La Consejería de Cultura de Murcia aprobó el rescate de la nave y el plan de trabajo firmado por el propio Carlos de Juan preveía el desmontaje del casco en ocho secciones. Sin embargo, la Comisión Científica del Seguimiento del Plan Nacional de Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, que asesora a Cultura, decidió que se requerían más estudios para llevar a cabo una decisión definitiva. El cuórum se alcanzó menos de dos años más tarde, sobre todo a raíz de las alteraciones provocadas por el temporal Gloria y varias actuaciones de emergencia en el yacimiento subacuático.

El director general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura, Isaac Sastre, ha asegurado este martes que el inicio de la operación ha puesto de relieve la "colaboración permanente" entre las administraciones regional y estatal en el tratamiento de este pecio y ha considerado que la extracción y posterior tratamiento de la embarcación "posiblemente sea el proyecto más ambicioso de los últimos años" en materia de recuperación de patrimonio arqueológico.

Una primera barca fenicia (Mazarrón I) conservada parcialmente fue descubierta en 1989. Se extrajo en 1995 y fue llevada al Museo Nacional de Arqueología Subacuática. El Mazarrón II, , hallado durante los trabajos de investigación del otro pecio y con un cargamento de más de dos toneladas de mineral de plomo, un ánfora, un molino de mano y su ancla de plomo y madera, entre otros artefactos, no siguió esos mismos derroteros: tras su documentación, los expertos optaron por colocar un sarcófago protector como una medida provisional ante los posibles peligros. Ahora al fin parece que va a salir del agua.