"Globalización inversa". Este concepto, que implica la recuperación para la producción nacional de una industria como el calzado que se ha deslocalizado desde hace décadas en Asia, es la base sobre la que asienta el proyecto Eco Challenge que aglutina a 46 marcas, fundamentalmente de Elche.
El objetivo es producir a partir de septiembre, en la fablab (fábrica-laboratorio) que se está construyendo en la capital industrial alicantina, 600.000 pares de zapatos y zapatillas. Hasta escalar esta producción en 2026 a 24 millones de pares anuales, con una inversión estimada para entonces de 170 millones de euros.
Según explica Ezequiel Sánchez a INVERTIA, "partimos de la base de que en la medida en que seamos capaces de reducir los costes operativos a través de la introducción de más tecnología, podremos recuperar la producción que se ha ido a Asia".
El proceso
Esta tecnología para el proyecto la aporta Simplicity Works, una empresa ubicada en el parque tecnológico de la Universidad Miguel Hernández de Elche. Actualmente hacer un zapato requiere de hasta 150 procesos de producción para pasar del diseño de 2D al producto en 3D.
"Nuestro objetivo es usar moldes con inyección de polímeros, tal y como se hace con las suelas, para la mayor parte del calzado a través de cosidos químicos. Uniendo las partes del zapato o la zapatilla con esta técnica eliminamos el 60% de los procesos y el 70% del coste en mano de obra", asegura Sánchez.
Sin embargo, esta tecnología no vale para todo tipo de calzado. Está dirigida a los segmentos de sneakers, casual, outdoor, trecking o de seguridad. "Siempre que logremos reducir los costes podremos volver a traer la producción de calzado a Europa", explica el director general del proyecto y empresario del calzado.
16 proyectos
Con una inversión inicial de 2,5 millones de euros, se ha implicado a 46 firmas para testar el proceso y poder desarrollarlo. Ya han construido una fablab en México para un productor de EEUU y la segunda empezará a funcionar en Elche en el mes de septiembre.
Firmas como Pikolinos, Jeanología, Zahonero, Hilaturas Ferre, Asti o Grupo Soledad formarán parte del consorcio de este proyecto, que cuenta con el apoyo de FICE, AVECAL, AEC e INESCOP, así como de la Conselleria de Industria. El proyecto opta oficialmente a los fondos Next Generation EU con el apoyo de la Generalitat valenciana.
“Desde el inicio hemos querido generar para la industria del calzado un clúster similar al de la automoción, aupados por la tecnología 3D Bonding, integrada con otras tecnologías que completan la cadena de valor. Buscamos la integración y cercanía de la estructura de empresas que darán servicio a la industria y a las principales firmas internacionales del calzado”, asegura Adrián Hernández, CEO de Simplicity Works.
Ida y vuelta
El proyecto cuanta además con una vertiente inversa basada en la sostenibilidad y la economía circular. Una compañía de Elche, Greene, Elche se ha sumado al clúster garantizando un sistema de economía circular y residuo 0, a través de la reutilización anual de 50.000 toneladas de residuos.
La reutilización anual de ese volumen de toneladas de residuos que se generen durante la producción, se realizará a través de un proceso de gasificación se utilizarán para producir energía térmica y eléctrica, y otros productos de valor añadido.