Luis del Rivero declara al juez que sus conversaciones con Pemex pudieron ser interceptadas por Villarejo
Un informe de Cenyt entregado por el exjefe de seguridad de Sacyr revelaría que el espionaje comenzó días después del acuerdo con los mexicanos
17 diciembre, 2020 21:45Noticias relacionadas
El expresidente de Sacyr, Luis del Rivero, ha explicado este jueves al juez del caso Tándem, Manuel García-Castellón, que tiene la sospecha de que conversaciones telefónicas que mantuvo con los directivos de Pemex para negociar la sindicación de las acciones que poseían en Repsol pudieron ser interceptadas por el excomisario Villarejo.
El fundador de Sacyr ha comparecido en la Audiencia Nacional como víctima del denominado Proyecto Wine, el nombre que Villarejo puso al encargo de espionaje que le hicieron el exresponsable de seguridad de Repsol, comisario en excedencia Rafael Araujo, y el exdirector del área de seguridad de Caixabank y comisario jubilado Miguel Ángel Fernández Rancaño.
Ambos exmandos policiales, junto a Villarejo, Rafael Redondo y Rafael Girona (números dos de Villarejo y Araujo, respectivamente), tienen la condición de investigados en esta pieza del caso Tándem, iniciada en diciembre de 2019.
Proyecto Wine
En los documentos incautados a Villarejo sobre el Proyecto Wine aparecen referenciados números de teléfono mexicanos y alusiones a "LR dice.." o "LR considera...", por lo que Luis del Rivero piensa que sus conversaciones con Pemex sobre una operación financiera con la que aspiraban a hacerse con el control de Repsol pudieron ser intervenidas ilegalmente.
El empresario explicó que el acuerdo de sindicación entre Pemex y Sacyr fue aprobado por el consejo de administración de la constructora el 29 de agosto de 2011. Del Rivero dijo que a Antonio Brufau, presidente de Repsol, "no le hizo ninguna gracia" cuando le informó del pacto.
Una semana después, en torno al 5 de septiembre de 2011, el comisario Enrique García Castaño, socio de Villarejo, llamó al entonces jefe de seguridad de Sacyr, Rodrigo Álvarez, y le sugirió que se pusiera en contacto con Villarejo "para un tema relacionado con tu jefe".
Álvarez contactó con Villarejo, que le aseguró que Repsol y Caixabank estaban espiando a Del Rivero y se ofreció a proteger a éste. Las investigaciones ponen de relieve el doble juego del antiguo comisario hoy en prisión, ya que era él el que estaba vigilando los movimientos del presidente de Sacyr por encargo de Caixabank y Repsol.
Proteger a Del Rivero
Unos días después, a mediados de septiembre, Villarejo entregó a Álvarez un proyecto de trabajo para 'proteger' a Del Rivero, con un presupuesto inicial de 75.000 euros. El documento, denominado Proyecto Design y de 11 páginas, ha sido entregado al juez instructor por Rodrigo Álvarez, quien también ha declarado como testigo.
Tras esos primeros contactos entre Álvarez y Villarejo, este último coincidió en la festividad de la Policía con el responsable de seguridad de Repsol, Rafael Araujo, que le preguntó si estaba trabajando para la constructora. Poco después Álvarez recibió una llamada de García Castaño "enfadadísimo" acusándole de que se había ido de la lengua y que era un mal compañero.
En todo caso, Villarejo fracasó en su aproximación a Luis del Rivero, que ha manifestado que desechó la propuesta del entonces comisario y no le pagó nada.
Del Rivero fue descabalgado de la presidencia de Sacyr poco después, el 20 de octubre de 2011, por un solo voto de los consejeros. El empresario sostiene que los "trabajos" de obtención ilegal de información realizados por Villarejo contribuyeron a revertir la mayoría del Consejo por acciones realizadas sobre consejeros en situación "delicada" como Diogo Vaz Guedes o Manuel Manrique, que cambiaron su posición y le volvieron la espalda.
Añadió que el hostigamiento no acabó tras su cese como presidente de Sacyr. Según afirmó, en marzo de 2012 un supuesto técnico de Movistar llamó a su secretaria y, con el pretexto de revisar sus dispositivos, le hackearon el ordenador. Del Rivero no denunció este hecho porque "no había nada de interés".
El empresario murciano, asistido por el letrado Jaime Campaner, relató al juez los perjuicios que le supuso su destitución. "Moralmente es muy duro ser expulsado de una empresa que es como tu hijo", manifestó.
Sus pérdidas patrimoniales fueron cuantiosas, pero, además, "me duele por España porque, con la operación con Pemex, Repsol habría sido la primera compañía en reservas propias del mundo, por encima de Exxon".