Los campamentos militares romanos en Hispania fueron estructuras fundamentales para la conquista, administración y control del territorio. Estos recintos, conocidos como castra, tenían características específicas y desempeñaron varios cometidos en la estrategia militar y la consolidación del poder de la Antigua Roma en la Península Ibérica.
Determinar el número exacto de campamentos militares romanos en Hispania puede ser complicado debido a la naturaleza dinámica de la ocupación, la evolución de los asentamientos a lo largo del tiempo y la variabilidad en el registro arqueológico.
Sin embargo, uno de los recintos más destacados fue el campamento de la Legio X Gemina en Petavonium, una ciudad romana situada en la moderna provincia de Zamora que fue evolucionando a partir de este primer asentamiento.
Legio X Gemina en Petavonium
El fuerte romano de Petavonium estaba enclavado en el valle de Vidriales, entre Astúrica Augusta (Astorga) y Bracara Augusta (Braga). Allí se estableció hacia el año 19 a.C., durante los últimos compases de las guerras cántabras, un destacamento de 5.000 legionarios de la Legio X Gemina. Sus funciones residían en vigilar los movimientos de los pueblos astures, en prevención de posibles revueltas, y proteger el transporte del oro procedente de las explotaciones auríferas de Las Médulas o Las Cavenes.
Según los hallazgos registrados en el yacimiento, ubicado en las actuales localidades de Santibáñez de Vidriales y su pedanía Rosinos de Vidriales, se sabe que el centro urbano de Petavonium se encontraría en los alrededores de la actual ermita de Nuestra Señora del Campo. Disponía además de una zona con termas públicas, así como un templo dedicado a Hércules. El asentamiento estuvo en uso hasta finales del siglo IV o principios del V.
Según indica Agustín Jiménez de Furundarena en su tesis Origen y evolución de la legio X Gemina, esta unidad tuvo "un largo desarrollo histórico, ya que fue creada hacia el año 80 a.C. y desapareció a finales del siglo IV." "Su ámbito de actuación fue todo el territorio del Imperio romano, pero con especial incidencia en Hispania, Germania Inferior y Panonia Superior", añade.
Cabe destacar que, como casi todas las legiones de Julio César, su emblema era el toro. Además, esta legión llevó el sobrenombre de "Equestris" debido a que el famoso militar la utilizó una vez como caballería. Luego, su apelativo era "Veneria" debido a que Venus era la patrona de la gens Julia a la que pertenecía César.
En cuanto a la estancia de la Legio X Gemina en Hispania, se conoce que permaneció en Petavonium desde el 19 a.C. hasta el 63 d.C., momento en que pasaría a otras zonas del Imperio como Panonia (63-68), Nimega (71-103) y Vindobona (103-siglo V).
A partir de la época de Vespasiano, cuando se produjo una redistribución militar de Hispania, en Petavonium se asentó el Ala II Flavia Hispanorum Civium Romanorum, unidad auxiliar de caballería compuesta por unos 500 jinetes hispanos con ciudadanía romana que permaneció en este fuerte hasta mediados del siglo III d.C. Su función primordial estaba ligada al comercio del oro astur. Su fuerte era de dimensiones más reducidas que el anterior (4,5 hectáreas), y de este momento son la mayoría de vestigios que se pueden ver en la actualidad.
Según explican desde la Junta de Castilla y León, para las visitas turísticas se han reconstruido cuatro torres vigía, la puerta decumana y una empalizada, así como las dependencias de los oficiales. También se han descubierto restos de varios edificios relacionados con la residencia y las actividades de la tropa (artesanía, cocina, almacén de alimentos). El interés estratégico del Valle de Vidriales en las guerras contra los cántabros hizo que en él se sucedieran numerosas ocupaciones.
En definitiva, este recinto militar es uno de los ejemplos más representativos de los distintos campamentos que los romanos construyeron en Hispania y que servían como bases para el control del territorio y la administración de las provincias. Así, facilitaban la romanización de la Península, proporcionando seguridad y fomentando la construcción de infraestructuras como calzadas y acueductos.
Estos campamentos eran centros logísticos clave para el abastecimiento de las tropas y la gestión de recursos. Igualmente, proporcionaban una defensa eficaz contra las revueltas locales y las incursiones de tribus no romanizadas.
La arqueología ha proporcionado una gran cantidad de información sobre estos campamentos, revelando detalles sobre la vida cotidiana de los soldados, la arquitectura militar y la organización del territorio bajo el control romano.