Una serie de cuevas ubicadas en un valle kárstico de piedra caliza en la isla indonesia de Célebes (Sulawesi en lengua vernácula) están reescribiendo la historia del arte figurativo. En 2019, un equipo de arqueólogos de la Universidad de Griffith (Australia) anunció el hallazgo de las pinturas rupestres con escenas de caza más antiguas conocidas, datadas hace 43.900 años. En 2021, la imagen de un jabalí verrugoso de 45.500 años descubierta en otra cavidad cercana se convirtió, según su análisis, en el primer ejemplo de una obra artística elaborada por nuestra especie.

Ahora, los mismos investigadores han anunciado un nuevo hallazgo que propina un mordisco temporal todavía más grande a los orígenes del arte figurativo. En uno de los techos de la cueva de Leang Karampuang, también en el sur de la isla, en la región de Maros-Pangkep, se ha identificado un panel no muy bien conservado que supuestamente representa a varias figuras humanas interactuando con un jabalí verrugoso. Su datación con una novedosa técnica ha arrojado un resultado sorprendente, publicado este miércoles en la revista Nature: tiene 51.200 años de antigüedad como mínimo.

Hasta el momento, la edad de las imágenes rupestres del sur de Indonesia se había determinado mediante la medición de la degradación radioactiva del uranio y otros elementos dentro de los minerales (los llamados coraloides o palomitas de maíz) que se habían formado en la superficie del lienzo rocoso utilizado para plasmar las pinturas. Esta metodología no solo implicaba la microexcavación arbitraria de algunas capas de las paredes de piedra, sino que arrojaba resultados no suficientemente precisos debido a las complejas historias de crecimiento de las rocas.

Entrada a la cueva de Leang Karampuang. Google Arts & Culture

Para superar estos desafíos, el equipo liderado por los arqueólogos Adhi Agus Oktaviana y Maxime Aubert ha empleado un método alternativo de dataciones por series de uranio: un sistema de ablación láser que no requiere ni microexcavación ni una preparación química y que, por lo tanto, es menos destructivo al necesitar una muestra mucho menor. Esta tecnología utiliza un láser acoplado a un espectrómetro de masas para analizar muestras de carbonato de calcio más próximas a los pigmentos con todo detalle y así producir cálculos de edad más precisos.

El panel en el techo de la cueva de Leang Karampuang fue identificado en 2017. Aunque la imagen se encuentra oscurecida y en mal estado de conservación, los investigadores han podido describir los elementos de la escena, elaborada con pintura roja: una representación naturalista y grande (92x38 centímetros) de un jabalí verrugoso de pie en posición estática con la boca parcialmente abierta y al menos tres figuras más pequeñas de aspecto humano a su alrededor. Dos de ellas parecen haber sido dibujadas en acción e interactuando de alguna forma con el animal, pero no se puede precisar que sea una secuencia de caza. En ese lienzo prehistórico también se han identificado un par de huellas de manos posiblemente contemporáneas.

La obra de arte de la cueva de Leang Bulu’ Sipong 4, ahora con una antigüedad de 48.000 años. Griffith University

La metodología de datación con láser ha permitido revisar la antigüedad de otras pinturas rupestres halladas en la región de Maros-Pangkep. La escena de caza de la cueva Leang Bulu' Sipong 4, datada hace al menos 43.900 años, ha resultado ser unos 4.000 años más antigua, aunque más tardía que la de Leang Karampuang, proclamada ahora como el primer ejemplo de arte figurativo y de escena narrativa de la historia, el primer cuento ilustrado que dibujó el ser humano. El jabalí verrugoso de la cavidad de Leang Tedongnge no se ha podido analizar con este método.

Las conclusiones del artículo sugieren que tanto la representación de figuras de aspecto humano y de animales, así como de escenas artísticas compuestas, tienen un origen más antiguo en la historia de la humanidad de lo que se pensaba hasta ahora. Según los investigadores, las nuevas fechas pueden desafiar algunas ideas clave en el estudio del arte del Pleistoceno y sobre la aparición de las composiciones narrativas con significado, que se cree que no se volvieron comunes en el Homo sapiens hasta finales del Pleistoceno, hace alrededor de 14.000-11.000 años.

"Nuestros resultados son muy sorprendentes: ninguna de las famosas obras de arte en cuevas europeas de la Edad de Hielo es tan antigua como esta, a excepción de algunos controvertidos hallazgos en España", ha explicado Adhi Agus Oktaviana, especialista indonesio en arte rupestre de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación en Yakarta, a la Agencia SINC.

Actualmente, la evidencia más antigua ampliamente aceptada de la creación de imágenes por parte de nuestra especie se remonta al sur de África, concretamente a la cueva de Blombos, y a mediados de la Edad de Piedra, hace entre 100.00 y 75.000 años. Se trata de una serie de motivos geométricos (patrones en forma de cuadrícula) grabados con pequeños nódulos de ocre. Por lo tanto, queda todavía abierto el interrogante de si el origen de las representaciones figurativas puede ubicarse en una cultura artística que surgió en África a raíz de esta temprana tradición de producir marcas no representativas, o en algún lugar lejano después de la dispersión del Homo sapiens por el resto del planeta, incluido el sudeste asiático.

"El arte rupestre más antiguo de Sulawesi no es 'simple', es bastante avanzado y muestra la capacidad mental de la gente de la época. También sugiere que esta destreza debe tener un origen mucho más antiguo, probablemente en África, y que posiblemente haya arte en cavernas más antiguo esperando a ser descubierto y datado", ha valorado Maxime Aubert.