En el centro del municipio toledano de Ajofrín, una casa habitada durante décadas por diferentes familias escondía bajo su superficie un pedacito de historia de España. El inmueble, en estado de abandono y conocido de forma popular como "baños árabes" se salvó de su derribo en la primera década de los años 2000 al estar catalogada como "ámbito de prevención" por un equipo de técnicos de patrimonio ante la sospecha de que escondiese restos arqueológicos

Las autoridades municipales hicieron un requerimiento en 2021 a los actuales propietarios realizar reformas para evitar que varias tejas del techo pudieran caer a la calle. Esto, de paso, "motivó la intervención arqueológica que ha sacado a la luz unos baños medievales en un estado de conservación excepcional, y que constituyen uno de los mejores ejemplos de baños rurales en el centro de la Península", explica una nota de prensa de la Universidad de Castilla - La Mancha

A través de una serie de catas se descubrió que la antigua cocina y el viejo salón de la vivienda estaban adosadas a dos salas abovedadas que correspondían con las zonas de agua caliente y templada del viejo complejo de baños andalusíes datado entre los siglos XIII y XIV d.C. 

Fachada de la vivienda de Ajofrín. Universidad de Castilla-La Mancha

Hornos y bóvedas

"La importancia del baño de Ajofrín radica en primer lugar en que se corresponde con un baño rural, en una zona en la que se documentan básicamente baños urbanos, como los conocidos en la ciudad de Toledo, y en segundo lugar su datación viene a demostrar la pervivencia de estas estructuras en el centro peninsular, en un periodo en el que se encontraban en declive o desuso, ya que la reconquista cristiana se produjo en siglos anteriores que en la zona sur, y la decadencia de los baños fue más temprana", prosigue el comunicado. 

Según el equipo de arqueólogos que se encuentra estudiando los restos, en origen debía tener tres zonas: una para agua fría y las citadas para agua caliente y templada. Las que aún se conservan fueron realizadas en piedra y ladrillo y sus bóvedas se construyeron mediante cimbras de madera para sujetar los ladrillos. 

Sala de baños calientes. Universidad de Castilla-La Mancha/Equipo de Investigación

El patio de la vivienda escondía el corazón del complejo: el horno que calentaba las piscinas gracias a su hipocausto. De estas no se tiene ni rastro arquitectónico por lo que la hipótesis principal apunta que se tratasen más bien de pilas o bañeras que fueron robadas y saqueadas, como los suelos originales, cuando los baños cayeron en desuso.

En el siglo XVIII, sobre las ruinas de la casa de baños se construyó un edifico de explotación agropecuaria con abrevaderos y comederos hasta que en la edad contemporánea sufrió numerosas reformas para adaptarla como vivienda. 

"Se trata de un baño rural de distribución axial en el que sus salas son paralelas y adosadas unas a otras, donde el itinerario del baño se iniciaría entrando por la sala fría hasta llegar a la sala caliente del fondo, pasando luego a la sala central, que es la templada, y finalmente a la sala fría, saliendo por el mismo lugar", concluyen Angela Crespo Fraguas, Miguel Ángel Díaz Moreno y Rafael Caballero García, arqueólogos que han realizado la intervención en Ajofrín.