El derecho romano fue el ordenamiento jurídico que rigió a los ciudadanos de la Antigua Roma. Se desarrolló gradualmente a lo largo de varios siglos y se basaba en una combinación de costumbres, leyes escritas y decisiones judiciales.
Y entre los castigos administrados de los que disponían los antiguos romanos cabe hablar de uno que resulta especialmente llamativo por su crueldad, conocido como poena cullei ("pena del saco", en latín).
El terrible castigo para los parricidas
Uno de los castigos más crueles de los antiguos romanos, sobre todo, por su puesta en escena, es el conocido como poena cullei. Era la pena que recibían los parricidas (aquellos que matan a sus padres o a un pariente próximo) y que consistía en meter a este sujeto en una bolsa de cuero posteriormente cosida, a veces con una variedad de animales vivos, y luego arrojarlo al agua.
El estudio La patria potestad en el derecho romano y en el derecho altomedieval visigodo, de Guillermo Suárez Blázquez (Universidad de Vigo), ahonda sobre cómo era este castigo, indicando que el parricida era metido en un saco de cuero con un perro, un gallo, una víbora o una mona, y arrojado a un mar o río, según las circunstancias de cada región.
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Además, la justificación jurídica de tal pena atroz. Y es que se consideraba que el parricida debía perder el uso de todos los elementos, "sobreviviendo se le prive del cielo y muerto de la tierra". En algunos casos, cabe destacar que los asesinos, incluidos los parricidas, eran entregados a la familia agraviada para su castigo, en lugar de castigarlos por funcionarios del estado romano).
Pero la ley no era igual para todos. El historiador Dion Casio refiere que tras la muerte de Agripina, la madre de Nerón, el emperador fue honrado en público. Sin embargo, cuando el pueblo tenía ocasión de expresarse libremente, el princeps era vilipendiado y acusado de matricidio. De hecho, algunos habitantes de Roma llegaron a colgar sacos de cuero del cuello de sus estatuas.
Cambios en el castigo
La situación del poena cullei no fue igual durante todo el periodo romano. Durante la época del emperador Adriano (siglo II d.C.) se documentó la forma más conocida de castigo, que era la anteriormente mencionada, en la que se insertaba un gallo, un perro, un mono o una víbora en el saco.
Sin embargo, durante el reinado de Adriano, la poena cullei se convirtió en una forma opcional de castigo para los parricidas, existiendo otras alternativas, entre ellas, la de arrojar al criminal a las bestias en la arena.
Posteriormente, desde el siglo III y hasta la ascensión del emperador Constantino, la poena cullei cayó en desuso. Sin embargo, este princeps lo revivió con modificaciones, como por ejemplo que solo se podían introducir serpientes en el saco.
En cualquier caso, la historia de la poena cullei siguió viva puesto que, más de 200 años después, fue el emperador Justiniano quien impuso de nuevo este castigo con los cuatro animales. Posteriormente, habría estado vigente durante un tiempo con la ley bizantina (una continuación del derecho romano con mayor influencia cristiana) y luego reemplazada con el castigo de que los parricidas fueran quemados vivos.
También están documentados varios casos de poena cullei durante la Edad Media y principios de la Alemania moderna, con casos tardíos documentados desde Sajonia en la primera mitad del siglo XVIII.