Un equipo de arqueólogos ha descubierto los restos de una gran iglesia del siglo V durante la última campaña de excavación en las ruinas de la ciudad de Harrán, un yacimiento situado al suroeste de Turquía que figura como candidato para formar parte de la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Mehmet Onal, líder del Departamento de Arqueología de la Universidad de Harrán y director de las investigaciones, ha explicado a la agencia Anadolu que su equipo se está centrando en la actualidad en desentrañar los misterios de la estructura de la iglesia, a unos 200 metros de las ruinas de la Gran Mezquita, construida en el siglo VIII. "Hemos excavado la iglesia, que es bastante grande. Ahora mismo nos estamos centrando en su nave norte, que ya está casi desenterrada", ha señalado el arqueólogo.
"Es una iglesia que está al nivel de una catedral, la más grande del sureste de Turquía con más de 70 metros de largo, construida con bloques de piedra tallada. Durante las excavaciones también encontramos teselas vidriadas (piedras de mosaico de varios colores) que fueron utilizadas sobre todo en sus paredes y sus arcos. Tiene una planta basilical y los capiteles de sus columnas están decorados con hojas de acanto", ha añadido Onal.
Milenios de historia
La iglesia fue construida en tiempos del Imperio romano de Oriente, también conocido como Imperio bizantino. En este periodo, lo normal era que el suelo de estas estructuras estuviera cubierto con mosaicos, por lo que los arqueólogos esperan que este también sea el caso para este inédito templo de las ruinas de Harrán.
La zona de Harrán, fronteriza con la actual Siria, tiene registros de ocupación humana desde la prehistoria. Durante el III milenio a.C., la ciudad fue un centro religioso dedicado al culto de la deidad mesopotámica Sin, dios de la luna. Aparece citada en la Biblia y numerosos imperios como el asirio, el babilónico, el hitita, el persa y el macedonio dejaron su impronta en el asentamiento. Más tarde fue conquistado por los romanos en su expansión hacia oriente. En el año 53 a.C., ocurrió en sus llanuras la batalla de Carras, en la que las legiones de Marco Licinio Craso, el hombre más rico de Roma, fueron aplastadas por el sol, la sed, el calor y las nubes de flechas de la caballería del Imperio parto.
A pesar de la previsible riqueza del recientemente descubierto templo bizantino del siglo V, desapareció en el siglo XIII, cuando la región estaba bajo dominio islámico. "La iglesia fue incendiada y destruida por las invasiones mongolas y más tarde fue afectada por un terremoto", ha apuntado Onal. "La pared de la nave norte esta completamente inclinada hacia un lado, mostrando claras evidencias de un terremoto". La furia de los jinetes de las estepas y los desastres naturales provocaron la ruina de la ciudad, que fue abandonada poco después.
Las excavaciones de Harrán, financiadas por el Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía y coordinadas con la gobernación de Sanliurfa, el museo arqueológico regional, la Universidad de Harrán y el municipio metropolitano de Harrán, no terminan ahí. Onul también ha subrayado que prosiguen las investigaciones en la vieja madrasa y que la mezquita de Ulu, terminados los trabajos de restauración y excavación, se ha abierto al público.