La Covid-19 golpeó del lleno al mundo taurino en 2020 y, este año, aunque la cornada será más liviana, no será una temporada normal. Tras la suspensión de la feria de Sevilla y las dudas ante la celebración de las demás por la evolución de la pandemia, el sector vive una de las situaciones más difíciles tras siglos de historia.
Desde que se decretó el estado de alarma en marzo de 2020 hasta el fin de temporada las pérdidas económicas fueron cuantiosas. Supuso un descenso de la actividad del 94%. Ello se traduce, según han informado a Invertia desde la Asociación Nacional de Organizaciones de Espectáculos Taurinos (Anoet), en pérdidas de 4.000 millones de euros, misma cantidad que supone su impacto económico.
Anoet representa al 90% de las plazas de toros de primera y segunda categoría y más de un centenar de cosos de tercera. En 2019 se organizaron en España 19.763 espectáculos taurinos, entre corridas -1.500, un 8%- y festejos populares, pero la Covid lo paralizó todo en marzo de 2020, a principios de temporada.
No obstante, desde la asociación ven con optimismo el futuro y creen que las previsiones pueden ser mejores si la vacunación llega pronto al porcentaje de población esperado. Van más allá en sus expectativas. Prevén, una vez superada la pandemia, en 2022 poder recuperar los parámetros anteriores, pudiendo incluso mejorar en algunos casos.
El empresario taurino José María Garzón, que está al frente de plazas como la de Córdoba, El Puerto de Santa María o Santander, ha sido uno de los pocos que organizó corridas durante la pasada temporada. De hecho, inauguró la temporada, el pasado mes de marzo, con un festejo organizado en el coso sevillano de Morón de la Frontera. La plaza tiene capacidad para 5.000, entraron 1.000 espectadores y con el coste de la entrada rebajado en un 35%.
Garzón no pertenece a Anoet y desde que comenzó la pandemia su empresa 'Lances de Futuro' ha sufrido pérdidas cuantiosas. En declaraciones a este periódico, asegura que su facturación en 2020 bajó un 90%, pero tiene una cuestión clara: "hay que intentar dar toros". Y lo va a hacer en todas sus plazas. De cara a 2021 asegura que tendrá "mucha actitud y mucha afición" al considerar que la tauromaquia vive una situación crítica "en la que no todo es el dinero".
Las ganaderías
En mayor o menor medida, la Covid-19 está afectando a todo el sector de una manera directa, desde los empresarios a los propios toreros y subalternos y, por supuesto, a los ganaderos del toro bravo. Muchos de ellos, ante la suspensión de múltiples festejos, han tenido que reducir su camada. ¿Cómo? Mandándolos al matadero.
Los criadores han sufrido también pérdidas millonarias. El año pasado la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL) las cifró en 150 millones de euros. No obstante, no son tan optimistas como los empresarios y vaticinan que 2021, tras la suspensión de ferias como las de Sevilla y las nuevas restricciones marcadas por Sanidad para este tipo de espectáculos, puede ser peor.
Las cuentas son fáciles. Criar a un toro bravo para ser lidiado en una plaza de primera categoría, como puede ser Madrid o Sevilla, le cuesta al ganadero, entre alimentación, manutención de la dehesa y cuidados sanitarios, unos 5.000 euros. En el matadero, para destinarlo a la alimentación, pagan 500 euros por res. Su valor ha caído un 90%.
Han sido muchos los ganaderos más punteros de este país los que han tenido que desechar gran parte de los toros que iban a lidiar el año pasado. Desde la UCTL no los tienen cuantificados, pero han sido muchas las cabezas sacrificadas.
Nadie quiere ver a sus astados, criados y mimados para rendir cuentas en la plaza, morir en una sala de despiece. Invertia ha contactado con varios ganaderos que más toros lidian en este país y todos coinciden en que la situación es "ruinosa".
El ganadero y presidente de la Fundación del Toro de Lidia (FTL), Victorino Martín, asegura sentirse un privilegiado porque no ha tenido que mandar ningún astado al matadero. El año pasado pudo lidiar 17 toros, frente a los 87 que lidió en 2019.
"Nosotros no podemos cerrar ni hacer un ERTE; nuestra actividad sigue porque tenemos que dar de comer a los animales y mantener al personal que hace esta tarea y yo solo me dedico a criar toros bravos", asegura Martín.
En su caso, alimenta y cuida diariamente a 2.000 cabezas y ante una pandemia así hay tres opciones: "quitas ganado, te hipotecas o tiras de ahorro". "Afortunadamente yo he podido salir adelante, pero este año también será muy atípico porque es todo muy incierto".
Victorino defiende que la ganadería sustenta la España rural, además de toda la riqueza biológica que se encuentra en la dehesa. "No queremos ser más que nadie, pero tampoco menos y no es lo mismo que se pierda una vaca cruzada charoles que una brava, que está en peligro de extinción", explica.
En el caso del hierro de Garcigrande, su representante, el salmantino Justo Hernández, no pudo encontrar otra solución económica para su ganadería tras lidiar únicamente cuatro corridas en 2020. Por ello, tuvo que mandar al matadero a parte de la camada que tenía previsto lidiar en esa temporada.
El año anterior esta casa ganadera lidió 21 corridas, que se traduce en 126 toros bravos que solo existen si hay festejos. el 16 de abril de 2018 este ganadero vio cómo su toro 'Orgullito' fue indultado por 'El Juli' en la Real Maestranza de Sevilla.
"Uno se prepara para muchas cosas pero nunca para esto", asegura Hernández respecto a la pandemia. "Dependemos de la vacuna y de los políticos, que nos usan como moneda de cambio pero no les interesamos", critica este ganadero. De cara a esta temporada, tiene previsto lidiar una quincena de festejos, pero todo dependerá de la evolución de la Covid-19.
Ayudas de las comunidades
Han sido varias comunidades las que han tramitado ayudas como las de Castilla y León, Madrid o Andalucía. En concreto, la región andaluza, el pasado martes dio luz verde en el Consejo de Gobierno a un plan estratégico para el sector.
El proyecto, dirigido exclusivamente a explotaciones de cría de ganado bravo, se traduce en ayudas en régimen de concurrencia no competitiva. El importe de la ayuda inicial será de 250 euros por animal y con un máximo de 400 euros adicionales. Se concederá a un máximo de 120 reses por beneficiario.
No es la primera vez que el sector es reconocido por la Administración andaluza. Fue incluido en los destinatarios a las ayudas excepcionales por la Covid-19 ante el riesgo de la actividad ganadera por el cierre, entre otras cosas, del canal Horeca. En esa ocasión, el Gobierno andaluz ofreció ayudas que ascendían a unos 1,2 millones de euros.
Igualmente, la Junta andaluza ha aprobado esta semana el impulso del Plan Integral para el Fomento del Toro Bravo. El plan, que cuenta con el respaldo de las asociaciones del sector, busca abordar la defensa y promoción del toro bravo en el campo social, económico, cultural y educativo.
Los profesionales
En total, según las organizaciones taurinas, los festejos generan 60.000 empleos directos. De ellos alrededor de 2.000 entre toreros, banderilleros, picadores y mozos de espada, según la Unión Nacional de Picadores y Banderilleros Españoles (Unpbe). No obstante, en 2019 se contabilizaron unos 800 profesionales en activo.
Muchos de ellos han podido acceder a las ayudas concedidas por el Gobierno, por valor de 775,83 euros mensuales desde el pasado mes de noviembre. Fueron muchos profesionales los que denunciaron no haber cobrado esta prestación desde el mes de mayo cuando se aprobó la prestación extraordinaria por desempleo a artistas en espectáculos públicos establecida tras el estado de alarma, pero fueron excluidos.
Según informan a Invertia desde la Unpbe, la situación de estos profesionales es complicada. En el caso de los subalternos, tras varios meses de negociación se llegó a un acuerdo para bajarse el sueldo de un 25%. Todo ello, tras llevar siete años con los sueldos congelados y cobrar en los últimos un 10% menos. Muchos se han reinventado, pero es una profesión a la que hay que entregarse a diario.
La merma en los ingresos de los matadores de toros ha sido también importante, sobre todo para el 80% de los toreros que están en los puestos intermedios del escalafón y que no torean tantas tardes al año. En 2019, los que más torearon fueron Julián López 'El Juli', Cayetano o Pablo Aguado, entre otros.
La próxima temporada
Todos los profesionales consultados coinciden en destacar que esta temporada también será muy incierta. Dependerá de la evolución de la pandemia y del ritmo de vacunación.
Si no hay contratiempos, y con las limitaciones de aforo pertinentes, el próximo 2 de mayo la plaza de toros de Las Ventas acogerá un festival en el que harán el paseíllo los matadores Enrique Ponce, Julián López 'El Juli', José María Manzanares, Miguel Ángel Perera, Paco Ureña y el novillero Guillermo García.
Además, ya se han presentado los carteles de varias ferias taurinas, como la de San Isidro en Vistalegre, la de Córdoba o la de Sevilla que, tras la suspensión en este mes de abril, se celebrará al completo a finales de septiembre y principios de octubre.
Por tanto, el sector mira al futuro con esperanza y Victorino Martín cree que toros suyos como Mojarro, Director, Minerito, Veneciano o Papelero morirán en una plaza de toros en este 2021 y no en la oscuridad de un matadero.