Importante descubrimiento arqueológico en la ciudad rusa de Veliki Nóvgorod. Un equipo de investigadores del Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Rusia ha sacado a la luz un tesoro enterrado con más de 1.800 monedas de plata y piezas de orfebrería del siglo X, según ha informado la propia institución a través de un comunicado publicado en su página web.
"El hallazgo de un tesoro con dinero y objetos escondido por su propietario en un agujero hecho en el barro se convirtió en un suceso inesperado, toda una sensación", han resaltado los arqueólogos. Según el Instituto, el conjunto, de unos 3 kilogramos de peso, "contiene alrededor de 1.800 monedas de plata enteras o fragmentadas y más de 80 adornos de plata". Las excavaciones se han realizado en la zona que antes ocupaba el barrio Liudin, ubicado al suroeste del Nóvgorod medieval, la Gran Ciudad Nueva y la urbe más antigua de Rusia. Su príncipe Rúrik fue el fundador de la dinastía que gobernó el país durante 750 años.
"En una pequeña excavación (una superficie de 132 metros cuadrados) se estudiaron detalladamente cinco metros de estrato cultural", en los que fueron hallados alrededor de 1.500 objetos, incluyendo cuños de plomo y sellos de mercancías, adornos para trajes y otros objetos de uso común. Entre los hallazgos, según recoge la Agencia Efe, los arqueólogos destacaron una moneda en forma de lingote de plata del siglo XIV y un documento escrito sobre corteza de abedul datada del siglo XII.
Sin embargo, el tesoro escondía muchas más sorpresas: contenía piezas como un dracma del emperador sasánida Cosroes II, conocido como Parviz el Victorioso (591-628); un denario germano de Otón el Grande (rey de Francia Oriental de 936 a 973); ocho denarios del emperador Constantino VII Porfirogéneta (945–959) y uno del emperador bizantino Juan I Curcuas, llamado Tzimisces (969–976). Parte de estos dracmas tienen orificios que indican que podían ser ensartados con un hilo, según los expertos rusos.
El grueso del tesoro está conformado por dracmas cúficos procedentes de Oriente Medio y Asia Central, 500 de las cuales son monedas enteras: dracmas del califato árabe impresas por las dinastías Umayya y Abasida en los territorios actualmente ocupados por Irán, Irak y Turquía. Además de las monedas, el tesoro contenía 83 adornos, incluyendo abalorios de cristal, ocho de las cuales fueron creadas utilizando la técnica millefiori, un dije de bronce con baño de oro y 72 adornos de plata: anillos, botones, cruces, dijes y cuentas.
Por el estado de las piezas, algunas de las cuales muestran señales de reparaciones y desgaste, los arqueólogos estiman que se trata de un tesoro familiar y no un escondrijo con chatarra de orfebre, que suele contener fragmentos de objetos cortados o barras de metal fundido. Según el Instituto de Arqueología "se trata del cuarto caso de hallazgo de un tesoro de fines del siglo X durante todo el tiempo de estudios arqueológicos de Nóvgorod", por lo que es un caso "absolutamente exclusivo" que todavía está por investigar.
Todos los productos están hechos de plata de alta calidad con gran habilidad y provienen de manos de artesanos altamente calificados. Se trata probablemente de los restos de dos o tres collares y se diferencia de los "tesoros de los joyeros" con lingotes y restos cortados, que contienen conjuntos de joyas de plata y cuentas de vidrio. Parece que los propietarios usaron activamente las joyas: muchas de las cuentas de plata están muy desgastadas debido al uso prolongado y dos colgantes muestran signos de reparación, han subrayado los investigadores.