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Excavación de la fuente romana de la ciudad de Mellaria.

Excavación de la fuente romana de la ciudad de Mellaria. Ayuntamiento de Fuente Obejuna

Historia

Esta es la fuente pública romana mejor conservada de toda Hispania: no hay ninguna tan enorme

Se trata de una estructura hallada en una villa romana de Córdoba y que se ha datado en la segunda mitad del siglo I d.C.

1 julio, 2024 12:33

Las fuentes públicas eran una parte integral de la infraestructura urbana y un reflejo del ingenio y la riqueza de la civilización romana. Estos espacios servían como puntos de distribución de agua potable para los ciudadanos y estaban conectados a los acueductos.

De hecho, cabe destacar que en el Imperio romano únicamente tenían agua corriente aquellas ciudades que poseían un acueducto, como podría ser el caso de Segóbriga (Saelices, Cuenca) y su acueducto, considerado uno de los monumentos romanos de mayor importancia en Hispania.

Sin embargo, hace unos años un equipo de arqueólogos de la Universidad de Córdoba halló la fuente pública romana mejor conservada de toda Hispania en la villa romana de Mellaria, en la provincia de Córdoba.

La fuente romana mejor conservada

Las excavaciones realizadas en 2022 por el equipo de investigadores en el citado yacimiento sacaron a la luz una fuente pública (lacus en latín). Tal y como afirmaba el profesor de Arqueología de la Universidad de Córdoba y director de la excavación, Antonio Monterroso, se trata del lacus mejor conservado de todos los que se conocen en Hispania y estaría datado en la segunda mitad del siglo I d.C.

La ciudad romana de Mellaria fue el germen de Fuente Obejuna y hay constancia de su existencia desde antes del año 75 d.C. Se trata de un yacimiento arqueológico significativo debido a su excelente estado de conservación y a los notables hallazgos realizados durante las excavaciones recientes. La urbe, que ocupaba unas 28 hectáreas, contaba con importantes infraestructuras, como un acueducto y una muralla perimetral.

El propio Monterroso, responsable del equipo Patricia de la Universidad de Córdoba, fue el encargado de identificar la zona gracias a un trabajo previo. Según señaló entonces, en España "prácticamente no se conservan fuentes de este tipo" si bien es cierto que "hay un caso singular en Valencia y restos de fuentes en otras ciudades que, sin embargo, o bien han aparecido por piezas, o bien no han conservado toda su estructura". La fuente recuperada en Mellaria se encuentra "en un excelente estado de conservación" y es "la más monumental de toda la Hispania romana, no hay ninguna tan enorme".

Monterroso, expuso durante la presentación del hallazgo que escogieron una intersección de calles para realizar la excavación: "En los cruces pasan cosas, hay inscripciones, altares y en el menor de las ocasiones hay las fuentes. Para que haya fuentes, tiene que haber acueducto. Mellaria lo tenía". Dicha construcción tuvo en la Antigüedad unos 17 kilómetros de longitud.

El lacus de Mellaria mide 1,40 metros de altura y está formado por cuatro grandes pretiles de unos dos metros de longitud y 30 centímetros de anchura, que pesarían unos 1.500 kilos aproximadamente cada uno. La piedra no es del lugar, lo que dota de más empaque al monumento. Se trata de caliza micrítica violácea de las estribaciones de la sierra en Córdoba.

Las fuentes romanas

Las fuentes servían como puntos de distribución de agua para los ciudadanos. Conectadas a los acueductos, proporcionaban agua potable a las poblaciones urbanas. Muchas fuentes eran elementos decorativos en los espacios públicos, plazas y jardines, demostrando la riqueza y el poder del patrocinador que las construyó, ya fuese el estado, una comunidad o un individuo rico.

Algunas fuentes tenían significados religiosos y se asociaban con ritos y ceremonias. Por ejemplo, el agua tenía un papel importante en diversas prácticas religiosas y purificadoras.

Muchas fuentes tenían diseños simétricos y geométricos, a menudo incorporando arcos, nichos y columnas. Las esculturas eran comunes, incluyendo estatuas de dioses, héroes y animales. Se usaban materiales como el mármol, el travertino, y el bronce. Los mosaicos y los frescos también decoraban algunas fuentes.

Fontana di Trevi en Roma nixki istock

Las fuentes estaban conectadas a una red de acueductos y canales subterráneos. El agua era transportada desde depósitos distantes a través de un ingenioso sistema de ingeniería hidráulica.

Algunas de las fuentes más famosas son la Fontana de Trevi (Roma). Aunque fue completada en 1762, la estructura moderna tiene raíces en un antiguo acueducto romano, el Aqua Virgo.

También el Ninfeo de Alexander (Jerash, Jordania), un ejemplo bien conservado de un ninfeo romano; o la Fontana della Barcaccia (Roma), construida en 1629, se encuentra en la Piazza di Spagna y es un ejemplo de cómo la tradición de construir fuentes perduró a lo largo de los siglos.

Los romanos eran maestros en la ingeniería hidráulica. Desarrollaron sistemas avanzados para controlar y distribuir el agua, incluyendo los acueductos, que eran esenciales para transportar agua desde fuentes naturales a las ciudades, así como las tuberías y válvulas, que utilizaban para dirigir el flujo del agua y regular la presión.

Las fuentes romanas no solo mejoraron la calidad de vida de los ciudadanos romanos, sino que también dejaron un legado duradero en la arquitectura y el urbanismo. Las técnicas y estilos desarrollados por los romanos influyeron en la construcción de fuentes en periodos posteriores, incluyendo el Renacimiento y el Barroco.

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