¿Alguna vez te has preguntado qué comían los espartanos? A lo largo de los siglos se ha estudiado lo que comían los romanos, los egipcios o los griegos, así como otras antiguas civilizaciones.
Sin embargo, a la hora de hablar de los griegos, cabe destacar que los espartanos siempre se diferenciaron mucho del resto de polis. Uno de estos aspectos tiene que ver con su alimentación. De hecho, te llamará la atención un plato que resultaba básico en su dieta y que el resto de los griegos odiaban.
La alimentación en Esparta
¿Cómo era la alimentación de los espartanos? Su dieta estaba centrada en la simplicidad y la eficiencia, sobre todo teniendo en cuenta que su vida estaba centrada en ser buenos guerreros. En este sentido, los espartanos se enfocaban en consumir alimentos que proporcionaran la energía y la fuerza necesarias para mantener su estilo de vida centrado en las acciones bélicas y en el entrenamiento militar.
[Este era el alimento selecto que encantaba a los romanos: se fabricaba en Hispania]
En consecuencia, la dieta espartana se basaba principalmente en alimentos simples y naturales, como pan de cebada, queso de cabra, higos, aceitunas, pescado y carne (principalmente cerdo). Estos alimentos proporcionaban una buena fuente de carbohidratos, proteínas y grasas.
De esta forma, se podría decir que la dieta de los espartanos estaba basada en la simplicidad y la sobriedad. De hecho, eran conocidos por su sobriedad en general. Por ello, en cuanto a la alimentación, evitaban los lujos y las comidas extravagantes, prefiriendo una dieta simple y austera.
Como se mencionaba, la dieta de los espartanos estaba estrechamente relacionada con su entrenamiento militar. Se esperaba que los espartanos mantuvieran una buena condición física y fuesen fuertes, por lo que su alimentación estaba diseñada para apoyar estos objetivos.
En este sentido, cabe destacar que los espartanos practicaban la llamada krypteia, donde los jóvenes tenían que sobrevivir por sí mismos en la naturaleza, cazando y recolectando alimentos. Esto les enseñaba habilidades de supervivencia y les ayudaba a desarrollar resistencia física. Este tipo de pruebas eran uno de los principales motivos de que su alimentación estuviera enfocada al entrenamiento.
El término "laconismo", que deriva de "Laconia", una unidad regional de Grecia situada en el sureste de la península del Peloponeso, se refiere a la práctica de decir mucho con pocas palabras. Esto también podría aplicarse al enfoque de los espartanos hacia la comida, que buscaban obtener los nutrientes necesarios con la menor cantidad de alimentos posible.
El alimento más apreciado en Esparta
El alimento más apreciado en Esparta era el caldo negro (en griego antiguo μέλας ζωμός, melas zomós). Se trataba de una sopa negra, un plato tradicional hecho con sangre, vino y vísceras.
Este plato fue convertido en un símbolo de la frugalidad de las costumbres espartanas, así como en una comida fundamental consumida en la Sisitía (comida colectiva de los espartanos). Sin embargo, llama la atención que el resto de los griegos consideraban este plato como algo completamente repulsivo.
En Esparta, el caldo negro constituía el plato principal de la Sisitía, una comida colectiva que celebraban cada día al anochecer (también se llevaba a cabo en otras zonas como en Creta). Concretamente, se conoce que en este banquete participaban las élites espartanas (aquellos que disfrutaba de sus plenos derechos) y su asistencia era obligatoria.
La primera documentación de la existencia del caldo negro la encontramos en una comedia del siglo V a.C. del poeta ateniense Ferécrates titulada Los mineros. En esta obra una mujer regresa del inframundo y asegura lo siguiente: "Todas las cosas del mundo de allá estaban mezcladas con riqueza y formadas con toda bendición en todos los sentidos. Los ríos llenos de gachas y caldo negro fluían por las calles con cucharas y todo, y los trozos de queso también".
También menciona este plato el historiador Plutarco en su Vida de Licurgo, escrita a finales del siglo I y principios del II d.C., en la que el autor asegura que este plato era el más famoso de toda Esparta.
Sin embargo, como se ha señalado, este plato era repulsivo para el resto de los griegos. De hecho, una anécdota cuenta que un rey del Ponto (región de Asia Menor) quiso probar este famoso caldo negro y ordenó a un cocinero espartano que se lo preparase. Sin embargo, el monarca lo consideró sumamente desagradable. El cocinero respondió a la crítica del soberano que, para disfrutar plenamente de esta receta, debía primero bañarse en el río Eurotas (el río del Peloponeso que pasa por Esparta), queriéndole decir que debía primero apreciar las costumbres y tradiciones espartanas, adaptándose a su estilo de vida simple.
En la actualidad existen recetas parecidas al caldo negro en diversas partes del mundo. Es el caso de la Svartsoppa, una sopa sueca hecha con sangre de ganso. También la Czernina, una sopa polaca hecha con sangre de pato, y el Dinuguan, un estofado filipino hecho con carne y sangre de cerdo, guindilla y vinagre. Finalmente, la Yahuarlocro, otra sopa hecha con sangre y vísceras de oveja.