¿Por qué en la Edad Media se dormía en armarios de madera? El motivo por el que dejamos de hacerlo

¿Por qué en la Edad Media se dormía en armarios de madera? El motivo por el que dejamos de hacerlo

Historia

¿Por qué en la Edad Media se dormía en armarios de madera? El motivo por el que dejamos de hacerlo

Curiosamente en museos podemos ver grandes armarios que, en la Edad Media, se les conocía como cama armario o cama cerrada.

8 marzo, 2024 13:44

En España (y en el mundo en general) hay muchas costumbres y tradiciones que han ido cambiando a lo largo del tiempo. Entre ellas, un acto que se ha ido modificando con el paso del tiempo es el de dormir. De hecho, la gente medieval dormía de otra manera. ¿Pero por qué dejamos de hacerlos sí?

No es sólo que en la Edad Media se durmiese de otra manera, sino que utilizaban un tipo de camas que actualmente sería imposible usar, según nuestras costumbres... ¿Has pensado alguna vez en dormir en una cama dentro de un armario?

Dormir en extrañas armarios de madera

Te resultará curioso saber que en la Edad Media, durante un tiempo, la gente dormía en lo que se conocía como "cama armario" o "cama cerrada", unos catres que fueron sorprendentemente populares en toda Europa desde la época medieval hasta principios del siglo XX.

Miniatura medieval de hombre rindiendo vasallaje a su señor feudal

Miniatura medieval de hombre rindiendo vasallaje a su señor feudal Wikimedia Commons

Se trataba de un lecho que parecía una "caja", en tanto que estaba cerrada por los cuatro lados por paredes de madera a modo de cajón. En esta cama armario se encontraba una puerta con bisagra (o deslizante) con unas cortinas para que no quedase cerrada la estructura en su totalidad.

También cabe destacar que estas camas podían estar separadas de la pared y tener unas patas cortas o, por el contrario, estar empotradas en un hueco en la pared.

Faenas agrícolas del mes de junio según una ilustración medieval

Faenas agrícolas del mes de junio según una ilustración medieval Wikimedia Commons

El uso de este tipo de cama era común a las diferentes clases sociales. Tanto los miembros de las clases trabajadoras como aquellos pertenecientes a la nobleza utilizaban las camas armarios. Eso sí, la diferencia estaba en si estas eran más humildes o más lujosas. Los más pobres únicamente tenían simples cajas de madera y los más ricos, armarios con decoraciones, pinturas o zonas incluso talladas.

Según se conoce, este tipo de camas eran particularmente comunes en Reino Unido y en la Europa continental. En un museo de Wick, en el extremo norte de Escocia, se pueden ver algunas de estas reliquias.

En la actualidad, estas camas han caído en desuso y se encuentran asociados con la pobreza y la vida rural. Sin embargo, en la época fueron de gran uso por distintos factores. Entre ellos, porque permitían incluir camas en los hogares con poco espacio, teniendo en cuenta que la falta de espacio era un problema en las viviendas medievales. 

Además, las camas armario proporcionaban un espacio cálido y protegido en épocas en las que los hogares no estaban tan resguardados o bien aclimatados, como ocurre en los tiempos actuales.

Dos sueños de cuatro horas

Otro dato curioso sobre cómo se dormía en la Edad Media tiene que ver con que se dormía en fases de cuatro horas de sueño. El historiador estadounidense Roger Ekirch estaba estudiando registros que abarcaban la Edad Media y la Revolución Industrial cuando se topó en varias ocasiones con las palabras "primer sueño". Entre manuscritos antiguos, el investigador encontró el testimonio de Jane. Y algo en ello le pareció extraño: describía cómo justo antes de que los hombres llegaran a su casa, ella y su madre se levantaron de su "primer sueño" de la noche, como si fuese algo completamente normal.

Así empezó el estudio sobre la posibilidad de que nuestros antepasados durmiesen en dos tandas. Ekirch explica por qué hacían esto: "Estos dos bloques estaban separados por un periodo de vigilia que duraba una hora o más". En consecuencia, durante estos momentos "[...] algunas personas se quedaban en la cama, rezaban, pensaban sobre sus sueños o hablaban con sus parejas. Otras, en cambio, se levantaban y realizaban diversas tareas, e incluso visitaban a sus vecinos antes de volver a la cama". 

[Inusual hallazgo arqueológico en Reino Unido: descubren intacta una espada vikinga]

Ekirch había encontrado la evidencia en textos vinculados a Inglaterra. Sin embargo, continuando con su investigación, descubrió los mismos en otras fuentes. Cientos de cartas, diarios, libros de texto médicos, escritos filosóficos, artículos de periódicos y obras de teatro hablaban de lo mismo. Y lo más sorprendente es que esto no sólo ocurría en Europa, sino que también estaba extendido por África, el sur y el sudeste de Asia, Australia, Sudamérica y el Medio Oriente.

Sin embargo, la pregunta es: ¿por qué ocurría esto? Una noche de sueño normal en el siglo XVII era algo así: desde las 21:00 hasta las 23:00. Y para aquellos que tuvieran la suerte de poder permitirse el descanso, dormían durante un par de horas más. En consecuencia, en un primer momento, el sueño estaba vinculado a aquellos que pudieran permitírselo, es decir, a aquellos ricos que no tuvieran que trabajar prácticamente todo el día para conseguir lo suficiente para comer. 

[Esta es la muralla romana mejor conservada del mundo: está en una ciudad del norte de España]

Además, durante mucho tiempo las personas dormían en comunidad. Esto quiere decir que el acto de dormir estuvo vinculado durante mucho tiempo al ocio, como si de algo social se tratase. De ahí tiene sentido que las personas no estuvieran acostumbradas a dormir sin hablar o charlar con los demás. 

Sin embargo, tiene sentido que el patrón del sueño ha ido cambiando con el tiempo, debido al desarrollo de la sociedad y del mundo tecnológico. El modo de vida de las personas ha cambiado radicalmente, con respecto a la antigüedad. Ya no es necesario mantenerse en vigilia por la noche, por si ocurriese algo, ni tampoco la mayoría de las personas necesitan trabajar todo el día. Además, ahora existe la luz eléctrica.