D. Barreira
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Un equipo de arqueólogos egipcios y estadounidenses ha realizado un importante descubrimiento en Asasif, una de las principales áreas de la necrópolis tebana, localizada cerca de la ciudad de Luxor, en la orilla occidental del río Nilo: una serie de enterramientos intactos de hace casi 4.000 años que conforman el primer cementerio del Imperio Medio del Antiguo Egipto identificado en el yacimiento.

Según ha informado el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto, entre los hallazgos se contabilizan once momias de hombres, mujeres y niños cuyos ataúdes de madera nunca antes habían sido abiertos y que escondían en su interior numerosas joyas. El lugar donde estas sepulturas han salido a la luz es una zona que limita con el área de Deir el-Bahari, donde se encuentra el templo del rey Mentuhotep II y el famoso templo funerario de la reina-faraón Hatshepsut.

Mohamed Ismail Khaled, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, asegura que estos hallazgos alteran el contexto histórico de la necrópolis de Asasif, convirtiéndola en uno de los cementerios más relevantes del Imperio Medio (1938-1630 a.C.): "Este hallazgo también profundizará nuestra comprensión de las prácticas funerarias y los rituales desarrollados en Tebas durante esta época".

Uno de los lujosos collares descubiertos durante las excavaciones. Ministerio de Antigüedades de Egipto

La nueva tumba descubierta, apuntan los investigadores, sirvió como enterramiento de varias generaciones de una misma familia del Antiguo Egipto que vivieron entre la Dinastía XII y principios de la XIII. A pesar de que muchas de las sepulturas se han visto dañadas por inundaciones, destruyendo ataúdes de madera y las vendas de lino utilizadas en el proceso de momificación, sí se han conservado en su posición original otros restos materiales como joyería y cerámica que reflejan el elevado estatus de estos individuos.

Hisham El-Leithy, responsable del Departamento de Conservación y Documentación de Antigüedades, explica que los arqueólogos han descubierto una serie de joyas delicadamente elaboradas, como un collar único de 30 cuentas de amatista y dos cuentas cilíndricas de ágata que enmarcaban un amuleto con forma de cabeza de hipopótamo. También se han recuperado anillos, colgantes y cadenas, una rara figurita de fayenza azul y verde e incrustaciones de piedra adornadas con amuletos con apariencia de animales. 

Según Catherine Blakeney, responsable de la parte estadounidense del proyecto, dos de los enterramientos escondían dos espejos de cobre extraños, uno decorado con un mango de flor de loto y otro que representa a la diosa Hator con cuatro caras. Otros objetos únicos identificados son lingotes de cobre, una pequeña figura relacionada con la fertilidad y una mesa de ofrendas cuadrada tallada con motivos de una cabeza de toro y pan.

"Más prospecciones en los enterramientos del Imperio Medio en la necrópolis de Asasif harán avanzar significativamente nuestra investigación en curso sobre las influencias de esta época en el arte y los rituales funerarios de la Dinastía XXV", asegura Mohamed Ismail Khaled, recordando que este sitio volvió a cobrar importancia durante el Tercer Periodo Intermedio con el culto a la diosa Hator.