Ocurre con Cristóbal Colón o con María Pita, y con otros tantos personajes de la historia de España, que su apariencia física, su rostro, es un enigma. Del almirante genovés, el hombre que descubrió el Nuevo Mundo, solo se conservan descripciones de su nariz aguileña y su piel rojiza, pero ningún retrato contemporáneo, solo imágenes posteriores idealizadas. Y ya no digamos de la anónima heroína de A Coruña, la mujer, una de tantas, que con su bravura contribuyeron a repeler en 1589 a una numerosísima armada inglesa liderada, entre otros, por el infausto pirata Francis Drake.

Las aventuras de Colón y María Pita, de un total de 60 personajes históricos relacionados con los cuatro siglos de vida del Imperio español, reviven ahora con una forma y en un formato nunca antes visto: impresos en cromos y como si se les hubiese hecho una fotografía en su época. Un sorprendente y atrevido proyecto bautizado con el título de Qromo Imperium, un jugoso caramelo para los apasionados del coleccionismo y los amantes de la historia.

No se trata de una colección normal de cromos, sino de un conjunto limitado y exclusivo, lujoso: un qromo está impreso sobre acero inoxidable de 400 micras para incrementar su valor visual y de cada uno de los sesenta personajes disponibles hasta el momento —la idea es ir lanzando más temporadas— solo hay 2.492 ejemplares numerados. La primera serie de todas se ha enviado a la Zarzuela y obra ya en poder del rey Felipe VI.

Interior del álbum, transparente por ambos lados para acceder al contenido del anverso y el reverso. Qromo Imperium

Pero sin duda lo que más llama la atención es la imagen hiperrealista de los protagonistas: una rigurosa recreación artística realizada por el ilustrador David Serrano y un equipo multidisciplinar con la ayuda de herramientas de la inteligencia artificial. Conscientes de las perversiones que pueden provocar estas nuevas tecnologías a la hora de generar estampas sobre el pasado, cada detalle está cuidado y revisado con el mayor grado de rigor posible gracias a la colaboración de expertos en armamento, en vestimenta o en instrumentos musicales de los cuatro siglos que abarca la colección.

"Hemos querido imaginar cómo pudieron ser esos personajes, cuyo material visual era muy pobre. A partir de la información disponible, hemos tratado de recrear esa imagen de gente común: es como si les hubiésemos hecho una foto", explica Fernando Álvarez Prieto, director de Qromo Imperium y alma mater del "proyecto/locura", según sus propias palabras. El aspecto de algunos, como Francisco de Goya, del que existen retratos fidedignos, no sorprenderá tanto como el de aquellos que no han sido más que sombras visuales: quién se hubiera imaginado a María Pita con una tez blanquecina tan pulcra o a Jerónimo de Ayanz, el genio de los Tercios que inventó la máquina de vapor un siglo antes que los ingleses, como un clon del actor Nikolaj Coster-Waldau. Quizá una de las cosas menos creíbles de estos qromos es que casi todas las figuras, hasta Blas de Lezo, tienen cierto atractivo.

Muestras de algunos de los 'qromos' de la primera temporada. Qromo Imperium

Cada carta incluye la fecha de nacimiento y muerte del personaje, la sección a la que pertenece —épicos, baluartes (los que contribuyeron al desarrollo y la supervivencia del Imperio español), genios y olvidados—, la bandera actual correspondiente a su nación de origen, media docena de características significativas —datos relevantes para un futuro juego del que no han querido revelar más información por el momento— o un mapa de su área de influencia.

En el reverso, un código QR conduce a una biografía del protagonista realizada por los divulgadores y escritores José Luis Hernández Garvi y Melquíades Prieto. La novedad es que se trata de una narración sonora que resume las hazañas e importancia de los militares, funcionarios, artistas, científicos o religiosos en unos 12-15 minutos. Aunque a este material solo se puede acceder directamente desde cada carta, se trata de la primera audioteca de personajes clave de la Monarquía Hispánica.

"Nunca se ha hecho nada parecido ni en España ni en otros países del mundo. Es una forma muy original de dar a conocer nuestra historia", explica José Luis Hernández Garvi desde un lugar excepcional, el aljibe que se esconde bajo el restaurante La Botillería, en plena plaza de Oriente, donde un suelo acristalado revela restos de la antigua muralla de Madrid y ánforas del siglo XIX. "Es una forma de que los chicos jóvenes empiecen a tener acceso a la historia de su país con rigor histórico: no hemos ocultado nada, todos tienen luces y sombras; hemos querido dar una visión más sosegada del Imperio español, sin traumas ni complejos", subraya Álvarez Prieto.

La exclusividad de la colección —cada uno de los qromos está grabado y marcado con el número de una de las 2.492 series— va a hacer muy difícil los intercambios —la cantidad de imágenes del capitán Ambrosio Spínola o de Juana Inés de la Cruz es limitada— ."Nos hubiera encantado meter esto en sobres y venderlo en los quioscos, pero no era viable", confiesa el director del proyecto. El precio de la colección completa, más un delicado álbum realizado con un material especial, es de 540 euros, pero se pueden adquirir conjuntos de cuatro qromos por 42,83€.

El lanzamiento de más temporadas permitirá abordar las microhistorias de muchos más personajes, pero en esta selección inicial sus impulsores han tratado de primar la diversidad —solo se ha incluido un monarca, Isabel la Católica— y buscar "gente de a pie". Melquíades Álvarez destaca el caso de Ana Caro de Mallén, sobresaliente dramaturga del Siglo de Oro pese a su condición de esclava que se forró gracias a la publicación de una serie de gacetillas sobre la sociedad madrileña. Hernández Garci elige a Domingo Badía, un espía al servicio de Carlos IV que intentó infiltrarse en el mundo árabe para mejorar las relaciones comerciales con su rey. Unos cromos únicos para coleccionar y aprender historia al mismo tiempo.