En la cocina uno de los utensilios indispensables son los cuchillos. Ya sea como cubierto para cortar un filete que vas a comer o para picar los ingredientes de un guiso o de tu receta preferida, tener buenos cuchillos y que corten bien marcará la diferencia.
Con los usos y el paso del tiempo es normal que el filo de los cuchillos se vaya desgastando y pierda capacidad de corte. En ese momento empezaremos a notar que no funcionan como antes y que es más incómodo cortar cualquier cosa.
La primera idea que te puede venir a la cabeza en ese caso es desechar esos cuchillos y comprar unos nuevos. Pero hoy te traemos una propuesta para que no haga falta tener que recurrir a una nueva compra y por lo tanto no tener que gastar dinero. Una gran opción para remediar un cuchillo desgastado es afilar su hoja.
A priori puede parecerte complicado o que necesitas de un profesional para hacerlo, pero no tiene por qué ser así. Actualmente existen métodos variados para afilar cuchillos, algunos más complejos que requieren de algo de técnica y otros muy fáciles y accesibles.
Pero antes de dejarte varias soluciones puede ser útil conocer algunas prácticas que favorecen a que un cuchillo se estropee y pierda capacidad de corte. Aunque el uso común desgasta, algo que es normal, acciones como someter el cuchillo a altas temperaturas, a sustancias corrosivas, chocar la hoja con la de otro cuchillo, ejercer mucha presión en mala posición o cortar sobre una superficie muy dura, pueden hacer que el cuchillo se dañe más rápidamente y por ello debemos evitar este tipo de acciones.
Teniendo esta información previa, pasamos a explicarte algunos de los métodos más conocidos para afilar cuchillos tú mismo desde casa.
Afilado con chaira
Este proceso es uno de los más sencillos. La chaira es un objeto alargado que, al deslizarlo con el cuchillo, hará que las pequeñas muescas, hendiduras o piquetes de la hoja se suavicen y se igualen. Usar la chaira es un buen método que puedes repetir con mucha frecuencia para mantener tus cuchillos en buen estado, ya que no desgastan mucho y son suaves con el metal. Puedes hacerte con una como la que te recomendamos aquí abajo.
Afilado con afilador manual
Quizá una de las técnicas más cómodas y fáciles de llevar a cabo dado que es un aparato el que prácticamente lleva todo el trabajo a cabo. Se trata de una herramienta que cuenta con varios huecos con diferentes hojas según el afilado y el cuchillo que necesites. Usarlo es tan simple como pasar el filo del cuchillo por la hendidura adecuada, de atrás a delante, arrastrándolo hacia ti.
En este caso te recomendamos este afilador manual con tres opciones de afilado con el que incluso podrás hasta afilar tus tijeras. Cuenta con una base con gran sujección para poder llevar a cabo los movimientos con total seguridad.
Afilado con piedra al agua
Si lo que buscas es un afilado más profesional y tradicional, este es tu artilugio perfecto. El afilado con piedra al agua es perfecto para cuando necesites un afilado muy fino y preciso, ideal por ejemplo para cuchillos de sushi.
El afilador con piedra al agua que te recomendamos viene preparado con varias capas ideadas para usarlo con agua y que no se delice de la superficie sobre la que trabajes. Incluye una piedra de afilar de dos caras para las distintas necesidades y para usarlo bien deberás practicar e informarte del grado de inclinación en el que se requiere poner la hoja según el tipo de cuchillo que sea. Una técnica para usuarios más experimentados con la que obtendrás resultados más que gratificantes.
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