Este alimento era considerado divino por los griegos: se vinculaba a la inmortalidad
La ambrosía era una sustancia divina para los dioses griegos que les confería la inmortalidad. En ocasiones se identifica con el ámbar, la miel, el vino, con una hierba e incluso con un hongo alucinógeno.
12 abril, 2024 17:30Los habitantes de la Antigua Grecia adoraban a una variedad de dioses y diosas, cada uno con su propia personalidad, dominio y mitología asociada. Algunos de los principales eran Zeus (el rey de los dioses y el dios del cielo y el trueno), Hera (esposa de Zeus y diosa del matrimonio y la familia), Atenea (diosa de la sabiduría y la guerra justa), Apolo (dios del sol, la música y la poesía), Artemisa (hermana de Apolo, diosa de la caza y la naturaleza), Poseidón (dios del mar) y Afrodita (diosa del amor y la belleza), entre muchos otros.
En la mitología griega, los dioses no tenían necesidades humanas como la alimentación, ya que eran seres divinos. Sin embargo, en las narraciones mitológicas, a menudo se describía a estas figuras participando en banquetes y festines en el Monte Olimpo, el hogar de los dioses. En estas lujosas ceremonias disfrutaban de manjares y bebidas elaboradas, en los que una misteriosa sustancia llamada ambrosía tenía gran protagonismo.
Este alimento era considerado divino para los griegos
¿Cuál es el alimento divino por excelencia para los griegos? La ambrosía (en griego, ἀμβροσία) es una sustancia asociada a las divinidades griegas, considerada generalmente la comida o bebida de estos. La palabra deriva del griego ἀμ- (an-, 'no') y βροτός (brotόs, 'mortal') y significa, literalmente, "inmortalidad".
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Sin embargo, ¿qué es la ambrosía? Los textos antiguos no son muy claros en lo que tiene que ver a su naturaleza. En cualquier caso, estas fuentes sí que suelen decir que podía ser tanto sólida como líquida. A esta última se le llamaba néctar, y parece ser que era "nueve veces más dulce que la miel".
También cabe hablar del néctar (en griego antiguo νέκταρ) que era, según la mitología griega, tal y como cuentan los primeros poetas como Homero u Ovidio, el vino o bebida de los dioses, que les era servido por Hebe o por Ganimedes, y que se describía como de color rojo.
En cualquier caso, si bien es cierto que habitualmente el néctar era la bebida y la ambrosía la comida de los dioses, se cree que originalmente ambos términos no estaban diferenciados. De hecho, en la obra del poeta Alcmán el néctar era la comida, y en las de Safo y Anaxandridas la ambrosía era la bebida.
No conocemos qué es la ambrosía, pero en ocasiones se ha identificado con el ámbar, la miel, el vino, con una hierba e, incluso, con un hongo alucinógeno. Muchos se han inclinado por el lado de que se podría identificar con la miel.
Concretamente, el erudito y filólogo W. H. Roscher valoró que tanto el néctar como la ambrosía eran tipos de miel, y que su poder de conferir la inmortalidad se debería a las supuestas propiedades curativas de este producto. Además, cabe destacar que la miel la podemos encontrar tanto sólida, como alimento, como en líquida, que sería fermentada, es decir, hidromiel, una de las bebidas más antiguas.
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En este sentido, según W. H. Röscher (Nektar und Ambrosia, 1883 y también en su artículo en el Lexikon der Mythologie) indicó que el néctar y la ambrosía originalmente no eran más que diferentes formas de la misma sustancia: la miel, considerada como un rocío, como algo divino caído del cielo, que se usaba como comida y como bebida.
Sin embargo, otros autores no vinculan a la ambrosía con la miel. Por ejemplo, el profesor John Onians señala que la miel tiene su propio nombre en griego y no se consideraba una sustancia sagrada, sino común a los hombres.
Este autor anteriormente mencionado estudia los pasajes homéricos de La Ilídia y La Odisea que mencionan la ambrosía para concluir que esta no sería miel, sino la contrapartida divina del aceite o grasa que utilizaban los seres humanos. Los dioses la empleaban para múltiples usos: comerla, lavarse con ella, ungir el cuerpo, imbuirla en las narices de un cadáver para que este no se pudra e introducirla junto con néctar en el pecho de Aquiles para que este no sufra los efectos del ayuno.