Dos torres doradas de 193 metros y 47 plantas, unidas por una cúpula en forma de M, dominan el paisaje de Benidorm desde el horizonte. Es la torre Intempo, el edificio residencial más alto de España y uno de los primeros de Europa, cuyo largo proceso de construcción se ha convertido en un símbolo mudo del frenesí inmobiliario previo a la crisis de 2008 y su posterior rescate a través de la banca.
Ahora, 15 años después de su primera piedra, ultima sus detalles para abrir sus puertas "este verano", con un "90% de la obra ya acabada", según sus promotores.
La historia del Intempo se remonta al año 2006, cuando fue impulsada por el empresario vasco José Ignacio de la Serna (Olga Urbana SL). El crack del ladrillo se llevó por delante el proyecto, que fue rescatado en 2012 por la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (la Sareb) con una deuda heredada de 108 millones de Novacaixagalicia, la entidad que financió su construcción.
No fue hasta 2018 que el fondo de inversión Strategic Value Partners (SVPGlobal) se hizo con el control del inmueble y reactivó su promoción a través de UNIQ Residential, los responsables del proyecto de reconstrucción. Desde entonces el edificio está en obras con el objetivo de adaptar una estructura y un equipamiento que se habían quedado anticuados a los estándares actuales. Todas las 256 viviendas que tiene el edificio han sufrido cambios de algún tipo.
Las mayores modificaciones se han concentrado en las plantas superiores, denominadas 'diamante'. Allí los actuales propietarios se encontraron con el problema de que la mitad de los pisos no daban al mar, sino a la zona de sierra donde se encuentra el parque temático Terra Mítica. La solución: unificar apartamentos para que tuviesen las dos vistas, mar y montaña. Esta es la zona más exclusiva del edificio, con viviendas que superan el millón de euros.
La idea es crear un edificio de lujo, incluyendo un spa con mirador, bar en las plantas superiores y un restaurante solo para los propietarios. También habrá 7.100 metros cuadrados de zonas comunes, incluyendo piscina y una sala multiusos. Sus promotores buscan potenciar un modelo de resort donde, además, se establezcan mecanismos para impedir un uso excesivo de las viviendas como de uso turístico, algo que se regulará a través de los estatutos de la comunidad.
Una zona en crecimiento
El frenazo inmobiliario que se vivió en la costa alicantina en 2020 por la pandemia por la Covid-19 no ha impedido que las promociones que desarrollan un buen puñado de firmas en la playa de Poniente de Benidorm continúen avanzando.
Entre ellas, destacan el residencial de lujo Delfin Tower, adyacente al mítico antiguo Hotel Delfín de cinco estrellas de la capital turística, y las torres Sakura, en la mayor promoción de suelo que la inmobiliaria TM desarrolla en España (165.000 metros cuadrados, con una inversión de 260 millones de euros y 1.200 viviendas). Recientemente en esta zona también ha abierto sus puertas un hotel de la cadena H10.
Además, y según las estimaciones de la patronal de Benidorm, en los próximos años la ciudad ganará unas 13.000 plazas hoteleras de nueva creación, que se sumarán a las 43.000 actuales. La idea era que esta ampliación estuviese lista en 2022, pero "el parón provocado por la pandemia ha retrasado los planes", comenta la secretaria general de Hosbec, Nuria Montes, "aunque la proyección de crecimiento sigue intacta".
En general la construcción no fue un sector ajeno a la crisis provocada por la pandemia en 2020, con una caída en la vivienda iniciada del 30% con respecto al ejercicio anterior según los datos de visados del Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de Alicante (COAATIEA). A pesar de estas cifras, en el último trimestre del año se iniciaron en la provincia 1.074 viviendas, con un incremento sobre el tercer trimestre de un 12,5%.
En la estadística destaca el comportamiento por zonas, con un incremento del 40% en el interior (de 286 viviendas en 2019 se pasó a 399 en 2020) y un desplome del 50% en la Vega Baja, donde se concentran la mayor de promociones nuevas en la Comunidad Valenciana. Aún así, con 1.455 viviendas iniciadas el año pasado, se mantiene como la zona con más actividad, con un 29% del total iniciado, tal como viene ocurriendo desde 2010.