Pintar las paredes y techos de una habitación puede ser una actividad motivada por varias necesidades: porque hay una gotera o humedad, por gustos o cambios de decoración, porque la pintura antigua empieza a encontrarse en mal estado… Sea cual sea el motivo, para dar respuesta a cómo pintar paredes tú solo, es importante saber qué herramientas vamos a necesitar y cómo tenemos que usarlas. Por eso, en este artículo hemos hecho una recopilación de todos los productos que necesitarás para pintar tu casa por dentro.
Papel protector
Antes de comenzar a pintar una estancia de tu casa, debes prepararla adecuadamente. Lo más común es que apartes casi todos los muebles y elementos que puedan suponer un obstáculo para moverte por toda la habitación y llegar a todos los rincones. Después, cuando solo quede lo que no es posible sacar de ahí, debes proceder a cubrir los elementos restantes: una cama, un sofá, el suelo… Para ello puedes usar alguna tela vieja, cartones y este papel protector que va perfecto para colocarlo por todo el suelo y después no tener que limpiarlo o rascar las gotas de pintura que hayan caído.
Cinta adhesiva protectora
En concordancia con la protección de superficies, otras de las zonas con las que debes tener cuidado para no pintarlas ni mancharlas son las puertas y ventanas. En el marco puedes colocar esta cinta adhesiva para que no sobrepase la pintura y después tengas que lamentar alguna mancha que no se vaya. Debes poner atención para colocarla adecuadamente y al terminar será tan sencillo como despegar la cinta y desecharla.
Pintura mate lavable
Una vez ya tenemos todo el entorno preparado, es momento de sacar la pintura que hayas escogido. Normalmente para los interiores de las habitaciones se usan pinturas con acabado mate y que ofrezcan la posibilidad de limpiarlas con seguridad después de secas. Puedes escoger los colores y diseños que más te gusten. En este artículo te recomendamos uno de esos clásicos que siempre vienen bien y nunca fallan como esta pintura mate blanca. Basta con seguir las instrucciones por si tienes que rebajarla con agua según lo porosa que sea tu pared y ya estará lista para aplicarla.
Rodillo antigoteo
La forma más común, sencilla y rápida de pintar las pades y el techo es utilizando un rodillo. Lo ideal es que escojas uno de dimensiones más o menos grandes para las zonas más amplias y otros más pequeños para esquinas o zonas delicadas, donde incluso puede que vayas a necesitar una brocha: puedes acceder a una adecuada pinchando aquí. Pero en lo que respecta a rodillos, te recomendamos uno como el de esta foto, que sea antigoteo, con un tejido con buena transmisión de la pintura, con mango ergonómico, varilla de acero y fácilmente lavable para poder volver a utilizarlo después.
Cubeta con rejilla
Para aplicar la pintura en la superficie deseada primero debemos trasladar el líquido a un recipiente adecuado y que nos facilite la tarea, ya que si cogiésemos directamente la pintura del cubo sería más complicado pintar. Lo recomendable es una cubeta como esta, con gran capacidad, amplia para que no te manches y puedas meter el rodillo con facilidad, y que además, incluya una rejilla donde poder escurrir el excedente de pintura, un paso importante para conseguir resultados profesionales. Este también cuenta con un asa que facilita en gran medida el transporte.
Mango extensible para rodillo
Si en tu sesión de pintura también quieres pintar el techo, la tarea se complica un poco, porque es una superficie más difícil de alcanzar, y subirse a una escalera a veces no es lo más cómodo para llegar a este punto. Para ello puedes usar un mango extensible especial en el que puedas colocar tu rodillo de forma segura. De esta manera llegarás al techo sin apenas esfuerzo o al punto más alto de las paredes en caso de preferir no subir a un altillo. Éste, en concreto, de metal para resistir durante mucho tiempo y te ofrecerá toda la precisión en tus movimientos.
Escalera plegable
Como hemos explicado, hay algunas zonas más complicadas de alcanzar cuando estamos pintando. Por ello, si tu espacio te lo permite y no eres de los que les dan respeto las alturas, tu aliado puede ser una escalera plegable. Esta que te ofrecemos es de aluminio, con seis peldaños antideslizantes, plataforma de trabajo, bases con tacos de PVC para evitar deslizamientos y resistente hasta los 120 kg.
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