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En las aguas próximas a la costa de Florida se recuperó en el verano de 2015 un conjunto de 51 monedas de oro del reinado de Felipe V. Según los investigadores, se trataba de una mínima porción del tesoro que transportaba una flota de once embarcaciones que se fue a pique al completo justo tres siglos antes, en 1715, por culpa de un huracán. Murieron más de mil marineros a las órdenes del general Juan Bautista de Ubilla y se perdieron unos catorce millones de pesos de plata, mercancías del Galeón de Manila y regalos para la reina Isabel de Farnesio.

El problema del hallazgo es que fue realizado por una familia de cazatesoros de la zona, los Schmitt, propietarios de la empresa Booty Salvage —cuya traducción literal es "recuperar el botín/tesoro"—, a través de otra compañía creada ex profeso, 1715 Fleet - Queens Jewels, LLC, y que actuaba con una licencia "legal" del Estado de Florida. Dice el refrán que pienses mal y acertarás, y en este caso se ha cumplido: una investigación del FBI y la Comisión de Conservación de Pesca y Fauna de Florida (FWC por sus siglas en inglés) ha desvelado una operación de saqueo y tráfico ilegal con otras 50 monedas de oro procedentes del mismo naufragio español.

Las autoridades han logrado recuperar 37 acuñaciones que tienen un valor de un millón de dólares, según ha informado la FWC. Las 13 restantes siguen en paradero desconocido. Las pesquisas, que arrancaron el 10 de junio de este año, han identificado a Eric Schmitt como artífice del expolio y venta de las piezas entre 2023 y 2024.

Varias de las monedas y una cadena de oro de 12 metros relacionadas con la flota española naufragada en 2015. FWC

Los investigadores han recuperado algunas de las monedas en residencias privadas, cajas de seguridad y formando parte de un lote que se iba a subastar en Florida. Los trabajos forenses incluso han analizado datos de geolocalización que vinculan a Eric Schmitt con una fotografía de las piezas robadas tomada en una propiedad de la familia en la ciudad de Fort Pierce, en el condado de Santa Lucía. También se ha podido concluir que este individuo cogió tres de las acuñaciones y las depositó en el fondo del océano en 2016 para que las encontraran nuevos inversores de la empresa 1715 Fleet - Queens Jewels, LLC.

La FWC, según informa en una nota de prensa, ha trabajado "en estrecha colaboración" con expertos en conservación del patrimonio subacuático. Lo llamativo es que entre ellos se cita el nombre de Mel Fisher-Abt, hijo del famoso cazatesoros Mel Fischer, descubridor en los años del galeón Nuestra Señora de Atocha y que ya había trabajado en el yacimiento relacionado con la flota de 1715, recuperando numeroso material arqueológico. Su empresa, Mel Fisher's Treasure, vendió en 2010 el permiso para explotar el sitio.

Los artefactos, según lo exigen las leyes federales y estatales, van a ser devueltos a su "legítimo propietario", explica la FWC. Los investigadores aseguran estar "comprometidos" en la recuperación de las trece monedas restantes y en someter a juicio a los involucrados en su venta ilegal. "Este caso subraya la importancia de proteger el rico patrimonio cultural de Florida y responsabilizar a quienes buscan sacar provecho de su saqueo", ha valorado Camille Soverel, miembro de la FWC. Las 101 monedas alcanzarían un valor total de más de cuatro millones de dólares.

Las monedas que transportaba la flota española habían sido acuñadas en Lima entre los años 1697 y 1712. Los once barcos desparecieron por culpa de un huracán desatado el 31 de julio de 1715, siete días después de zarpar de La Habana. Uno de estos pecios, el de la Urca de Lima, se descubrió hace años y está protegido en la actualidad como Reserva Arqueológica Subacuática de Florida.