A 14 kilómetros de Lugo capital se encuentra el que es uno de los grandes misterios de la arqueología romana en Hispania y que, a pesar de todas las investigaciones realizadas durante décadas, continúa siendo todo un enigma. Se trata del conjunto tardorromano de Santa Eulalia de Bóveda, que data del siglo III d.C. y fue descubierto por José María Peinado, párroco local en 1926.
El hallazgo se produjo como consecuencia de las deficiencias constructivas que había en el suelo de la iglesia moderna, que ocultaban debajo una construcción abovedada a modo de basílica de tres naves con una piscina en la parte central.
Además, en los muros y parte de la cubierta, se pudo encontrar una decoración pictórica con frescos y motivos que representan elementos vegetales y aves, que no hacen más que alimentar un mito que aún hoy en día está cargado de incógnitas. En el exterior del edificio destaca su fachada en la que hay una puerta con arco de herradura y una decoración con relieves en los que se aprecian unas figuras danzantes.
Desde hace años se especula con la finalidad de este monumento, habiendo diferentes interpretaciones: un lugar de baños, un ninfeo o un templo dedicado a Prisciliano, aunque hay quienes aseguran que podía tratarse de un templo funerario con el que homenajear a Dionisio. Sin embargo, todo son teorías e hipótesis, ya que no se ha podido confirmar su finalidad exacta.
Santa Eulalia de Bóveda se dio a conocer en el año 1926, para un lustro más tarde, en 1931, pasar a ser declarada Monumento Cultural. En 1996, pasó a ser Bien de Interés Cultural.
Un templo romano único en el mundo
El templo romano de Santa Eulalia de Bóveda es un sitio único en el mundo, además de una gran joya de la arquitectura por diferentes motivos, entre ellos el hecho de que se trata de un santuario considerado como un unicum, es decir, que no existe ninguno otro de estas características en todo el territorio que fue ocupado por parte del Imperio romano.
Además, tanto la calidad como el estado de las pinturas que se encuentran en la cripta son extraordinarios, lo que lo ha llevado a ser considerado el mural más importante de todos aquellos que se conservan en Hispania. En todo caso, hay que tener en cuenta que las pinturas murales inferiores desaparecieron al cristianizarse el santuario.
El conjunto pictórico se encuentra formado por distintas aves -faisanes, patos, pavos reales, etcétera- rodeadas estas por motivos vegetales. A ello hay que sumar que, el arco de herradura que se encuentra en la puerta de la fachada es considerado el más antiguo de la arquitectura española.
Por otro lado, su repertorio escultórico tiene poco que ver con la escultura clásica romana y se parece más al arte visigodo de siglos posteriores. Presidiendo la sala se encuentra como objeto de culto la "Piedra Negra", de origen celeste e interpretada como epifanía de la diosa Cibeles, una piedra sustentada sobre una columna y que ha sido relacionada con unas imágenes de unos avestruces alzados sobre una piedra en una columna, como si se tratase de una personificación zoomórfica de la diosa.
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Además, en la fachada exterior de la cripta y en el atrio se han podido encontrar representaciones escultóricas de granito, que se emplazan de forma simétrica, y que son representaciones de danzas, con dos figuras lisiadas de pierna y brazo que hacen referencia a los discapacitados.
Un equipo interdisciplinar de las universidades de A Coruña y Santiago determinó en un estudio dado a conocer en 2021 que el edificio pasó al menos por tres fases constructivas: su fundación se remontaría a la época romana bajo imperial, en la segunda mitad del siglo IV d.C.; las famosas pinturas de la bóveda del aula subterránea se realizaron en el siglo VII y la bóveda de la planta superior fue erigida en el periodo altomedieval, entre los siglos X y XI.
Desde su descubrimiento en 1926, Santa Eulalia ha sido objeto de múltiples interpretaciones e intervenciones, aunque los investigadores nunca se han puesto de acuerdo sobre su adscripción y funcionalidad. Se ha considerado un ninfeo romano, una iglesia visigótica, y asturiana… y recientemente un monumento funerario romano. La propuesta más generalizada es que inicialmente se trataba de un templo de culto pagano a las aguas (siglo III) que a fines del IV se cristianizaría, realizándose las pinturas y la separación en tres naves. Desde entonces sería una iglesia cristiana, citándose en el siglo VIII en el dudoso testamento de Odoario.
Cómo llegar a Santa Eulalia de Bóveda
Santa Eulalia de Bóveda se encuentra en Bóveda de Mera, una pequeña aldea que se sitúa a 14 kilómetros de Lugo, permitiendo el acceso con vehículo privado a través de la carretera LU-P-2903, con conexión directa con la LU-232. Asimismo, existe la posibilidad de llegar al lugar en autobús.
El templo se puede visitar de martes a sábado de 10:00 h a 15:00 horas, permaneciendo domingos, lunes y festivos cerrado.
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A pocos kilómetros de Santa Eulalia de Bóveda se encuentra la pequeña iglesia románica de Bacurín, un templo dedicado a San Miguel de la segunda mitad del siglo XII. Esta iglesia granítica, que no destaca por su tamaño, sí que ofrece un gran ejemplo del románico rural gallego, contando con una única nave de planta rectangular y un ábside semicircular, disponiendo además de una cubierta de pizarra a dos aguas. En su interior, lo más destacable es el retablo barroco que data de los siglos XVII-XVIII.
Sin embargo, el mayor atractivo de esta edificación tiene que ver con los 16 canecillos que rodean el ábside, y que se encuentran en un perfecto estado de conservación. Estos representan desde escenas eróticas o exaltaciones de los genitales de los hombres hasta cabezas de animales, como carneros o lobos.
Frente a la iglesia se encuentra el Pazo de San Miguel, una casa grande de aldea que se encuentra amurallada y que está presidida por un escudo señorial que se sitúa sobre el arco barroco que encontramos en su puerta de acceso. También es una buena opción recorrer el tramo del Camino Primitivo de Santiago más cercano a Bacurín, donde se pueden encontrar castaños y robles centenarios.