Hablar del Imperio romano y de su civilización es hablar también de lo mucho y bien que disfrutaban su tiempo libre en sus circos y anfiteatros con espectáculos públicos, pero también del importante papel del agua en sus termas, unos recintos públicos y privados destinados a los baños típicos de la civilización romana.
Concretamente en las antiguas villas romanas los baños eran denominados balmes o balneum y si eran públicos thermae o therma. Fueron precisamente las termas romanas las infraestructuras relacionadas con el agua más populares. Unos baños que incluían estancias reservadas para actividades gimnásticas y también lúdicas, así como lugares de reunión.
Son muchos los vestigios de termas de la civilización romana que se han descubierto, que han sobrevivido hasta la actualidad y que se pueden encontrar en lo que siglos atrás fue Hispania. Sin embargo, para conocer una de las termas romanas mejor conservadas del mundo y de Europa tenemos que acercarnos a Inglaterra, concretamente a sus termas de Bath.
Termas de Bath: las mejor conservadas de Europa
Las famosas termas romanas de Bath, ubicadas en Inglaterra, constituyen uno de los puntos de interés más fascinantes de la ciudad. La razón de ello es que este sitio alberga uno de los templos de baños más destacados del norte de Europa, donde aún fluye de manera natural el agua caliente, siendo las únicas fuentes termales naturales en Inglaterra.
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Estas termas de Bath comprenden un conjunto de construcciones entre las que se incluyen un templo, la casa de baños y un museo, conformando una experiencia integral para todo aquel amante de la historia romana antigua.
Es importante señalar que aunque las condiciones del agua en las termas romanas no son ideales para el baño directo, los visitantes sí que tienen la opción de explorar el Thermae Bath Spa, ubicado en las proximidades del templo.
Historia de las termas romanas de Bath en Inglaterra
Estas antiguas termas romanas de Bath poseen una rica historia que se remonta a la civilización celta y que establece sus orígenes en el siglo IX a.C., cuando se cree que un rey celta dedicó este lugar al dios Sulis. Con la llegada de los romanos en el siglo I d.C., el templo original fue transformado, adoptando a la diosa Minerva como su deidad asociada.
A lo largo de 300 años el complejo experimentó varias modificaciones hasta que se configuraron las icónicas termas romanas, con baños de agua caliente, templada y fría.
Pero con el abandono romano en el siglo V, este lugar cayó en el olvido sufriendo un importante deterioro e incluso inundaciones. No fue hasta el siglo XII cuando el obispo de Bath revitalizó las termas, transformándolas en un lugar curativo.
Siglos después y tras décadas de negligencia, el comandante Charles Davis descubrió los vestigios en 1878 y la excavación reveló los que quedaba de las termas.
Abierto al público en 1897, el lugar fue sometido a mejoras y conservación adquiriendo su aspecto actual a lo largo del siglo XX y siendo reconocido después como patrimonio inglés en el ámbito arquitectónico. Los arquitectos John Wood padre e hijo, distinguidos por sus contribuciones al diseño arquitectónico, desempeñaron un papel crucial en dar forma y desarrollar este lugar histórico.
Combinación única de termas y estatuas
¿El resultado? Una combinación única de piscinas termales interiores y exteriores, con estatuas victorianas de emperadores romanos y reyes medievales que adornan la terraza.
Destaca también el conocido como 'El Gran Baño' en el corazón del complejo. Una piscina revestida de plomo y alimentada por aguas termales geotérmicas.
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Entre las estatuas victorianas que destacan en el área exterior de estas termas encontramos representaciones de importantes gobernantes y destacados emperadores romanos.
Figuras esculpidas entre las que se incluyen el emperador romano Claudio, Vespasiano, Julio César, el hispano Adriano, Constantino y una estatua dedicada a Agrícola. Estas imponentes esculturas fueron erigidas en 1894.
La estatua original de Julio César sufrió actos vandálicos en la década de 1980 y fue reconstruida hace aproximadamente 18 años. Además de las representaciones de emperadores, el conjunto también incluye estatuas de algunos reyes ingleses, como Edgar y Cole, ambas esculpidas en el siglo XV.
Detalles que en conjunto han hecho que incluso con el paso del tiempo las termas romanas de Bath continúen siendo una atracción turística de primer orden, recibiendo aproximadamente un millón de visitantes anuales y consolidándose como uno de los destinos más visitados del Reino Unido.