En un pueblo de Soria se encuentra uno de los pocos arcos del triunfo romanos que se conservan en España y el único con tres arcadas.

Entre este tipo de monumentos que encontramos nuestro país tenemos el Arco de Santa María (Burgos), el Arco de Triunfo de Barcelona, la Puerta de Toledo (Madrid), el Arco del Puente Romano de Alcántara (Cáceres), la Puerta de Alcalá (Madrid) y el Arco de Victoria de Madrid.

Sin embargo, el origen de todos ellos no se remonta a época romana. Concretamente, cabe destacar que en la Península Ibérica se conserva un arco de triunfo romano que se considera excepcional en Hispania: el único de tres vanos.

Arco de Medinaceli

Los arcos de triunfo eran estructuras monumentales erigidas por los antiguos romanos para conmemorar victorias militares, honrar a líderes destacados o celebrar eventos importantes. Estas construcciones se caracterizaban por su diseño grandioso y su simbolismo político y propagandístico. 

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Si hablamos de un arco de triunfo único en España y de gran importancia histórica tenemos que hablar del Arco de Medinaceli, un monumento romano ubicado en la localidad homónima, en la provincia de Soria. Es considerado el único de tres vanos existente en España. Fue declarado BIC (Bien de Interés Cultural) en la categoría de Monumento en 1930.

En cuanto al origen de este arco de triunfo, se construyó en el siglo I d.C. Tal y como indican desde el Ayuntamiento de Medinaceli: "El monumento sigue el modelo del arco de Trajano, con una decoración simple pero eficaz. Es el emblema de la villa medinense y el modelo utilizado en toda la señalización de nuestro país para indicar monumentos nacionales".

Además, el arco se encuentra aceptablemente conservado salvo por su decoración, desgastada, fruto del emplazamiento en que se erigió, como entrada monumental a la ciudad. De la misma manera, dicha ubicación no es casual, sino que se escogió para que fuera visible como símbolo del poder romano desde gran distancia.

También tuvo este arco de triunfo una función conmemorativa: algunos historiadores afirman que señalaba el límite entre los conventos jurídicos de las antiguas Caesaraugusta y Clunia.

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En cuanto a su construcción, fue fabricado por completo en sillería y se reforzaron sus juntas con cantos y mortero. El tamaño es de 13,20 metros de longitud por 8,10 metros de altura y 2,10 metros de grosor.

El vano central servía para el acceso de carruajes y animales, mientras que los pequeños vanos laterales eran para ciudadanos y viajeros a pie. Además, existen marcas que indican la presencia en ambos flancos de letras en bronce, ya perdidas, que explicaban qué conmemoraba exactamente el monumento.

Otra imagen del Arco de Medinaceli. Diego Delso Wikipedia

El Arco de Medinaceli es un monumento espectacular y llama la atención que, desde este, las vistas del entorno de la villa son espectaculares. A más de 1.200 metros de altura, se domina todo el entorno: el cerro de la villa vieja (Occilis), los valles de Arbuxuelo y el Jalón y las salinas.

Cabe destacar que los arcos que construían los romanos no solo servían como monumentos conmemorativos, sino que también tenían un propósito funcional, actuando como puertas de entrada a las ciudades o marcando el inicio de importantes calles o carreteras. A lo largo de los siglos, han inspirado la construcción de arcos de triunfo en diferentes partes del mundo como un símbolo de victoria y conmemoración.