El Imperio romano fue uno de los grandes imperios de la historia, de ahí que todavía podamos encontrar en lo que fue Hispania y a lo largo del Mediterráneo vestigios de su existencia, algunos incluso perfectamente conservados.
Pero más allá de su historia, sus pasatiempos o sus edificaciones, también son muchas las incógnitas y curiosidades que rodean a todo lo relacionado con la civilización romana. Esto incluye también sus propios hábitos alimenticios.
Sabemos ya algunos detalles relacionados con la dieta romana y también sobre el uso habitual de condimentos o salsas en sus elaboraciones, ¿pero cómo eran exactamente los desayunos?
Los romanos también daban importancia al desayuno o ientaculum a primera hora del día y, aunque uno de los ingredientes que incluía sabemos que era el pan, también incorporaban una larga lista de alimentos muy apreciados en la antigua Hispania y en la actual dieta mediterránea española. Te contamos de qué constaba esta primera comida del día en la Antigua Roma.
¿Qué comían los antiguos romanos?
En las mañanas los romanos disfrutaban de un gran desayuno, mientras que el mediodía representaba una breve pausa entre las actividades matutinas y vespertinas, destinada únicamente a recargar energías.
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La comida en la antigua roma era sencilla pero diversa e incluía legumbres, queso, frutas, huevos, aceitunas, verduras, tortas de farro o trigo, e incluso carne y pescado.
Alimentos que normalmente se enriquecían con diferentes salsas y aderezos elaborados con miel, vino, vinagre y diversas especias, siendo el garum el condimento estrella de la gastronomía romana. Esta era una peculiar salsa que se preparaba a base de vísceras fermentadas de pescado y que añadía un sabor distintivo y muy potente a cualquier plato.
Normalmente y hacia el mediodía se llevaba a cabo una segunda comida rápida llamada prandium y que a menudo era tomada de pie, tal y como se explica en el texto divulgativo de Cómo (y qué) comían los romanos, firmado por el catedrático Juan Francisco Martos Montiel y la investigadora María Francisco Fornieles Medina. En este trabajo sobre las costumbres alimentarias de los antiguos romanos se explica que esta comida incluía alimentos preparados en frío o guisados.
La comida principal, denominada cena, se iniciaba al caer la tarde y podía extenderse durante varias horas. En algunos casos incluso hasta la mañana siguiente. La cena era un momento destacado para las familias romanas, así como también para los amigos que se reunían.
La cena representaba más bien un importante evento social. Durante esta comida los comensales no solo se limitaban a comer, sino que participaban en un ritual social diario y fundamental para la cohesión de la comunidad romana.
El desayuno selecto que encantaba a los romanos
¿Pero qué pasa con el desayuno? Cómo era exactamente en la Antigua Roma esta comida y qué alimentos incluía? Para averiguarlo hemos tenido en cuenta también la información publicada y divulgada por los investigadores María Francisca Fornieles y Juan Francisco Martos. En este estudio se subraya que la primera comida del día era la principal.
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El desayuno o ientaculum también se disfrutaba temprano en la mañana y consistía básicamente en una mezcla de pan, queso (caseus), huevos, hortalizas (olera), aceitunas (olivae) y vino, ya sea puro (merum) o endulzado con miel (mulsum). Alimentos típicos de la dieta mediterránea, en la Hispania de entonces y actualmente en España. Los niños también tenían la opción de disfrutar galletas y dulces durante esta primera comida del día.