Duro Felguera ha presentado este viernes ante la SEPI su solicitud formal de apoyo público a cargo al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas. Según ha comunicado a la CNMV el montante solicitado asciende a los 100 millones de euros y se dividirá en un préstamo participativo de 70 millones y una ampliación de capital suscrita por SEPI por importe de 30 millones de euros.
Según ha explicado la compañía, este apoyo público temporal se enmarca dentro del proceso de reestructuración financiera global de la compañía, que comprende, además, la refinanciación de la deuda sindicada vigente, el otorgamiento de una nueva línea de liquidez con garantía ICO y de una línea de avales con cobertura CESCE.
El objetivo final es utilizar este apoyo financiero para poder desarrollar el plan estratégico para el periodo 2020-2025, "focalizado en el fortalecimiento de los negocios tradicionales y en el crecimiento en los mercados de energías renovables y sistemas inteligentes", dice la compañía.
A finales de julio, la compañía anunció su intención de solicitar un rescate al Gobierno, que formalizó a comienzos de esta semana. La compañía toma esta decisión en medio de un difícil entorno en el que, entre otras cosas, se han visto obligada a provisionar 10 millones de euros, para hacer frente a la pandemia, con una fuerte caída del beneficio hasta registrar unas pérdidas de 9 millones.
A todo ello hay que sumar una crisis interna que, como explicó Invertia, se saldó con la decisión de José María Orihuela, CEO de Duro Felguera, de despedir a su número dos, Javier García Laza, y al director de recursos humanos, Alfonso Gordón. Dos directivos de su máxima confianza que, según el comité de los trabajadores, han sido despedidos por ser "discrepantes" con la gestión de Orihuela.
Creación del fondo
A principios de julio, el Gobierno central aprobó la creación del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, dotado de 10.000 millones de euros y gestionado a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
El fondo se articula a través de distintos instrumentos como la concesión de préstamos participativos, la adquisición de deuda subordinada o la suscripción de acciones u otros instrumentos de capital. El importe de los dividendos, intereses y plusvalías que resulten de las inversiones que se realicen se ingresarán en el Tesoro Público.
Según explicó el Gobierno, el fondo está dirigido a sociedades que atraviesen severas dificultades de carácter temporal como consecuencia de la situación generada por la Covid-19 y que sean consideradas estratégicas por diversos motivos, como su impacto social y económico, su relevancia para la seguridad, la salud de las personas, las infraestructuras, las comunicaciones o su contribución al buen funcionamiento de los mercados.
La compañía asturiana registró unas pérdidas de 9 millones de euros hasta marzo tras anotar una provisión de 10 millones de euros en los resultados del primer trimestre del año por el escenario de incertidumbre generado por la crisis sanitaria del coronavirus. La facturación se redujo casi a la mitad, hasta 45,5 millones de euros.