Emprender es progresar. Los motivos por los que una persona se lanza a esta aventura son bien distintos en función del entorno en el que se muevan: unas lo hacen por ambición y otras simplemente por necesidad. Hoy, ante la excepcional situación que vivimos, las dificultades son a priori mayores. Así, según el informe Situación del emprendimiento en España ante la crisis del COVID-19, elaborado por el Observatorio del Emprendimiento de España, una de cada tres empresas ha manifestado verse afectada en el acceso a la financiación (el 41% en el caso de las de menos de 10 empleados).
Y es en este punto donde entran en juego las entidades privadas, cuyo trabajo es esencial para la supervivencia de nuestro conglomerado empresarial. En este contexto, Banco Santander pone a disposición de sus clientes y la sociedad en general, herramientas tanto de aprendizaje sobre conceptos financieros como iniciativas específicas para que dispongan de todo lo necesario para iniciar un proyecto y, por supuesto, mantenerlo a flote. En este amplio abanico de ayudas se encuentra el prestigioso Fondo Smart para clientes españoles, así como diversas modalidades de asesoramiento o financiación como Préstamo Promotor, Préstamos Cliente Internacional o las líneas ICO.
Emprender para progresar y sobrevivir
Existen tantos emprendedores como circunstancias. Los hay que emprenden para ayudar a los demás, y quienes lo hacen como forma de vida, porque a muchos no les queda otra que emprender y abrir un pequeño negocio para subsistir. Y para ello, es capital contar con los recursos adecuados y el acceso a los servicios financieros básicos.
El Banco Mundial calcula que hay 1.700 millones de personas en el mundo que no tienen acceso a servicios financieros básicos. Son los desbancarizados, personas que no disponen de una cuenta bancaria y no pueden acceder a productos como créditos o instrumentos de ahorro. Una condición que es más acusada en los países en desarrollo y zonas como Latinoamérica, donde el porcentaje de bancarización de las personas se sitúa en apenas un 54%.
Dentro de América Latina también existen grandes diferencias entre los países en cuanto al acceso a los servicios financieros. En lugares como Brasil o México, aproximadamente la mitad de su población está desbancarizada, mientras que la cifra baja hasta apenas el 1% en Uruguay o Costa Rica. Teniendo en cuenta que las personas desbancarizadas están abocadas a una economía informal sin grandes posibilidades de crecimiento, estos datos muestran graves diferencias en cómo se orienta el desarrollo económico de un país y de su población.
Además, hay que sumar el impacto económico y social de la pandemia en Latinoamérica, que ha sido devastador para una región donde 300 millones de personas se encuentran en situación de exclusión financiera. Según los cálculos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, la crisis sanitaria ha provocado un retraso económico de al menos diez años, es decir, el PIB de Latinoamérica se encuentra en los niveles de 2010.
La desbancarización supone, a menudo, encontrarse en una situación de riesgo de pobreza o exclusión social. Pero estar fuera del sistema financiero no excluye de necesitarlo: para ahorrar, pagar los gastos del hogar o realizar operaciones cotidianas como transferir dinero o hacer un pago sin efectivo en una tienda de alimentación. Si estas operaciones básicas quedan fuera del alcance de las personas, también desaparece la posibilidad de sacar más rendimiento a su dinero y disponer de mayor seguridad financiera.
Mercedes Cruz: la oportunidad surgida en el peor momento de la pandemia
Una realidad desvinculada de los servicios financieros también significa mayor dificultad para tener un empleo regularizado (y disponer de una nómina) o acceder a ayudas sociales. Es una de las razones por las cuales es habitual que las personas desbancarizadas arranquen sus propios negocios y se conviertan en microemprendedores.
Es el caso de Mercedes Cruz Hilpas, una cocinera mexicana que ha sacado adelante un pequeño negocio de comida a domicilio durante el confinamiento. Junto a su suegra, acondicionaron un espacio de su propia casa para poner en marcha una cocina de comida casera para repartir en bicicleta, sobre todo pensando en "la gente mayor, para llevarle comida a sus casas".
Meses después, el Sazón de Ángel sigue creciendo gracias al crédito que Mercedes obtuvo a través de Tuiio, un programa para la inclusión financiera desarrollado por Banco Santander. "Con el primer crédito que nos otorgaron empezamos a construir, empezamos a comprar láminas para el techo, compramos una bicicleta…", cuenta Mercedes en este vídeo. Este programa le ha permitido "seguir ahorrando y seguir levantándonos" a través de una tarjeta de crédito. El acceso al sistema financiero permite ahora a Mercedes y su familia seguir trabajando con tranquilidad y garantías.
Es en Latinoamérica donde Banco Santander ha concentrado varios de sus proyectos de inclusión financiera, como Tuiio en México. A través de este programa, la entidad concede microcréditos destinados a personas en situación de vulnerabilidad con el objetivo principal de reducir la pobreza. Más del 90% son mujeres como Mercedes, emprendedoras al frente de sus familias.
Los beneficiarios pueden acceder a una cuenta de ahorro, seguros, cajeros y banca digital. La iniciativa cuenta también con un programa de educación financiera para que estas personas aprendan a utilizar estos servicios y sacarles el máximo partido. El programa Tuiio, que nació en 2017, ya ha otorgado cerca de 85 millones de euros a más 162.000 clientes y, durante la pandemia, se han concedido más de 100.000 créditos a personas de bajos ingresos.
El hada madrina de Rita: Verónica y el programa Prospera
Otra de las grandes iniciativas de inclusión financiera con las que cuenta Banco Santander en América Latina es Prospera en Brasil, un programa que permitió a Rita de Cássia mejorar su clínica de estética. Tras varios años desarrollando su negocio desde un pequeño rincón de su casa, quería ofrecer a sus clientes un espacio más adecuado donde poder brindarles una mejor experiencia. "Cuando trabajaba desde casa, apenas tenía espacio para atender a mis clientes. De hecho, muchos de ellos no se sentían cómodos al no tener la privacidad que un centro de estética suele ofrecer", explica esta emprendedora brasileña.
Un camino que no emprendió sola, sino de la mano de Verónica, agente de Banco Santander Brasil, que la apoyó y estuvo pendiente de ella en todo momento: "Me ha dado la oportunidad de que mi negocio crezca. Verónica no paraba de preguntarme: 'Rita, ¿qué tal ha quedado la reforma? ¿Cómo van las ventas? ¿Cómo va todo?'".
El programa Prospera, en Brasil, consiste en microcréditos dirigidos sobre todo a microempresas 'informales' y a personas que normalmente no tienen oportunidad de acceder a financiación. Desde 2002, ya se han concedido más de 5.000 millones de dólares, beneficiando a más de 500.000 emprendedores. Cabe destacar que, al igual que ocurre en México, la mayoría de estos microcréditos (el 70%) se destinan a mujeres emprendedoras para financiar sus pequeños negocios. Y Rita de Cássia es una de ellas.
Compromiso 2025: el empoderamiento financiero de 10 millones de personas
Santander Finanzas Para Todos es la respuesta de Banco Santander para promover la inclusión financiera. Contribuye al progreso de la sociedad en los países en los que está presente mediante el acceso a productos y servicios financieros básicos para apoyar la actividad productiva de personas en riesgo de exclusión, incluso en zonas remotas, y el impulso de la educación financiera.
De este modo avanza en su compromiso de empoderar financieramente a 10 millones de personas para 2025 a través de iniciativas como Tuiio (México), Prospera (Brasil, Uruguay) y Superdigital (Brasil, México, Chile), estos dos últimos en expansión en Latinoamérica, además de otros programas.