La Cueva Millán, un modesto abrigo rocoso localizado en un pequeño valle lateral del majestuoso Cañón del Arlanza, acaba de propinar una sacudida a la historia del poblamiento humano en la Península Ibérica. Un equipo de investigadores ha descubierto en este yacimiento, próximo al municipio de Hortigüela (Burgos) y localizado en pleno Parque Natural Sabinares del Arlanza-La Yecla, la evidencia más antigua del Paleolítico Superior en suelo peninsular: una desconocida cultura datada entre hace 45.000 y 43.000 años que presenta una combinación única de técnicas y útiles.
Bautizada como "Arlaziense" en clara referencia al valle del Arlanza, la industria de estos humanos se caracterizó por una producción estandarizada de pequeños proyectiles de piedra destinados a la caza. Según han explicado los investigadores, liderados por Policarpo Sánchez Yustos, profesor del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Valladolid, el Arlanziense presenta sugerentes paralelos cronológicos y tecnológicos con las primeras culturas asociadas a la llegada del Homo sapiens a Europa, las cuales marcan el origen del Paleolítico Superior en las regiones donde aparecen. Sin embargo, nunca antes se habían encontrado en la Península Ibérica.
Los resultados, publicados este viernes en la revista Scientific Reports, arrojan luz sobre un periodo clave en la evolución biológica y cultural del ser humano: la transición del Paleolítico Medio al Superior, ocurrida entre hace 50.000 y 40.000 años. Los neandertales, que habían habitado el continente europeo durante cientos de milenios, fueron progresivamente reemplazados y asimilados por Homo sapiens. Este momento marca el surgimiento de las primeras culturas del Paleolítico Superior, con tecnologías más complejas, y la desaparición de las asociadas a los neandertales.
En la Península Ibérica, hasta la irrupción del Arlanziense, el inicio del Paleolítico Superior se situaba entre hace 43.000 y 40.000 años, según un pequeño grupo de yacimientos ubicados en el norte peninsular que contienen restos materiales de las culturas Auriñaciense y Châtelperroniense. Por otro lado, el final del Paleolítico Medio está marcado por las últimas evidencias de la cultura Musteriense, las cuales siguen un patrón de desaparición de norte a sur comprendido entre hace 45.000 y 37.000 años.
De este modo, se consideraba que los territorios ibéricos al sur de la cordillera Cantábrica y la cuenca sedimentaria del río Ebro actuaron como refugio para los últimos neandertales, mientras que estas áreas permanecieron inexploradas por los primeros grupos auriñacienses y châtelperronienses, salvo por algunas incursiones esporádicas. En suma, si la Península Ibérica fue un lugar de encuentro e interacción entre neandertales y Homo sapiens, es una cuestión que todavía carece de una respuesta definitiva.
Los resultados de las investigaciones realizadas en la Cueva Millán desde 2017 alteran ahora esta narrativa tradicional. Así, el Arlanziense sustituye al Auriñaciense y al Châtelperroniense como los primeros testimonios del Paleolítico Superior y el interior peninsular pasa a ser la región con la evidencia más antigua de este periodo, en lugar de la franja norte peninsular.
"Tras el descubrimiento del Arlanziense, los investigadores están centrados en responder a las siguientes preguntas: ¿Quiénes fueron los autores del Arlanziense? ¿Fueron los últimos neandertales o los primeros Homo sapiens? ¿Cuál es el origen de esta cultura? ¿Es el resultado de un fenómeno migratorio, de la interacción entre grupos o de una evolución local independiente? Lo que es seguro es que los grupos arlanzienses coexistieron con neandertales cercanos que mantenían tradiciones del Paleolítico Medio", se detalla en una nota de prensa de la Universidad de Valladolid.
El trabajo está firmado por 17 investigadores adscritos a 14 instituciones, 10 nacionales (Universidad de Valladolid, de Alcalá, de Cantabria, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Universidad de Burgos, de Zaragoza, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Instituto de Evolución en África, Centro Nacional de Investigación Sobre la Evolución Humana, y el IES Martín Vázquez de Arce, Sigüenza) y 4 extranjeras (University of Adelaide, Australia; University of Koblenz, Alemania; University of Manchester, Inglaterra; Université de Montpellier, Francia).