Carla Rahn Phillips (Los Ángeles, 1943) recibe este viernes de manos del rey Felipe VI el Premio Internacional de Historia Órdenes Españolas, galardón que reconoce su extensa labor docente e investigadora. Experta en la Armada española de los siglos XVI y XVII, ha dedicado libros a Cristóbal Colón, a la expedición de Magallanes-Elcano o a reconstruir la historia del galeón San José y su tripulación. Alegre y sabia, la mayor experta en el barco español, foco de controversias en la actualidad, reconoce en una entrevista con este periódico que tiene muy poca confianza en el proyecto de investigación del pecio que ha iniciado Colombia hace unos meses.
Pregunta. ¿Qué supone para usted este reconocimiento?
Respuesta. Es muy importante por mi carrera, pero también como representante de todos los historiadores estadounidenses que estudian la historia de España. Yo solo soy una de cientos. Nosotros hacemos investigaciones y escribimos para nuestros compatriotas, no para los españoles, que ya tienen sus historiadores y no nos suelen conocer. En EEUU hay poca gente que realmente conozca la historia de España. Por eso nuestra tarea es introducirlos como profesionales. El premio es un reconocimiento de nuestra tarea, no simplemente de la mía.
P. ¿Cuál le gustaría que fuese el mayor legado de su carrera académica?
R. Que mis compatriotas aprendan y comprendan más la historia de España a través de los historiadores profesionales. Pienso que las cosas han cambiado mucho en este medio siglo: la imagen de España en Estados Unidos siempre ha sido conflictiva.
P. ¿En qué sentido?
R. Cuando empecé mis estudios como historiadora la imagen de España era peor: fue durante el franquismo y con el legado de la Guerra Civil. En estos cincuenta años ha mejorado mucho también porque mis tareas y las de mis colegas han intentado cambiar esta imagen, y pienso que hemos tenido éxito.
"Espero que mis trabajos hayan añadido algo de interés humano en vez de la típica historia de guerra, batallas, buques y capitanes"
P. Quizá uno de los temas que han contribuido a ello ha sido dar a conocer la ayuda que prestó España a la independencia de EEUU, un tema del que aquí se han publicado muchos libros y hecho exposiciones en los últimos años.
R. Sí, la ayuda de España fue muy importante, sin duda, pero los estadounidenses tampoco la conocen. Durante los tres primeros años de guerra, Francia no tenía dinero para apoyar a los rebeldes, y Bernardo de Gálvez, como gobernador de Luisiana, hizo mucho para ayudarlos a pesar de que España era neutral. Fue muy útil para proteger a quienes huyeron de las colonias británicas y para proveerlos con un dinero crucial. Por eso es muy importante que los estadounidenses sepan la historia entera. Después, durante la batalla de Pensacola o en Mobile, la actual Alabama, fue crucial: sin ambas plazas fue imposible para los británicos entrar en el valle del Misisipi para hacer frente a los rebeldes.
P. Sus investigaciones se centran especialmente en el aspecto humano de la Armada de los siglos XVI y XVII. ¿Por qué?
R. Me interesé por la Marina española porque en la biblioteca de la Universidad de Minnesota había una colección de seis documentos que eran la factura de seis galeones construidos por el rey de España [Felipe IV]. Por razones desconocidas se encontraban ahí. Después de ello me di cuenta de que los buques eran interesantes, pero más lo eran los hombres, los jóvenes, los niños que estaban a bordo. Me pregunté por la comida, sus experiencias… todo eso me resultaba más interesante que las batallas. Espero que mis trabajos hayan añadido algo de interés humano en vez de la típica historia de guerra, batallas, buques y capitanes. Todas las guerras son cosas humanas, y me he centrado en recuperar las vidas de las personas que peleaban y morían en la mar.
P. Las Academias Hispanoamericanas de la Historia han publicado esta semana una declaración conjunta en la que denuncian el "claro retroceso" que están sufriendo los conocimientos históricos, sobre todo entre los jóvenes. ¿Está de acuerdo con esta conclusión?
R. Los jóvenes que estudian bien saben mucho, pero hay otros que no trabajan seriamente en sus estudios. Durante mi carrera en la Universidad de Minnesota enseñé a miles de alumnos: algunos fueron maravillosos y otros no sentían vergüenza por ser tan ignorantes. Eso fue una pena para mí. Sospecho que es igual en muchos países del mundo. Algunos días tengo mucha confianza en el futuro y otros no.
P. ¿No es una paradoja que en el momento en el que tenemos más y mejores estudios científicos accesibles a todo el mundo, la Historia se conozca peor?
R. Bueno, depende. En España hay revistas como por ejemplo Desperta Ferro que hacen una labor maravillosa, donde profesionales escriben artículos muy serios basados en sus investigaciones, pero para un público general. Es una maravilla que haya revistas así. En EEUU hay algunos ejemplos, pero en general están dirigidos a niños muy jóvenes.
P. ¿Un problema añadido a esta cuestión en el presente es que está muy politizada la historia, como refleja la polémica abierta de los gobernantes mexicanos con el rey Felipe VI?
R. Eso sí. En el siglo XIX la política estaba muy polarizada, pero ahora entre el público general es horrorosa la crispación, especialmente en niveles altos como los gobiernos, en vez de recurrir a la diplomacia. Todo el mundo tiene un punto de hacer contra los otros; en vez de charlar, gritar. Para mí es muy triste y ridículo porque no es útil para nada.
P. Siguiendo esa espiral reivindicacionista, hasta Inglaterra debería pedir perdón a España y a los descendientes de los marinos del San José por hundir el galeón en 1708…
R. Y los aztecas deberían pedir perdón a los tlaxcaltecas… Es una espiral sin fin, inútil. Las cosas pasaban y hay que moverse hacia el futuro sin esta crispación sin fin.
P. ¿Qué le parece, como gran experta en la historia y el estudio del galeón, los últimos pasos que ha dado el Gobierno de Colombia con ese proyecto de investigación "científica y cultural" del pecio?
R. Desde 2015, algunas personas del Gobierno colombiano dicen que hay un proyecto científico, intelectual, cultural, pero luego había negociaciones con cazatesoros que negaron. Las ideas de un proyecto para la humanidad es la política, y por eso tengo muy poca confianza en las palabras. Lo que me interesa es lo que se va a hacer. Lo idóneo sería un consorcio internacional con científicos para estudiar el San José y su contenido, pero la posibilidad de ello es minúscula.
"Hay que moverse hacia el futuro sin esta crispación sin fin"
P. ¿Se cree las promesas de que no van a tocar el tesoro?
R. Lo siento. ¿Quién dice eso?
P. El ministro de las Culturas de Colombia.
R. Como decía, no tengo mucha confianza en las palabras. Hay grupos como los Qhara Qhara [nación indígena de Bolivia] que dicen que la única cosa que les interesa es el tesoro, que deben entregárselo a ellos. Es un gran lío.
P. El San José es también la tumba de 600 personas. ¿Usted es partidaria de excavar todo el pecio?
R. Excavarlo científicamente sería una tarea enorme, muy costosa, porque está a mucha profundidad, y no sé si sería posible. Conozco a arqueólogos, maravillosas personas, que están dando ideas al Gobierno colombiano, y si este les escucha, puede que las cosas se desarrollen de una manera científica. Pero en este momento no tengo mucha confianza.
P. Escribió hace años un libro sobre Cristóbal Colón y el contexto de sus viajes. Este fin de semana se va a estrenar al fin un documental con los resultados de los estudios de ADN de sus huesos. ¿Usted tiene alguna duda de que era genovés?
R. Colón era genovés, sin ninguna duda.