En su tiempo libre, los romanos disfrutaban de distintos pasatiempos como los espectáculos públicos que se ofrecían en el circo, el teatro o el anfiteatro, así como de los baños públicos o termas.
En el caso de las termas romanas, se trataba de recintos públicos para el baño -también los había privados- característicos de esta civilización. Cabe destacar que la mayoría de las ciudades de la Antigua Roma albergaban varios de estos espacios para el uso de sus habitantes. ¿Pero cuáles pueden ser consideradas las más lujosas de todas?
Las termas de Caracalla
Las termas de Caracalla se consolidan en la historia de Roma como una de las más importantes por diversos motivos: sus dimensiones, sus lujos y, en definitiva, por haber sido mucho más que un simple lugar de baño.
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¿Cuándo se construyeron estas termas y por qué? En primer lugar, cabe destacar que este complejo hidráulico, uno de los mayores y mejor conservados de la Antigüedad, fue construido en el siglo III d.C., entre los años 212 y 217 y durante los reinados de los emperadores Septimio Severo y Caracalla, de ahí el propio nombre de las termas.
Caracalla, miembro de la dinastía Severa que reinó de 198 a 217, era el emperador cuando se terminaron de construir estas termas. Sin embargo, se cree que las obras en estos baños fueron probablemente iniciadas durante el mandato del princeps anterior, Septimio Severo, y ya completadas durante el gobierno de su hijo.
Estas termas estuvieron en funcionamiento hasta la Guerra Gótica en 537, cuando se cortaron los suministros de agua y se abandonaron. Además, posteriormente la estructura fue destruida en gran medida durante un terremoto que afectó a Roma en 847.
Las termas de Caracalla son de muy grandes dimensiones. Concretamente, tenían una superficie de 11 hectáreas, lo que suponía una capacidad máxima de aproximadamente 1.600 visitantes a la vez.
¿Qué había en las termas de Caracalla?
Principalmente, destacaban dos zonas, por un lado, estaría la parte de los baños, y por otro lado, la parte del gimnasio. En la parte de los baños tenemos el frigidarium (la parte de agua fría), el tepidarium (la parte de agua templada) y el caldarium (parte de agua caliente). Además, también había unas saunas.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que las termas de Caracalla no eran simplemente unos baños públicos, sino que en la parte norte había una serie de locales en dos niveles, en los cuales, probablemente, se ubicaban varias tiendas.
En cuanto a la zona del gimnasio, se trataba de una palestra en la que los usuarios hacían ejercicios gimnásticos o practicaban la lucha cuerpo a cuerpo y mano a mano.
En definitiva, tal y como indican desde la plataforma de Monumentos de Roma, las termas de Caracalla contaban con las siguientes instalaciones:
- Dos bibliotecas públicas, una en griego y otra en latín.
- Jardines.
- Una piscina.
- Un gimnasio para boxeo y lucha libre.
- Una habitación fresca con cuatro piscinas frías, una habitación mediana con dos piscinas tibias y una sala de vapor con siete piscinas calientes. Algunas de las piscinas estaban conectadas a través de cascadas artificiales.
- Saunas.
¿Quiénes usaban las termas de Caracalla?
Cabe destacar que en las termas de Caracalla había una diferenciación por sexos. Y además, hay que tener en cuenta que estos baños eran para la plebs romana y que las clases poderosas tenían sus propios baños privados.
En general, las termas siempre fueron un lugar de encuentro: tanto para hablar de asuntos políticos importantes, como para el ocio y las conversaciones más triviales y banales.
Actualmente, las termas de Caracalla se pueden visitar siendo uno de los grandes atractivos de la ciudad de Roma. Se encuentran en buen estado, sobre todo la parte de los mosaicos. En su momento fueron excepcionalmente bellos y de vívidos colores.