Los antiguos romanos construyeron numerosos faros a lo largo de las costas los vastos territorios que dominaban con el objetivo de guiar a los navegantes y proteger las rutas marítimas. Aunque no se puede determinar el número exacto de estructuras de este tipo que existieron, está claro que desempeñaron un papel crucial en la infraestructura marítima del Imperio.

Sin embargo, ¿sabías que el faro romano más antiguo todavía en funcionamiento está en España? Concretamente en la ciudad de A Coruña, y se le conoce como la Torre de Hércules, que destaca como un ejemplo notable debido a su estado de conservación y su uso continuo a lo largo de los siglos.

Se trata de una torre que los romanos construyeron con el objetivo de utilizarla como faro y, en consecuencia, es el más antiguo de la época todavía en uso. No obstante, hay que señalar que su aspecto original era diferente al que se puede contemplar en la actualidad.

La Torre de Hércules

La Torre de Hércules es el único faro romano del mundo que sigue en funcionamiento y cumpliendo con su función primitiva: señalar la localización del puerto y servir de señal marítima e instrumento de navegación para los barcos que atraviesan el corredor atlántico. Se levantó sobre una loma rocosa, denominada punta Eiras, de casi 57 metros de altura, en el por entonces finis terrae del mundo conocido, el noroeste de Hispania.

En cuanto al origen del faro, no existe una fecha definitiva para su datación. En base a los hallazgos arqueológicos realizados en el sitio, la hipótesis más aceptada es que fue erigido en la segunda mitad del siglo I d.C. Pero las propuestas abarcan una horquilla cronológica que comprende los reinados de los emperadores Nerón y Trajano.

El diseño original del faro parece que fue obra del arquitecto lusitano Cayo Sevio Lupo, originario de Aeminium, la actual Coímbra, en Portugal. Este hombre dejó a los pies de la torre una inscripción conmemorativa que reza lo siguiente: "Consagrado a Marte Augusto. Gayo Sevio Lupo, arquitecto de Aeminium. Lusitano en cumplimiento de una promesa". 

La Torre de Hércules

En su interior, la Torre de Hércules conserva los vestigios del faro romano, que se organizó en tres niveles con cuatro cámaras por planta, una distribución similar al desaparecido faro de Leptis Magna (Libia, África). La existencia de estos espacios tendría una funcionalidad estructural, pero también pudieron haber dado cobijo a quienes estuvieron encargados del funcionamiento de la atalaya o servido para almacenar provisiones de distinto tipo.

La estructura ha tenido diferentes nombres a lo largo de su historia. En época romana se la conocía como Farum Brigantium, en época medieval como el Faro o Castillo Viejo y en la Edad Moderna como Torre de Hércules. Esta denominación se basa en la leyenda que recogió el rey Alfonso X el Sabio en su Historia de España (siglo XII) en la que vincula la construcción de la torre con la victoria del héroe Hércules sobre el gigante Gerión.

Restauración

A lo largo de la Edad Media, el faro fue sometido a un progresivo proceso de abandono, expolio y ruina. El declive del Imperio romano y de sus redes comerciales supuso la decadencia de las grandes rutas marítimas, que dejaron paso a una navegación de cabotaje de bajo tonelaje muy intensa en aguas interiores como las rías gallegas. Se considera que perdió su función de alumbrar el horizonte en este periodo.

Fue en el siglo XVI cuando empezó a recuperarse el monumento que, a finales de la centuria siguiente, volvió a convertirse en uno de los principales bastiones para lo orientación de los barcos en el noroeste de España. El duque de Uceda encargó la restauración al arquitecto Amaro Antune, que construyó una escalera de madera que atravesaba las bóvedas hasta la parte superior. Finalmente, durante el reinado de Carlos III se realizó la reconstrucción completa, terminada bajo la dirección de Eustaquio Giannini.

En lo que respecta a las características estructurales, la Torre de Hércules tiene hoy en día una altura de aproximadamente 55 metros. Además, cuenta con una escalera interior de 234 peldaños que conduce a la plataforma superior, desde donde se puede obtener una vista panorámica del Atlántico y de la ciudad de A Coruña.

Otros faros romanos de importancia

Además de la Torre de Hércules, los romanos construyeron otros faros menores en puntos estratégicos a lo largo de las costas del Mediterráneo y del mar del Norte. Los faros eran esenciales para la navegación segura y eficiente en una época en la que el comercio marítimo y el transporte eran vitales para el funcionamiento del Imperio romano.

Otros faros romanos de importancia son el Faro de Dover (Dubris, Gran Bretaña), que fue construido en el siglo I d.C. cerca del puerto de Dover; el Faro de Ostia (Ostia, Italia), situado en el puerto principal de Roma; el Faro de Boulogne-sur-Mer (Gesoriacum, Francia), que también fue un importante puerto romano; o el Faro de Leptis Magna (Libia).