La Villa Adriana, un complejo imperial fastuoso y único en el mundo construido por el emperador romano de origen hispano a las afueras de Roma, ha desvelado una nueva sorpresa: un triclinio acuático, una sala de banquetes rodeada de agua, con una solución arquitectónica muy singular, que habría tenido una función de comedor íntimo, reservado, un espacio de reunión privada para el césar y dos invitados.
Así lo ha anunciado este martes en una nota de prensa el equipo científico del Seminario de Arqueología de la Universidad Pablo de Olavide, institución que lleva más de dos décadas excavando el impresionante complejo palaciego del primer tercio del siglo II d.C. ubicado a 28 kilómetros de la Urbs, en Tívoli. La villa es una de las construcciones más famosas del emperador Adriano (r. 117-134) y se convirtió en su residencia durante sus últimos años de vida. Comprende más de una treintena de edificios y estructuras entre los que se encuentran templos, termas, salas de ceremonias oficiales, bibliotecas, fuentes, jardines, piscinas y varios palacios. El complejo estuvo decorado por unas 400 estatuas inspiradas en el arte griego de las centurias anteriores.
La última campaña de excavaciones de los arqueólogos de la Universidad Pablo de Olavide se realizó del 8 al 29 de septiembre y se centró en el pórtico central del Palazzo de Villa Adriana, área que fue la primera zona residencial del emperador. Según los investigadores, el triclinio está compuesto por una plataforma central que, en tres de sus lados, está bordeada por un estanque. Tanto el interior como el zócalo de las paredes estaban revestidos con mármol blanco procedente de Carrara y de otras zonas bajo dominio romano.
"Este tipo de sala era habitual en la arquitectura romana, pero el diseño descubierto es especialmente singular y único en su época, que más tarde se reproduciría en otras construidas en distintos lugares del Impero romano", han detallado los arqueólogos. Ejemplos similares de estos comedores rodeados de agua se pueden encontrar en la Península Ibérica, como en la villa romana de Salar (Granada) y en la Casa dos Repuxos en Conimbriga (Coimbra, Portugal). Aunque probablemente la construcción de este tipo más famosa sea la villa de Tiberio en Sperlonga, con un triclinio en medio de una piscina a la que solo se podía acceder en barco.
En campañas previas, el equipo de investigación español ya descubrió otro triclinio acuático de distinto diseño en la misma zona del Palazzo, lo que convierte este lugar en "un auténtico laboratorio arquitectónico donde se experimentó con el uso del agua en espacios de banquetes". Las dimensiones reducidas de las plataformas donde se celebraba la comida sugieren que estos espacios eran reservados para el emperador y dos comensales más.
"La localización de dos triclinios acuáticos nos permite entender mejor las innovaciones arquitectónicas llevadas a cabo en Villa Adriana y el papel simbólico del agua en las estancias dedicadas al banquete", ha destacado Rafael Hidalgo, profesor de la universidad sevillana y director de un proyecto desarrollado de forma ininterrumpida desde 2003 y el único español en este yacimiento, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La reciente campaña ha contado con la colaboración del Instituto Autónomo de Villa Adriana y Villa d'Este, dirigido por Andrea Bruciati, y ha sido financiada íntegramente por la Universidad Pablo de Olavide, con el apoyo de su Consejo Social, la Facultad de Humanidades y el Departamento de Geografía, Historia y Filosofía. En esta ocasión, el equipo de excavación está constituido por profesorado e investigadores e investigadoras de la UPO y estudiantes de la Facultad de Humanidades, así como por alumnos y alumnas de la Università degli Studi Roma Tre.