Talento, vocación, ganas… se suele decir que son los jóvenes los que mueven el mundo. Y aunque el entusiasmo de la gran mayoría en sus respectivas ocupaciones son el mejor ejemplo, el contexto laboral no presenta las condiciones propicias para que este caudal de energía llegue de forma efectiva a las empresas españolas. ¿El motivo? Un mercado laboral poco flexible para conceder oportunidades a los menores de 30 años.
El desempleo juvenil es un problema recurrente en España. Cada vez que se actualizan las cifras de empleo, la tasa de menores de 30 años que no pueden encontrar trabajo se mantiene como una de las más elevadas de la Unión Europea. Es verdad que la pandemia ha afectado aún más, si cabe, a este segmento de la población pero, incluso en tiempos de normalidad, los números que se presentan habitualmente delatan no solo la dificultad sistémica para hallar un puesto de trabajo sino un escenario de precariedad y temporalidad que tampoco ayuda a contemplar el futuro con optimismo.
El momento urge a buscar soluciones y a aplicar medidas concretas para paliar el problema. La última Encuesta de Población Activa (EPA) deja claro que el mercado laboral es incapaz de absorber a los jóvenes que se incorporan a la vida activa mientras que la tasa de paro general se sitúa en el 16,13%, la de los menores de 25 años se eleva hasta más allá del 40%.
El reto de las instituciones comprometidas
Dar la vuelta a esta situación y al clima de pesimismo en torno a este problema es un desafío al que muchas instituciones tratan de buscar una solución óptima. Y por eso, la Cámara de Comercio de España lanzó el Programa Integral de Cualificación y Empleo (PICE), una iniciativa cofinanciada por el Fondo Social Europeo que pretende ayudar a 20.000 jóvenes al año, de 16 a 29 años, en el proceso de inserción laboral mediante la prestación de un servicio de guía y acompañamiento a través de un proceso formativo pensado para responder a las necesidades de este contexto.
El proyecto es especialmente relevante porque cuenta con la adhesión de 10.000 empresas que están en contacto, a través de la red de cámaras de comercio territoriales, con estos menores de 30 años en búsqueda de empleo. Los beneficios del programa PICE para éstos son obvios: más oportunidades para alcanzar un puesto de calidad, una garantía en torno a las empresas que les pueden ayudar y una formación específica que les abra más puertas.
Plan de capacitación: formación como garantía
Este aspecto, el de la formación, es el eje del Plan de Capacitación, uno de los dos que componen el programa PICE. Consiste en un itinerario formativo completo que se imparte en las cámaras territoriales, y que busca incidir en la importancia que tiene la cualificación especializada del alumno a la hora de dotarlo de más herramientas para su inserción laboral, siempre enfocada a los conocimientos prácticos que de verdad demandan las empresas.
En este sentido también resulta evidente que el Programa Integral de Cualificación y Empleo de la Cámara de España es igualmente beneficioso para cualquier compañía adherida. Primero, porque estimula la formación probada y evaluada en las áreas que más necesiten, proporciona trabajadores motivados y además incluye ayudas directas a la contratación de 4.950 euros por cada contrato a tiempo completo formalizado por la empresa de, como mínimo, seis meses.
Además, las Cámaras llevan a cabo una labor de asesoramiento y tutela que busca conectar los perfiles más adecuados en los puestos que más se ajusten a sus cualidades. Se trata, en definitiva, de traducir a acciones tangibles y reales el esfuerzo de formación y la confianza.
Plan Movilidad: experiencia internacional
El segundo plan es el de Movilidad, que pretende ayudar a estos jóvenes a ampliar su horizonte de oportunidades profesionales con estancias en otros países de la Unión Europea y en todo tipo de empresas, desde start-ups a multinacionales que pueden incorporar a la empresa a jóvenes talentos "mediante estancias formativas o prácticas o contratos de trabajo".
PICE impulsa este itinerario tutelando todas las fases del proceso, facilita la elaboración de un análisis objetivo y preciso de las necesidades de la empresa y asume la responsabilidad de publicar las vacantes y hacer la primera selección de los perfiles más adecuados para cubrirlas. Asimismo, durante todo el periodo de duración del contrato realiza un seguimiento de la estancia.
Además de estas ventajas, adherirse al plan facilita a estas compañías la obtención del Sello de Empresa comprometida con el Empleo Juvenil, una certificación que da garantías del compromiso con el talento de los más jóvenes.