A medida que iba recibiendo cartas e informes sobre el fracaso de la Armada Invencible, que perseguía la conquista de Inglaterra y su regreso a la Iglesia católica, Felipe II se iba sumergiendo en la angustia y la desesperación. El 10 de noviembre de 1588 confesó a su secretario Mateo Vázquez que había deseado la muerte: "Si Dios no hace milagro (que así espero en Él), que antes que esto sea, me ha de llevar para sí, como yo se lo pido, por no ver tanta mala ventura y desdicha (...) que debe ser por nuestros pecados".
Sus sentimientos eran reflejo de un desolador censo de la flota que acababa de recibir: se había confirmado la pérdida de 8 barcos y otros 59 estaban sin localizar. El resto se encontraban desperdigados por varios puertos a lo largo de 800 kilómetros de costa del norte peninsular. El gran plan del Rey Prudente había fallado: su "Felicísima Armada" no llegó nunca a "darse la mano" con las tropas de su sobrino Alejandro Farnesio, el duque de Parma, que debía embarcar a 27.000 soldados desde los Países Bajos españoles en una flotilla más pequeña, ni mucho menos a desembarcar y dirigirse a Londres.
Han tenido que pasar más de cuatro siglos para que un barco de bandera española —hay que matizar que la rojigualda no aparece hasta el reinado de Carlos III— surque las aguas del Támesis y atraque en uno de los puertos de la capital británica. Se trata del galeón Andalucía, que ha obligado además a elevar las pasarelas del famoso puente de Tower Bridge antes de llegar a su destino: St. Katharine's Dock. ¿Pero cuál es la explicación a este evento que deleitaría a Felipe II?
El Andalucía es una réplica exacta de un galeón español del siglo XVII, el tipo de embarcación que fue el rey de la Carrera de Indias y que nació como respuesta a las extensísimas rutas comerciales que durante más de tres centurias conectaron España con América y Filipinas. Fue construido en 2009-2010 por la Fundación Nao Victoria, bajo el diseño y dirección de Ignacio Fernández Vial, en los astilleros de Punta Umbría (Huelva) y botado el 30 de noviembre de 2010. Desde entonces ha completado más de 100.000 millas náuticas haciendo escala en puertos de todo el mundo convertido en una suerte de museo flotante del patrimonio marítimo español.
El barco, que el pasado martes protagonizó una impresionante estampa remontando el Támesis y cruzando Tower Bridge, tiene 55 metros de eslora y 10 de manga, arbola tres palos y casi mil metros cuadrados de vela y pesa 500 toneladas. Según explican desde la Fundación Nao Victoria, su velocidad media es de 7 nudos y cuenta con una tripulación de entre 15 y 35 personas.
El galeón Andalucía se podrá visitar en los muelles de St. Katharine hasta el próximo 6 de octubre: el público puede subir a bordo para descubrir el tipo de barcos que integraban las flotas de Indias y que fueron uno de los principales pilares del Imperio español. También se explica cómo era la vida en las seis cubiertas que integraban la embarcación y donde se exhiben vídeos, documentos históricos o artefactos y los miembros de la tripulación hacen demostraciones vestidos de marinos de la época.
Curiosamente, el barco español ha atracado a poco más de un kilómetro y medio del lugar donde se encuentra la reconstrucción de la Golden Hinde del corsario Francis Drake, uno de los grandes enemigos de Felipe II y la Monarquía Hispánica.